Dinamarca vive pendiente de dos 'Marías'

Por hola.com

El reino de Dinamarca se escribe definitivamente con M de María. Dos mujeres con este nombre, en su variante inglesa y francesa, Mary y Marie, han sumido al país escandinavo en un verdadero frenesí desde que una y otra hechizaran a los príncipes Federico y Joaquín: la australiana Mary Donaldson, hoy esposa del Heredero al trono danés y madre del futuro Rey, el príncipe Christian, y la francesa Marie Cavallier, novia del segundo hijo de la reina Margarita. Pero las coincidencias entre ambas no se acaban en el nombre ni en su hazaña de haber conquistado el corazón de un Príncipe. Comparten, además, cierto parecido físico -ambas son morenas, tienen los ojos castaños y lucen una bonita figura- y casi la misma fecha de cumpleaños -Mary nació un 5 de febrero y Marie, el 6, un día después-. Paralelismo que, para muchos, ha dejado por sentado que los hermanos Federico y Joaquín se sienten atraídos por un mismo estilo de mujer. Indiscutiblemente, morena.

Mary: madre y Princesa modelo
Al igual que al príncipe Federico, la [princesa Mary] cautivó a sus conciudadanos desde el primer momento. Allá, por los albores de 2002, cuando la entonces abogada australiana hizo las maletas y abandonó su tierra natal para instalarse definitivamente en Europa y descubir si los sentimientos que le unían al Príncipe eran lo suficientemente fuertes como para resistir cualquier embate. Lo fueron. Su amor indestructible venció todos los obstáculos y, por otro lado, ella no defraudó. A lo largo de estos seis años, a golpe de discreción, simpatía, naturalidad, elegancia, y de su buen hacer como Heredera al trono, ha cumplido todas las expectativas con nota alta. Primero, como novia prudente, luego como Princesa solícita y, ahora, como madre amantísima del pequeño Christian.

Un papel, este último, del que hace gala en todo momento y lugar. No en vano, la princesa Mary parece pregonar "no sin mi hijo" y vaya dónde vaya, ahí que se presenta con su primogénito. A todas partes juntos. Con apenas cuatro meses, de hecho, el pequeño viajó con sus padres a Alemania, donde los Príncipes visitaron Hamburgo y Schleswig-Holstein, y, ya cumplidos los cinco meses, a Oslo, con motivo de la celebración de la ceremonia bautismal del príncipe Sverre, segundo hijo en común de los príncipes Haakon y Mette-Marit de Noruega, lo que le valió el apodo de príncipe viajero en la prensa danesa.