Hay heridas que nunca curan. Que no cierran por más que el tiempo pase, como las del corazón por las ausencias de los seres queridos. Pero también a estas, por dolorosas que sean, hay que sobreponerse. La princesa Matilde de Bélgica se encuentra en el difícil proceso, después de que perdiera el pasado 25 de septiembre a su padre, el conde Patrick d'Udekem d'Acoz, que falleció a los 72 años tras sufrir, durante el último año, graves problemas de salud.
De negro, pero sonriente Tres semanas después de su muerte, tras casi un mes de luto, haciendo acopio de entereza, la [princesa Matilde] ha retomado su agenda de compromisos oficiales con una visita a la decimoquinta edición de Salón de la Educación en la localidad de Namur. La Heredera belga, siempre volcada en el tema de la educación y en el acceso a la enseñanza para todos los jóvenes independientemente de su situación social o económica, no quiso faltar a esta cita estrechamente vinculada a su vocación de ayuda a la infancia y juventud.
La princesa Matilde, completamente de negro, pero exhibiendo como siempre una cálida sonrisa que infunde serenidad y fortaleza, se interesó en conocer todos las novedades que esta importante feria educativa ofrece en cuanto a materiales didácticos. La Princesa dialogó con diversos profesores y se fijó especialmente en la utilización de nuevas tecnologías en la educación. Una salida por las generaciones que vienen.
)
)
)
)
)
)
