Dramática muerte de Carlos de Hohenzollern: el Príncipe de 39 años cae de la azotea de un hotel

Por hola.com

El dramático final de Carlos de Hohenzollern ocupa la prensa del mundo entero. El príncipe, de 39 años y descendiente de una de las dinastías más importantes de la nobleza alemana, cumplía los últimos meses de condena por un delito de fraude, pero durante el permiso del pasado fin de semana, fue a Frankfurt y murió al caer desde la azotea (un vigésimo primer piso) del hotel Intercontinental de cinco estrellas de la ciudad germana, según informó el medio de comunicación germano FAZ.

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Carlos de Hohenzollern había saltado a la palestra hace cuatro años. El hijo del famoso coleccionista de arte el príncipe Godehard von Hohenzollern y de Heide Hansen había sido condenado en 2014 a cuatro años de prisión en la cárcel de Euskirchen, en Renania del Norte-Westfalia, por unas transacciones de fondos de inversión que resultaron ficticias y que causaron daños por valor de 8,8 millones de euros. Durante la pena, a punto de expirar, no había estado en tratamiento psicoterapéutico, ya que “no había evidencia de que fuera necesario”, declaró la directora del centro, Renate Gaddum, a la revista Bunte. El próximo julio cumplía su sentencia y por lo tanto hubiera salido libre, según las autoridades de la penitenciaría. 

La policía descarta un accidente

Pero nunca llegó tan lejos. Recientemente, el príncipe solicitó un permiso especial hasta el domingo y el pasado viernes se dirigió a Frankfurt. No está claro el motivo por el que viajó a dicha ciudad y parece que no se había registrado antes en el hotel Intercontinental, lo cierto es que aquella mala tarde tomó el ascensor, pulsó el botón 21 y se dirigió a la terraza de la azotea. Según la información del Bild, se estrelló a las 14:40 horas y murió de inmediato por la brutal caída. Un portavoz de la policía declaró: “Según hallazgos anteriores, podemos descartar un accidente”, aunque por el momento no está confirmado por las autoridades otro móvil.

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Malas decisiones

Carlos Patrick Godehard, Príncipe de Hohenzollern, como era su nombre completo, había heredado una fortuna al fallecer su padre, Godehard Friedrich, Príncipe de Hohenzollern, en mayo de 2001. No en vano los Hohenzollern pertenecen a una de las familias de mayor abolengo de la nobleza alemana y fueron mencionados por primera vez en 1061 en las crónicas de un monje. Reflejo de su ilustre árbol genealógico era su agenda de citas sociales. Como invitado en cenas benéficas se codeaba con Gloria von Thurn y Taxis, cabeza de otra gran dinastía aristocrática alemana, y con Carolina de Mónaco. Pero profesionalmente dio algunos pasos en falso y dilapidó su herencia tras asociarse con un empresario y crear la compañía Hohenzollern Communications en Hamburgo, que promocionaba marcas de lujo en Alemania. Aquel fue el principio del fin.

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