La Duquesa de Cambridge se suma al 'club' de las que no cambian de talla

Por hola.com

La Duquesa de Cambridge ha regresado de su segunda baja por maternidad con más presencia que nunca en la agenda oficial, asistiendo a cenas de gala y actos en solitario. Fue en una de sus últimas citas oficiales cuando la mujer de Guillermo de Inglaterra rescató de su armario un vestido gris de la diseñadora irlandesa Orla Kiely. Un modelo que ya había lucido en en marzo del año 2012 en la Dulwich Picture Gallery, cuando todavía no habían nacido los príncipes George y Charlotte de Cambridge.

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Con esta aparición, la duquesa Kate reivindica su puesto en ese “club” de reinas y princesas capaces de lucir el mismo diseño con años de diferencia, demostrando que una buena prenda puede tener muchas vidas. Si hay alguien en esta lista gana por goleada esa es sin duda la princesa Ana de Inglaterra, capaz de enfundarse el mismo vestido con 27 años de diferencia.

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La única hija de la reina Isabel II estrenó este vestido de Maureen Baker a juego con el tocado floral del sombrerero John Boyd en el verano de 1981 para una boda que haría historia: la de su hermano el príncipe Carlos de Inglaterra y la princesa Diana de Gales. En ese momento este vestido cruzado en blanco y amarillo recibió toda clase de elogios, quizá por eso permaneció en su vestidor hasta el verano del 2008, cuando se lo puso para otro enlace, el de la hija de los Duques de Gloucester, cuando se convirtió en la otra gran protagonista, demostrando que tres décadas después viste la misma talla.

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Igual que la princesa Ana, Elena de Borbón ha sido una activa amazona durante toda su vida. Quizá en esto resida su secreto, ya que la hija de don Juan Carlos es toda una experta en esta materia. En el año 2010 acudió a la boda de Nicolás de Grecia y Tatiana Blatnik con un vestido que ya había lucido cuando era una adolescente en la década de los ochenta y, en la celebración del Día de la Hispanidad del año 2011, sacó de su armario el traje rosa que llevó en la boda de su hermana Cristina, el 4 de octubre de 1997.

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Rania de Jordania fue la Reina que demostró el simbolismo y los sentimientos que puede transmitir una prenda cuando decidió celebrar los diez años en el trono, luciendo el mismo vestido con el que acudió en 1999 a su ceremonia de coronación. Rania recuperó lo que ya es una pieza icónica de Elie Saab en un momento en el que tanto las estrellas de Hollywood como las princesas, lucían diseños del libanés con los que Rania fue pionera. Delicado y repleto de pedrería, Rania revivió este vestido con maestría gracias a un cinturón vintage y una tiara más sencilla.

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Los motivos sentimentales también pueden estar detrás de uno de los vestidos de gala que la reina Letizia guarda en su armario, el que Lorenzo Caprile le hizo para el banquete de gala previo a su boda con el entonces príncipe Felipe. Este vestido plateado con cola de pailletes acompañó a doña Letizia en una de las noches más especiales de su vida, la última antes de convertirse en Princesa de Asturias y futura Reina de España. En este caso, la soberana apostó por hacerle algunas modificaciones y lo lució en dos ocasiones más, con retoques diferentes. La última fue en el año 2009 durante la cena de gala que se ofreció en honor del entonces Presidente francés, Nicolas Sarkozy, y su esposa, Carla Bruni.