Guillermo y Máxima de Holanda, Felipe y Matilde de los Belgas y Guillermo y Stephanie de Luxemburgo recuerdan Auschwitz

Por hola.com

Los reyes Guillermo Alejandro y Máxima de Holanda, acompañados del primer ministro Mark Rutte, han asistido a la ceremonia de conmemoración del 70º de la liberación del campo de concentración y de exterminio de Auschwitz-Birkenau, situado en Polonia. Diferentes Jefes de Estado acudirán igualmente a este acto solemne.

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Los soberanos holandeses recordaron así a los 102.000 holandeses que fueron deportados durante la Segunda Guerra Mundial a diferentes campos de exterminio. Se estima que 59.000 holandeses fueron asesinados en Auschwitz, principalmente judíos.

No se trata de la primera vez que los Reyes holandeses visitan el antiguo campo de concentración de la Alemania nazi. En abril de 2005, cuando aún eran Príncipes, fueron los encargados de inaugurar la exposición permanente del pabellón holandés, situado en la barraca número 21. "Nunca más Auschwitz", escribió el por aquel entonces Príncipe heredero en el libro de honor.

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Diez años antes, el Heredero ya había visitado el campo, en compañía en aquella ocasión de su padre, el príncipe Claus, y sus dos hermanos, el fallecido príncipe Friso y el príncipe Constantino. La reina Beatriz estuvo igualmente presente en Auschwitz, en este caso durante la conmemoración del 60º aniversario de su liberación, en 2005.

Los Reyes de los Belgas, Felipe y Matilde, también han estado en la ceremonia de conmemoración en compañía del primer ministro Charles Michel y del Vicepresidente y Ministro de Asuntos Exteriores, Didier Reynders. Una representación de la comunidad judía belga y de supervivientes del campo de exterminio también formó parte de la delegación belga.

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Los Príncipes herederos de Luxemburgo, Guillermo y Stephanie, también han viajado a Polonia para estar presente en la conmemoración de la liberación del campo de concentración. Lo han hecho acompañados del primer ministro Xavier Bettel. Los Herederos, además de asistir al acto solemne, presidido por el presidente polaco Bronislav Komorowsk, han despositado una corona de flores delante de una placa conmemorativa, escrita en lengua luxemburguesa y recientemente instalada.