Bután celebra la coronación del quinto 'Rey Dragón'

Jigme Khesar Namgyel Wangchuck, el monarca más joven del mundo, será el encargado de regir los destinos del pequeño país del Himalaya en su recién estrenada democracia

Por hola.com

Bután se vistió de fiesta. Con los trajes tradicionales del pequeño país del Himalaya, pero también con retales de entusiasmo, ilusión y confianza en un futuro próspero. De esta guisa festiva, dio la bienvenida a las delegaciones extranjeras, así como a miles de lugareños de otros rincones del pequeño reino budista que se animaron a viajar a Thimphu, la capital butanesa, para presenciar la coronación del quinto Rey Dragón de la dinastía de Wangchuk, en el poder desde 1907. Una solemne ceremonia, celebrada en la sala real del Fuerte de Thimphu en la que se coronaba oficialmente a Jigme Khesar Namgyel Wangchuck, el soberano más joven del mundo, que accede al trono de una reciente monarquía parlamentaria que boga por el equilibrio entre desarrollo y tradición.

Nació el 21 de febrero de 1980, fruto del matrimonio del anterior monarca butanés, Jigme Singye Wangchuck, de 53 años, con su tercera esposa, Ashi Tshering Yangdon Wangchuck, y es, desde el 14 de diciembre de 2006, el actual Rey de Bután. El joven, que tiene una hermana y un hermano menores, así como cuatro hermanastras y tres hermanastros, recibió el testigo de su padre que, después de hacerse famoso por su filosofía de la Felicidad Nacional, abdicó en su favor como parte de un plan para modernizar el reino y traer la democracia a sus conciudadanos. Un nuevo paso en la reforma gradual de un país que hasta los años sesenta carecía de carreteras, teléfono y moneda, y que la televisión sólo fue permitida en 1999.

La coronación, postpuesta durante dos años hasta que los astrólogos han encontrado una fecha propicia, tuvo lugar a las 08:31 hora local (02:31 GMT), en el momento considerado más "auspicioso", tal y como apuntó ayer el Primer Ministro, Jigme Thinley. Con el máximo líder espiritual de Bután, Je Khenpo, como maestro de ceremonias, Khesar tomó su asiento en el trono y los monjes iniciaron sus ofrendas -la rueda del drama (ley natural), un elefante como símbolo de la fortaleza y un caballo, signo de velocidad-, que se alargarían durante horas en un elaborado ritual budista. También se le ofreció incienso, frutas y conchas marinas, siempre con el ruido mántrico de las voces religiosas de fondo. El monarca, ataviado con el tradicional go, una prenda con cuadros de colores atada a la cintura, y la antigua corona con forma de cuervo, que le impuso su padre tras el canto de versículos budistas (sutras), salió horas después de la sala de coronaciones para presenciar los bailes ofrecidos por los lugareños.

La ceremonia, retransmitida en circuito cerrado por la televisión estatal butanesa (BBS), ha contado con la presencia de la Presidenta india, Pratibha Patil, como invitada de honor, aunque también acudieron la Presidenta del gobernante Partido del Congreso de la India, Sonia Gandhi, y su hija Priyanka. Las celebraciones no acaban aquí. Se prologarán durante los próximos dos días con danzas tradicionales de los diferentes grupos étnicos del país y concursos culturales en un estadio de la capital del remoto reino del Himalaya, aunque las celebraciones se alargarán durante más de un mes.