La Casa Real británica permanece inmutable tras la emisión de las duras declaraciones de lady Diana

Por hola.com

La Casa Real británica ha optado por el silencio y por el cumplimiento de todos y cada uno de sus compromisos oficiales, sin desprenderse de una sonrisa. A malos tiempos -parece ser la consigna de los miembros de la familia real- buena cara. Y no son, ciertamente, buenos los tiempos que atraviesan los habitantes del palacio de Buckingham. Después de muchos esfuerzos por evitar que la cadena NBC divulgara las cintas con declaraciones de Diana de Gales, no pudieron evitar que fueran emitidas el pasado jueves, con el cartel final de "continuará" (al parecer, una segunda parte será emitida el próximo 11 de marzo).

Silencio por respeto a la memoria de la princesa
Mientras los rotativos reproducen, casi palabra por palabra, la grabación, y el público se muestra conmovido no sólo por las declaraciones de la princesa (muchas de ellas ya eran conocidas por el libro de Andrew Morton), sino por el tono de voz débil y apesadumbrado de Diana de Gales; tanto la Reina como su hijo se dedicaron al día siguiente a sus visitas oficiales. Carlos de Inglaterra acudió a la inauguración de unas galerías recién restauradas en la Royal Academy Arts; por su parte, sus padres, la reina Isabel II y su marido, el duque de Edimburgo, se trasladaron hasta Portsmouth para conocer de cerca una de las grandes fragatas de la Armada británica.

El portavoz de Clarence House, la residencia de Carlos de Inglaterra, ante la insistencia de los medios por conocer el posicionamiento del Príncipe de Gales, respondió de la manera más escueta posible: "No tenemos ningún comentario que hacer sobre el programa". Algo más locuaz estuvo el portavoz del palacio de Buckingham: "Si antes no era apropiado pronuinciarse sobre la princesa durante su vida, tampoco lo es ahora después de su muerte".

Quienes seguro, una vez más, se sienten dolidos y afectados terriblemente por la tormenta informativa que enturbia el descanso de su madre y la paz familiar, son los hijos de la princesa: Guillermo y Harry. Guillermo, una vez más, ha tenido que ver reproducida en todos los rotativos la triste historia del intento de suicidio de su madre, cuando se encontraba embarazada de él. Por su parte, Harry habrá esuchado de nuevo la anécdota de los duros comentarios de su padre cuando él nació: "Oh, Dios, es niño... Y, además, pelirrojo". Nada halagador para unos adolescentes que buscan el equilibrio.