Por fin, el rey Víctor Manuel y su hijo, Manuel Filiberto, heredero de la Casa de los Saboya, disfrutan, maravillados, de su siempre elogiada Italia. Después de un exilio de más medio siglo, la familia real ha vuelto a sus raíces, protagonizando, después de 50 años de desarraigo, un esperado reencuentro que, según sus propias palabras al periódico italiano Stampa, no tiene fines políticos. "Yo no espero el ‘de ahora en adelante’. Yo vuelvo a Italia para ver a toda la gente que ha estado cerca durante tantos años... Nosotros volvemos como simples ciudadanos", declaró Manuel Filiberto.
El regreso por mar
Víctor Manuel, que volverá a su patria lesionado después de que se fracturara dos costillas durante el Rally de coches en Egipto, su esposa, Marina Doria, y su hijo, Manuel Filiberto, que a menudo pasaban sus vacaciones en la quinta que poseen en la isla francesa de Córcega, muy cerca de Cerdeña (navegaban todo lo cerca que podían de la costa italiana) quieren volver, al parecer, por mar como "gesto simbólico", ya que el rey abandonó esta ciudad, y con ella este país, de niño, en 1946, con su padre, Umberto II, el último monarca reinante...Víctor Manuel quiere que su primera vista de Italia sea la que vio por última vez desde el barco del adiós.
Gracias al Gobierno de Berlusconi
La Monarquía llegó a su fin en 1946 tras un referéndum en el que los ciudadanos italianos se enfrentaron a ellos cuando descubrieron su estrecha relación con el régimen fascista de Mussolini. Ahora, tras cincuenta años de destierro, la situación ha cambiado sobre todo después de que el Gobierno de centro-derecha de Silvio Berlusconi haya allanado el camino para el regreso de los Saboya.
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