En un día como la Nochevieja, las uvas estarán presentes en la mayoría de los hogares españoles. La tradición manda, pero hay que ser especialmente cuidadoso, sobre todo en el caso de los más pequeños. Cada año, pediatras y expertos advierten de los riesgos que las uvas, si se les ofrecen enteras, entrañan para los niños. Por eso, nunca está de más tener bien presente que se deben presentar partidas para los más pequeños, puesto que de lo contrario se podrían atragantar con ellas.
Y esto no es cuestión baladí, puesto que los atragantamientos son la tercera causa de muerte no natural en niños menores de 5 años, por encima incluso de los accidentes de tráfico, según recoge la Asociación Española de Pediatría (AEP). La asfixia es una de las principales causas de mortalidad durante la infancia, especialmente en niños de entre uno y cinco años, ya que sus habilidades motoras y de deglución aún no están completamente desarrolladas. Además, durante las fiestas navideñas, y especialmente en fin de año, aumenta el riesgo de atragantamiento, al consumirse más turrones, frutos secos, peladillas, palomitas de maíz y, sobre todo, uvas y caramelos.
“No hay año en que no acabe algún niño en urgencias por este motivo, con consecuencias a veces graves o incluso fatales”, señala el doctor Ignacio Manrique, coordinador del Comité de Soporte Vital de la Asociación Española de Pediatría (AEP), quien insiste en que “el atragantamiento se puede prevenir tomando las medidas adecuadas y aprendiendo a actuar correctamente si se da un episodio”.
Los expertos recomiendan que las uvas estén cortadas en cuatro trozos, además de peladas y sin semillas
Especial cuidado con las uvas
Teniendo esto en cuenta, es importante seguir una serie de recomendaciones que pueden ser especialmente útiles en esta fecha tan señalada:
- No se deben ofrecer uvas enteras a los niños y niñas hasta al menos los 4–5 años, cuando el riesgo de atragantamiento disminuye significativamente. Hasta entonces, se recomienda partirlas en cuatro trozos a lo largo, no en rodajas.
- Además, las uvas deben estar peladas y sin semillas, pues la piel es resbaladiza y puede deslizarse sin querer hacia la garganta.
- Es conveniente que el niño esté sentado y tranquilo cuando las tome.
- Como es lógico, deberá tomarlas con supervisión de un adulto.
- Hay que considerar que los gusanitos de sémola de maíz o las pasas pueden ser alternativas seguras a las uvas.
Evitar el riesgo de asfixia
Es esencial tener en cuenta que, tras un atragantamiento con asfixia, se cuenta solo con 4 minutos para evitar lesiones irreversibles en el cerebro y con 8 para impedir la muerte cerebral o completa del menor. “En consulta recibimos infinidad de preguntas sobre primeros auxilios”, apunta por su parte el doctor Ignacio Manrique, coordinador del nuevo Comité de Soporte Vital (CSV), creado recientemente por la AEP para ayudar a la población a reconocer las situaciones de riesgo y actuar en consecuencia. “Muchos incluso deciden buscar por su cuenta información por internet y eso a veces es peor, porque los consejos pueden venir de fuentes poco fiables”, advierte.
Como decíamos, nunca está de más recordar los peligros de no ofrecer de manera adecuada las uvas a los niños. “Para hacernos una idea, el diámetro de una tráquea infantil es similar al de su meñique, por lo que deberemos siempre darle trozos más pequeños”, recomienda el facultativo. Este no es, sin embargo, el único riesgo relacionado con un posible atragantamiento al que se exponen los más pequeños en Navidades. Entre los más habituales se encuentran los siguientes:
- Aperitivos navideños. La mayoría de los aperitivos propios de estas fechas incluyen frutos secos, sobre los que el doctor Carlos de la Torre, cirujano pediátrico del Hospital Universitario La Paz, señala que “deberían llevar la misma advertencia que los medicamentos: tienen que mantenerse fuera del alcance de los niños, sobre todo las pipas, los cacahuetes y los anacardos”, subraya. Entre los aperitivos con los que debemos tener especial cuidado destacan “las peladillas o los típicos chocolatitos de colores en forma de botón”, que deberemos evitar “siempre”. Todo ello podemos sustituirlo por otras opciones más seguras como los gusanitos de sémola de maíz o las pasas.
- Los globos. A los niños les encantan los globos y, en esta época, que ven más por todas partes (en puestos navideños, en decoraciones, en vendedores ambulantes…). Pero es uno de los objetos más peligrosos ya estén hinchado como sin hinchar y casi aún más si explotan mientras lo inflan o lo muerden, puesto que podrían tragar los fragmentos y quedarse estos adheridos a las vías respiratorias.
- Las alubias. Se trata de un alimento con el que hay que tener especial cuidado, puesto que se hinchan con la humedad de la saliva o de la tráquea y pueden, por tanto, obstruirla.
- Las decoraciones que tienen piezas diminutas, que los niños podrían tragar por accidente. Y lo mismo con las piezas de juguetes muy pequeños y con pulseras de cuentas. Dentro de los juguetes, son especialmente peligrosas las bolas de los bingos navideños con los que jugamos en casa con la familia.
- Las pilas de botón. Deben estar siempre lejos del alcance de los niños, puesto que su riesgo va mucho más allá del atragantamiento: aun suponiendo que sea posible extraersela al niño o que llegue al estómago, pueden provocarle quemaduras de extrema gravedad en el esófago.
Ojo también con los caramelos
Hay otro dulce muy presente en estas fiestas navideñas, los caramelos, con el que también hay que tener especial cuidado. Especialmente aquellos que son duros y redondos pueden bloquear completamente la vía aérea de un niño en segundos. No se deshacen rápido y encajan con facilidad en la garganta. Por todo ello, son una de las causas más frecuentes de atragantamiento en la infancia, especialmente en menores de 5 años. El CSV-AEP ofrece las siguientes recomendaciones por edades:
- 0–3 años: riesgo muy alto. No deben consumir caramelos.
- 3–5 años: riesgo alto, incluso con supervisión por parte de familiares o de adultos que estén junto a él.
- Por encima de los 5 años: el riesgo disminuye, pero no desaparece.
Cómo actuar ante un atragantamiento
Si, a pesar de haber tomado las medidas preventivas, vemos que sucede un atragantamiento que está evitando el paso del aire a los pulmones, deberemos seguir los siguientes pasos que recomienda la Asociación Española de Pediatría:
- Llamar a emergencias (112)
- Mantener la calma, no tocarle ni zarandearle y animarle a toser
- Si vemos que la tos no es efectiva para expulsar el elemento succionado y, al abrirle la boca, vemos viable extraerlo con las manos, lo hacemos. Si no vemos claro que podemos sacarlo sin empujarlo hacia adentro, o el niño es menor de un año, mejor no intentarlo.
- Echar al niño hacia adelante y darle 5 golpes secos en la espalda (entre los omoplatos).
- Si nada de esto funciona, intentaremos practicarle las Maniobras de Heimlich, siempre que el niño sea mayor de 1 año:
-Abrazar al niño por detrás, desde su altura (o le subimos a una silla o nos ponemos de rodillas).
-Cerrar la mano formando un puño y colocarlo, con el pulgar hacia el estómago del niño, entre su ombligo y la punta inferior del esternón.
-Agarrar el puño con la otra mano y comprimir rápidamente hacia adentro y hacia arriba, para lograr que el objeto salga expulsado.
-Repetir tantas veces como sea necesario






