Dar el pecho a demanda significa que el bebé puede acceder al mismo cuando lo pida y durante el tiempo que quiera, sin imponer límites horarios. Esta recomendación, avalada por todas las sociedades médicas del sector, es la que más favorece una buena instauración de la lactancia materna. No obstante, algunos bebés pueden estar durante un tiempo que se considera demasiado prolongado al pecho, lo que puede indicar que hay algún problema, especialmente cuando hay otros síntomas que acompañan a esta realidad, como una mala ganancia de peso o el dolor o la grieta en las mamas.
Para diferenciar cuándo se puede estar ante una situación así, hemos recurrido a Diana Jiménez Ciriero, matrona y consultora certificada en lactancia materna IBCLC, con consulta en el Hospital Quirónsalud San José, de Madrid.
Pasar horas al pecho sin succión efectiva no es deseable ni para el bebé ni para la madre
Un ritmo de succión diferente en cada niño
La duración de una toma al pecho puede ser muy variada, y la frecuencia en que el bebé lo reclama también. "La evidencia muestra que los bebés pueden variar ampliamente en el tiempo que pasan en cada toma, desde 10 a 30 minutos por pecho, dependiendo de factores como la edad, la técnica de succión y el vaciamiento mamario", señala la especialista. Unos succionan de forma más rápida, otros hacen pausas, otros no... Hay grandes diferencias.
Por eso, la recomendación es que las tomas sean a demanda, y que la duración de cada una dependa de las señales de hambre y saciedad del niño, "permitiendo que succione hasta que se retire espontáneamente del pecho o muestre signos claros de satisfacción". Es importante dejar que el niño vacíe el pecho, ya que así llega a la leche del final, que es más rica en grasa y, por otro lado, estimula en su madre una adecuada producción láctea.
"La lactancia a demanda, sin restricciones de tiempo, se asocia con mayor éxito en la duración total de la lactancia y menos complicaciones maternas, como dolor mamario y congestión", recalca.
No obstante, hay una excepción: las primeras semanas de vida. Si han pasado más de tres horas y el niño no ha mamado, conviene despertarlo para que lo haga, sobre todo si nació de forma prematura, con bajo peso o tiene algún factor de riesgo metabólico. En estos primeros días de vida, debería hacer un mínimo de ocho tomas cada 24 horas. Esto sería así hasta que el recién nacido haya recuperado su peso del nacimiento y la producción de leche se ha estabilizado, lo que suele suceder hacia las dos semanas de vida.
¿Cuándo hablamos de tomas excesivamente largas al pecho?
A pesar de todo lo anterior, y de que la lactancia debe ser a demanda, en algunas situaciones las tomas se consideran técnicamente demasiado prolongadas, y pueden estar indicando la presencia de un problema.
Estas son las señales de que la toma podría ser excesiva, tal como lo detalla Diana Jiménez:
- Tomas que duran más de 40–60 minutos de forma sistemática, sin que el bebé parezca satisfecho ni se desprenda espontáneamente del pecho.
- El bebé no gana peso adecuadamente, a pesar de mamar con frecuencia y durante mucho tiempo.
- El pezón de la madre duele o aparece dañado, lo que podría indicar un mal agarre o succión ineficaz.
- El bebé se queda dormido al pecho casi enseguida, sin realizar succiones efectivas (no se ven movimientos rítmicos de mandíbula ni se oyen tragos).
- Pocas micciones o deposiciones, lo que indica que no está recibiendo suficiente leche.
- La madre se siente exhausta o con el pecho constantemente congestionado, señal de que el vaciado no está siendo eficaz.
- Complicaciones mamarias por un vaciado incompleto de la glándula, tales como congestión mamaria, obstrucción de conductos y mastitis por la estasis de la leche.
Una vez que se observa esta situación. ¿Qué habría que hacer? Estas son sus recomendaciones:
- Revisar la técnica de agarre y la posición con ayuda de un profesional (pediatra, matrona o asesora de lactancia).
- Observar el patrón de succión: una succión efectiva alterna movimientos rápidos al inicio y más lentos y profundos cuando fluye la leche.
- Ofrecer ambos pechos si el bebé parece no quedar satisfecho tras vaciar el primero.
- En algunos casos, puede ser útil estimular o despertar suavemente al bebé si se duerme muy pronto en el pecho.
- Estar atentos a las señales precoces de hambre del bebé, las cuales incluyen movimientos de búsqueda, succión, llevarse las manos a la boca, inquietud, sin esperar a que el bebé llore, ya que el llanto se considera un signo tardío de hambre.
¿Qué puede estar detrás de las tomas demasiado prolongadas al pecho?
Aunque la lactancia debe ser a demanda "pasar horas al pecho sin succión efectiva no es deseable ni para el bebé ni para la madre". ¿Cuáles pueden ser las causas de esas tomas excesivamente largas? Así lo explica la consultora certificada:
- Agarre ineficaz o posición incorrecta: "El bebé no se prende bien y no extrae suficiente leche, por lo que succiona durante mucho tiempo sin saciarse".
- Sueño profundo o somnolencia excesiva: "Algunos recién nacidos (especialmente si son pequeños, prematuros o con ictericia) se duermen fácilmente antes de haber comido suficiente".
- Baja transferencia de leche: "Puede deberse a un reflejo de eyección débil, grietas dolorosas que dificultan el vaciado o una succión poco efectiva del bebé".
- Uso del pecho como chupete: "El bebé puede buscar consuelo más que alimento. Esto es normal en parte, pero si ocurre durante horas, es importante revisar la eficiencia de la lactancia".
Para resolver la situación habría que revisar el agarre y la posición. ¿Cómo saber que son correctos? "La boca debe estar bien abierta, con más areola dentro del labio inferior que del superior; el mentón toca el pecho y la nariz queda libre". Si la toma es eficaz, se observan "movimientos rítmicos y profundos de mandíbula; pausas breves y regulares; sonido de deglución ('glup')", describe.
Cuando el agarre no es correcto, aunque a la madre no le duela, el flujo de leche puede reducirse mucho. En todos los casos anteriores, lo recomendable es consultar con una especialista en lactancia para abordar el problema.
Por el contrario, son señales de una buena alimentación "mojar al menos cinco o seis pañales de orina al día (a partir del quinto día de vida), hacer varias deposiciones al día (en las primeras semanas) y ganar peso adecuadamente", resalta la experta.
¿Y si el niño se duerme en la toma?
Muchos bebés, sobre todo cuando son muy pequeños, pueden dormirse durante la toma al pecho. Para estimularlo si se duerme muy pronto, hay algunas indicaciones, que destaca Diana Jiménez:
- Despertarlo antes de ofrecer el pecho (cambiarle el pañal, descubrirlo un poco).
- Si tras iniciar la toma el bebé solo “chupa” sin tragar, se le puede estimular acariciándole la planta del pie, la espalda o cambiándole de pecho.
- Mientras mama, hacer compresiones suaves en el pecho para ayudar al flujo de leche y mantener su interés.
- Si se duerme y no succiona de forma efectiva, se puede retirar suavemente y ofrecer el otro pecho más tarde.
- Cambiarlo de pecho si se queda dormido en uno.
Cuando la madre tiene la sensación de que las tomas se juntan
"Es normal que, sobre todo en los primeros meses, una toma parezca que se junta con la siguiente. Esto puede desconcertar a las madres, pero en la mayoría de los casos no indica un problema, sino que forma parte del patrón normal de la lactancia a demanda", indica la matrona.
Hay distintos motivos por lo que puede parecer que las tomas se solapan. Hay que tener en cuenta que el estómago del recién nacido es muy pequeño ("en los primeros días solo puede contener unos pocos mililitros de leche, así que necesita alimentarse con frecuencia y la leche materna se digiere rápido, en una hora y media a dos horas"). Además, las tomas no son siempre iguales. A veces el bebé hace una toma más grande y se queda dormido; otras solo quiere un poco de leche y consuelo o cercanía con su madre y vuelve a pedir enseguida...
También hay que tener en cuenta los brotes de crecimiento (por ejemplo, los que se producen a los 7-10 días, 3 semanas, 6 semanas, 3 meses..), en los que el niño puede estar mucho más demandante. "En esos días pueden parecer 'pegados' al pecho casi todo el tiempo porque maman con muchísima frecuencia para aumentar la producción de leche", destaca la experta.
E igualmente hay una necesidad de contacto y seguridad. "El pecho no es solo alimento, sino también consuelo, calor y vínculo. Especialmente por la tarde o noche, muchos bebés demandan más contacto y más tomas (lo que se llama cluster feeding o tomas agrupadas)", aclara.
La lactancia debe ser a demanda, evitando horarios rígidos. "No se trata de limitar el tiempo al pecho, sino de asegurar tomas efectivas y nutritivas", destaca Diana Jiménez. Una vez que el factor nutritivo está asegurado, el tiempo que pasen madre e hijo juntos al pecho puede depender solo de ellos, de la comodidad o necesidad que manifiesten. "Aunque el bebé ya no esté mamando activamente, ese tiempo de contacto piel con piel, calor, olor y mirada tiene un valor enorme, tanto emocional como fisiológico", concluye.









