Cuando al niño le salen granitos, ronchas o habones en la piel solemos alertarnos mucho y no siempre está claro cómo actuar. Hablamos de urticaria, la aparición de ronchas y habones que pican mucho.
La Sociedad Española de Urgencias de Pediatría (SEUP) ofrece una serie de consejos para actuar y saber cuándo se trata de una emergencia y hay que acudir a un servicio médico sin demora para evitar otras complicaciones.
¿Por qué aparece la urticaria en niños?
En la mayoría de los casos, "las urticarias están ocasionadas por una infección", recalcan desde la SEUP. "La causa alérgica es menos frecuente". Hablamos de urticaria cuando esas ronchas y habones aparecen y desaparecen con rapidez, cambian de localización en el cuerpo, pican mucho y duran menos de 24 horas. Si tiene otras características, estaríamos hablando de otro cuadro médico. Son infecciones pasajeras leves y muchas veces no se llega a determinar de cuál se trata.
Si fuese por una alergia alimentaria, la urticaria aparecería antes de que pasen dos horas desde que el niño ha ingerido el alimento. También puede desencadenarse por otros factores, como medicamentos, picaduras de insectos, frío, calor, esfuerzo, sudor, rascado... "Los detergentes, suavizantes y aditivos alimentarios no producen urticaria", comentan desde la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP). Es muy importante saber qué ha hecho el niño en los minutos o en las horas previas a la aparición de la urticaria para poder detectar si hay algún desencadenante claro de la misma.
Los brotes de urticaria suelen durar entre 5 y 7 días, aunque pueden continuar durante varias semanas, sin que esto signifique ninguna gravedad. En la mayoría de los casos, no se lleva a cabo ningún estudio médico para determinar la causa, aunque el pediatra debe saber que se ha producido para tenerlo en cuenta por si se repitiera en sucesivas ocasiones. Una urticaria aguda puede durar hasta seis semanas. Si se prolonga más de ese tiempo o no remite con el tratamiento prescrito, hablaríamos de una urticaria crónica, para la que hay que hacer un estudio más completo.
¿Cuáles son los síntomas de la urticaria infantil?
El síntoma más característico de la urticaria son las ronchas o los habones. Los habones son placas rojas y elevadas en la piel. Tal como explica desde la SEUP, "son evanescentes, es decir, a la vez que aparecen en una zona de la piel desaparecen de otras".
Pero estas manifestaciones cutáneas pueden acompañarse de otras, como inflamación de manos, pies, codos y cara (especialmente en los párpados), y, excepcionalmente, dificultad para respirar y para tragar. Esa inflamación no es dolorosa y se denomina angioedema.
¿Cómo reaccionar en casa cuando hay un episodio de urticaria?
"Un niño con urticaria puede comer su comida habitual sin introducir alimentos nuevos en su alimentación", aconsejan desde la SEUP. Además, plantean estas recomendaciones:
- Vigilar la aparición de dificultad para tragar o respirar del niño.
- Evitar frotar la piel o dar baños o duchas con agua muy caliente.
- No aplicar en la piel polvos o pomadas sin consultar antes con el pediatra. Tampoco administrar jarabes (por ejemplo, antihistamínicos) sin preguntarlo antes a su médico. Es cierto que es un cuadro muy molesto, pero conviene que sea el profesional el que indique los pasos a seguir, pues de otro modo podrían ser contraproducentes.
¿Cuándo consultar con un servicio de urgencias ante la urticaria infantil?
Aunque la mayoría de las veces, la urticaria no representa un motivo de alerta, hay otras ocasiones en que sí hay que llevar al menor a la mayor brevedad a un servicio de Urgencias. Estas son las cuatro situaciones que indica la SEUP:
- El niño respira con dificultad, tiene ronquera o se le oyen ruidos en el pecho (los clásicos pitos).
- El pequeño no puede tragar o babea mucho.
- Se encuentra mal (al margen de la molestia del picor que crea mucho disconfort) o se le hincha la cara.
- La urticaria aparece después de una picadura o de la ingestión de un alimento que antes ya le ha producido una reacción alérgica.
Podríamos estar hablando de un shock anafiláctico, que es una emergencia, pues tiene riesgo vital. Por eso, ante la duda, y sobre todo cuando se presente alguna de estas cuatro situaciones, hay que llevar al niño a un servicio de urgencias para que lo estabilicen y le den el soporte médico que necesita.