Ir al contenido principalIr al cierre de página
Es Tendencia

Psicología

Ana Belén Gómez, psicóloga: "Para muchos jóvenes LGTBIQ+, la falta de aceptación familiar sigue siendo una de las principales fuentes de sufrimiento"


La psicóloga explica cómo el apoyo en casa puede marcar la diferencia en su salud mental


Una adolescente pensativa con sudadera con capucha se sienta en un sofá con una mirada distante, con una bandera LGBTQ borrosa en primer plano.© LIGHTFIELD STUDIOS - stock.adobe.com
18 de septiembre de 2025 - 18:00 CEST

La diversidad sexual y de género no es inherente a padecer problemas de salud mental, ni muchísimo menos, pero la realidad es que muchos menores que son vistos por su entorno como ‘diferentes’ acaban teniendo problemas de esta índole. Ana Belén Gómez Arias, psicóloga del Programa LGTBI de la Comunidad de Madrid, miembro del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid y pionera en diversidad sexual y de género, explica cuáles son los principales factores de riesgo que ocasionan ese profundo malestar emocional y qué hacer para proteger a los menores.

¿Cuáles son los factores de riesgo en adolescentes o jóvenes LGTBIQ+?

El problema no es la diversidad sexual y de género. El problema es la mirada social y las experiencias de rechazo, estigma y discriminación que sufren las personas LGTBIQ+. Especialmente las vivencias de lgtbi fobia en los entornos inmediatos, como el ámbito educativo y familiar. 

El impacto psicológico del estrés de minorías en jóvenes LGTBIQ+ es un fenómeno complejo que involucra diversos factores, entre ellos el estigma social, la vergüenza interiorizada y los procesos de construcción identitaria. Estos jóvenes, a pesar de los avances en derechos, siguen enfrentando una serie de desafíos que amenazan su bienestar y desarrollo. La discriminación, el acoso y la falta de apoyo son realidades que continúan afectando gravemente a su salud mental.

El acoso homofóbico y transfóbico puede dejar una huella profunda en la vida de un niño o adolescente

Ana Belén Gómez, psicóloga

El principal factor de riesgo para la salud mental de la juventud LGTBIQ+ es el estigma social, originado en construcciones culturales y prejuicios más que en realidades objetivas. En el caso de la juventud LGTBIQ+, este estigma puede generar consecuencias para su bienestar emocional. La juventud LGTBIQ+ se enfrenta a comentarios despectivos, acoso escolar y violencia, tanto física como verbal o psicológica. Estas experiencias incrementan el riesgo de ansiedad, depresión y, en los casos más extremos, de conductas suicidas. La exposición al acoso escolar intensifica este impacto, comprometiendo gravemente el bienestar emocional. 

Otro factor crítico es la falta de aceptación familiar. Cuando en casa no encuentran apoyo, la vulnerabilidad aumenta: se debilita la autoestima, aparecen sentimientos de soledad y se dificulta su desarrollo emocional. Para muchos jóvenes LGTBIQ+, la falta de aceptación familiar sigue siendo una de las principales fuentes de sufrimiento. La ausencia de apoyo de las familias contribuye a una mayor vulnerabilidad en términos de salud emocional y autoestima.

Todo ello puede dar lugar a un estigma interiorizado, cuando los jóvenes asumen mensajes negativos sobre sí mismos.

En definitiva, los principales riesgos vienen del rechazo, la discriminación y la ausencia de entornos seguros, no de la orientación o identidad en sí misma.

¿Cuál es el papel de la familia para proteger a estos niños y adolescentes de padecer problemas psicoemocionales? 

La familia es el principal factor protector. Cuando los hijos reciben amor incondicional, escucha y acompañamiento, se fortalece su autoestima, su resiliencia y su bienestar. Sentirse aceptados en casa les da seguridad para afrontar lo que ocurra fuera. 

Importantes estudios destacan la incidencia que el rechazo o la aceptación familiar pueden tener sobre la salud, la vida, la felicidad y el bienestar de infancias y adolescencias. Las investigaciones muestran que la aceptación y el amor incondicional de las familias son factores de protección de un óptimo bienestar emocional y de una vida mejor. 

La aceptación familiar es un factor decisivo de protección, mientras que el rechazo multiplica de forma significativa la vulnerabilidad psicológica, el aislamiento y la baja autoestima. Según la investigación, el rechazo o la incomprensión familiar que sufren muchos jóvenes les hace más proclives a sufrir anorexia, bulimia, depresiones, consumo y abuso de sustancias y más riesgo de conducta suicida. La juventud rechazada por sus familias tiene una autoestima más baja, cuentan con menos red social y sufren más aislamiento. 

La investigación de Caitlin Ryan y el Family Acceptance Project demuestra que los jóvenes LGTBIQ+ que sufren altos niveles de rechazo familiar tienen: 8 veces más probabilidades de intentar suicidarse, 6 veces más riesgo de sufrir depresión y 3 veces más riesgo de consumir drogas ilícitas, en comparación con quienes cuentan con apoyo y validación en su hogar.

Estos hallazgos evidencian que el apoyo familiar no solo mejora la autoestima y la resiliencia, sino que constituye un verdadero factor protector frente a la salud mental y el bienestar integral de adolescentes LGTBIQ+.

Niño con bandera del orgullo© Getty Images

¿Qué ocurre si la familia tiene problemas de aceptación? 

Desde la intervención psicológica, el objetivo inicial es trabajar con las familias en el proceso de comprensión y aceptación de la diversidad sexual y de género de sus hijos e hijas. Esto implica:

  • Favorecer la exploración y expresión de género en un entorno seguro.
  • Promover una comunicación abierta y adaptada al nivel de desarrollo.
  • Implicar a la red cercana (hermanos, abuelos, amistades) en el proceso de apoyo.
  • Fomentar la integración plena en la escuela y en la comunidad.

En los casos de género diverso, la intervención requiere además acompañar a la familia en la gestión de la incertidumbre evolutiva sobre la identidad de género, reforzando su capacidad de tolerancia y flexibilidad frente a un proceso que es dinámico y no lineal.

La aceptación familiar es un factor decisivo de protección, mientras que el rechazo multiplica de forma significativa la vulnerabilidad psicológica, el aislamiento y la baja autoestima

Ana Belén Gómez, psicóloga

El acompañamiento terapéutico y psicoeducativo a las familias se convierte, por tanto, en un factor protector esencial: facilita la aceptación, disminuye los niveles de estrés, y optimiza tanto la salud mental de los hijos como el clima emocional del sistema familiar en su conjunto.

¿Cuál es el papel del centro escolar para prevenir y proteger a los menores DSG? 

La violencia verbal y psicológica, tanto en el ámbito escolar como en las redes sociales, es una de las formas más comunes de agresión hacia los jóvenes LGTBIQ+. El ciberacoso, en particular, aumenta el aislamiento social y profundiza las heridas emocionales, dado que los jóvenes son constantemente bombardeados por mensajes de odio y rechazo. 

Es fundamental que desde el ámbito educativo se siga reforzando y trabajando para crear espacios seguros, inclusivos y de apoyo para los jóvenes LGTBIQ+. Solo a través de un compromiso colectivo con la igualdad y la aceptación plena se podrá garantizar que estos jóvenes crezcan en un entorno que favorezca su bienestar, su identidad y su salud emocional.

El colegio debe ser un espacio seguro e inclusivo. El acoso homofóbico y transfóbico sigue siendo una de las formas de violencia más frecuentes y puede dejar una huella profunda en la vida de un niño o adolescente. Por ello, el ámbito educativo tiene la responsabilidad de implementar programas de sensibilización dirigidos a profesorado, alumnado y familias, así como de establecer protocolos eficaces frente al acoso y promover climas de respeto y aceptación, donde cada estudiante pueda desarrollarse con libertad y sin miedo a ser quien es.

¿Cuáles son los problemas más habituales de menores LGTBIQ+ que acuden a la consulta de un psicólogo? 

La adolescencia es una etapa clave de autodefinición e identidad, en la que los jóvenes se enfrentan a la tarea de comprender quiénes son y construir relaciones significativas. En el caso de los y las adolescentes con diversidad sexual y de género, este proceso se ve condicionado por una sociedad que todavía mantiene actitudes excluyentes hacia las identidades no heteronormativas. Como consecuencia, los jóvenes LGTBIQ+ presentan una mayor prevalencia de trastornos de salud mental —depresión, ansiedad y pensamientos suicidas— en comparación con sus pares heterosexuales y cisgénero. La discriminación, el rechazo social y la falta de apoyo emocional constituyen factores centrales que explican este incremento.

Este fenómeno, conocido como estrés de minorías, se manifiesta a través de factores estresores específicos, entre los que destacan:

  • Eventos de discriminación: experiencias directas de exclusión en el ámbito escolar, sanitario, social o comunitario.
  • Prejuicio y estigma: interiorización de estereotipos negativos sobre la orientación sexual o identidad de género.
  • Problemas de autoaceptación durante el proceso de construcción identitaria.
  • Ocultación de la identidad para evitar discriminación o rechazo.
  • Dificultades en la revelación o salida del armario, que pueden vivirse con altos niveles de ansiedad.
  • LGTBIQ+fobia interiorizada, generando culpa, vergüenza y baja autoestima.
  • Rechazo escolar y/o familiar, que aumenta la vulnerabilidad psicológica y el aislamiento.

En conjunto, estos factores configuran un escenario de mayor riesgo, que hace imprescindible la existencia de espacios terapéuticos seguros, afirmativos e inclusivos, donde los adolescentes puedan trabajar la autoaceptación, fortalecer la resiliencia y desarrollar una identidad positiva y saludable.

Adolescentes abrazadas© Getty Images

¿Cómo superar las dificultades para prevenir su impacto en la vida adulta? 

Aunque la adolescencia y juventud LGTBIQ+ conllevan desafíos adicionales, también representan una etapa de crecimiento, empoderamiento y afirmación identitaria. En las últimas décadas, la mayor visibilidad y aceptación social de las identidades diversas ha generado un entorno más favorable para su desarrollo pleno.

Muchos jóvenes encuentran fortaleza en la pertenencia y el activismo, a través de movimientos sociales, asociaciones y espacios seguros que ofrecen apoyo, comunidad y validación. Estos entornos contribuyen a la construcción de una identidad positiva y a la reducción del aislamiento. Asimismo, la educación sexual integral, inclusiva y respetuosa constituye un pilar fundamental para prevenir la discriminación y favorecer que los adolescentes crezcan con referentes positivos, desarrollen resiliencia y consoliden un proyecto vital saludable de cara a la vida adulta.

¿Cuál es el papel de la sociedad?

La responsabilidad de proteger y promover el bienestar de la juventud LGTBIQ+ no recae únicamente en las familias o en las escuelas. Es la sociedad en su conjunto la que debe garantizar entornos libres de violencia y discriminación. A través de la educación, la inclusión y el apoyo constante, podemos asegurar que estos jóvenes crezcan valorados por quienes son y con la libertad de desarrollarse plenamente. 

La adolescencia y la juventud son períodos de transformación y crecimiento, pero para los jóvenes con diversidad sexual, estos momentos están marcados por desafíos adicionales. El estigma social, la discriminación, la falta de apoyo familiar y la violencia continúan siendo barreras que dificultan el bienestar emocional y psicológico de estos jóvenes. Sin embargo, también existen oportunidades significativas para el empoderamiento, la visibilidad y la afirmación de su identidad.

Es fundamental que la sociedad en su conjunto trabaje para crear un entorno seguro, inclusivo y respetuoso para todos los jóvenes, independientemente de su orientación sexual o identidad de género. Solo mediante la educación, la inclusión y el apoyo continuo será posible asegurar que los jóvenes LGTBIQ+ puedan crecer en un mundo donde se les valore por quienes son, con plena libertad para ser ellos mismos.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.