En construcción. O, como dicen en marketing, work in progress. Es como se puede calificar la piel y el cabello de los niños. Y es que su crecimiento no solo se mide en centímetros: también en la forma en que maduran su piel, su melanina y hasta el pelo.
A la carta
¿Qué hay más suave que la piel de un bebé? ¡Nada! Pero esa delicadeza tiene un precio: una epidermis superfina, una capa córnea muy frágil y una mala adaptación a los cambios de temperatura y, sobre todo, al sol. De ahí que, mientras madura y se engrosa, requiera fórmulas específicas, además de una hidratación constante e intensiva. Invertir en productos para niños no es un capricho: la piel de los más pequeños necesita cosmética hecha a su medida para cada etapa del crecimiento.
Tono gradual
Una piel muy sonrosada, pelo claro e incluso ojos azules o grises: los recién nacidos tienen una producción de melanina muy reducida que, además, no es muy eficaz a la hora de crearla. Vamos, que no hay mucha y funciona regular. Únicamente con el paso del tiempo irá madurando, siempre de forma gradual. Esa indefensión cutánea hace que no baste solo el uso de fotoprotectores: su piel necesita ropa con filtros UV y permanecer a la sombra el mayor tiempo posible.
Salud dental
Durante mucho tiempo se pensó que, dado que los dientes de leche son temporales y se caen, no valía la pena dedicarles grandes cuidados. ¡Error! Los primeros dientes son un pequeño tesoro que merece cuidados desde el primer día. Y es que, incluso antes de que salgan, conviene limpiar las encías del bebé con una gasa húmeda o un dedal de silicona tras las tomas, para mantener la boca fresca y sin restos. En cuanto asome el primer diente de leche, hay que cuidarlo con un cepillo infantil de cerdas muy suaves adaptado a su edad y siempre con un poquito de pasta de dientes, también específica para cada etapa de su desarrollo.
En cuanto asome el primer diente de leche, hay que cuidarlo
Las etapas de su piel
- Bebés: Recién estrenada: así es la piel hasta los 12 meses. Una epidermis hasta un 30% más delgada que la del adulto, y una barrera frágil y permeable hacen que necesite mucha hidratación con productos hipoalergénicos.
- De 1 a 3 años: Aun habiendo engrosado, su piel todavía es muy fina y no produce apenas lípidos, lo que la hace propensa a irritaciones o dermatitis. Requiere limpieza muy suave e hidratación diaria.
- Hasta los 6 años: La piel se va haciendo más resistente y produce más melanina, además de no sufrir tanto de sequedad extrema, pero sigue requiriendo protección solar e hidratación regular.
- De 7 a 9 años: En grosor e hidratación, su piel es casi como la de los adultos, con la diferencia de que sus glándulas sebáceas no producen apenas grasa, algo que puede cambiar de forma radical en la adolescencia
Básicos infalibles
Fórmulas ultrasuaves: La cosmética infantil pasa pruebas de seguridad reforzadas y la lista de ingredientes restringidos o prohibidos es mayor que en la habitual. Por ejemplo, el número de perfumes y alérgenos es muchísimo menor, lo que también la hace recomendable para personas con piel sensible.