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Fertilidad

Dra. Carmen Rubio, genetista: "El test genético que evita enfermedades en bebés ya es rutina en la fecundación in vitro"


Es posible detectar enfermedades genéticas en embriones de laboratorio y así evitar que el bebé herede patologías graves o alteraciones que afecten a su calidad de vida.


Dra. Carmen Rubio, embrióloga y genetista© Dra. Carmen Rubio
5 de septiembre de 2025 - 7:30 CEST

La Ciencia ha avanzado de manera admirable en lo que a tratamientos de fertilidad se refiere. Si ya resulta asombroso, si lo pensamos bien, que sea posible extraer el óvulo y el espermatozoide y llevar a cabo la implantación en un laboratorio para después transferir el embrión resultante al útero de la mujer (que es, básicamente, en lo que consiste la fecundavión in vitro), el test genético preimplantacional (PGT) es casi más asombroso aún.

Ese test lo que hace es analizar el embrión, comprobar si porta alguna enfermedad o alguna alteración genética. De esta forma, los embriólogos y los ginecólogos se aseguran de que el embrión que se va a transferir al útero materno en una FIV (fecundación in vitro) es un embrión sano. Así, en caso de lograrse el embarazo, el bebé no arrastrará ninguna enfermedad grave de origen familiar ni tendrá ninguna alteración genética que pueda condicionar su calidad de vida. ¿No es acaso esto sorprendente?

Sí, parece ciencia ficción, pero la realidad es que es una prueba rutinaria en la mayoría de clínicas de fertilidad. Una prueba que, además, ofrece mayores posibilidades de embarazo, puesto que los embriones que sí que tienen alteraciones genéticas pueden desembocar en aborto espontáneo o puede que incluso, ni siquiera sea posible que se logre dicho embarazo. Hemos hablado con la Dra. Carmen Rubio Lluesa, genetista y embrióloga del laboratorio Igenomix, especializado en genética reproductiva y perteneciente a Vitrolife Group, y una de las pioneras en embriología y genética en reproducción asistida. La Dra. Rubio nos ha dado todos los detalles acerca de esta técnica que lleva ya décadas cambiando la vida de miles de familias. 

Es un mito frecuente pensar que estas técnicas se están utilizando para  elegir embriones con determinados rasgos físicos, pero esto no es así. Su objetivo es conseguir el nacimiento de bebés sanos.

Dra. Carmen Rubio Lluesa, embrióloga y genetista

¿Qué es el Test Genético Preimplantacional o PGT?

El PGT, del inglés “Preimplantational Genetic Testing”, es una herramienta diagnóstica para pacientes que se someten a un tratamiento de reproducción asistida, que consiste en el análisis genético de los embriones obtenidos mediante fecundación in vitro (FIV) antes de su transferencia al útero materno, y por tanto, antes de tener un embarazo. 

¿Cómo se lleva a cabo?

Puede parecer ciencia ficción, pero lo cierto es que el PGT se utiliza de manera rutinaria desde hace muchos años, más de 30 años. El procedimiento se inicia en la clínica de reproducción asistida, donde se realiza un ciclo de Fecundación In Vitro (FIV) en el que se obtienen varios embriones tras su cultivo en un incubador. 

Tras 5 ó 6 dias de crecimiento, los embriones alcanzan el estadio de blastocisto, con más de 100 células, y en estos casos un embriólogo experto realiza una biopsia embrionaria, que consiste en obtener 4-6 células del trofoectodermo que es la capa externa que rodea al embrión y que más adelante dará lugar a la placenta, sin afectar a la masa celular interna que dará lugar el feto.

Las biopsias obtenidas se envían a un laboratorio de genética, donde se analizan mediante técnicas genéticas avanzadas como la secuenciación masiva (NGS) o protocolos específicos para determinadas enfermedades monogénicas.

Mujer embarazada© Getty Images

¿Pueden detectarse enfermedades en el embrión gracias a esta técnica? ¿Cuáles?

Sí, y existen diferentes indicaciones y estrategias en función de la enfermedad o problema reproductivo. Uno de los usos más conocidos es el PGT-M, que deriva del inglés “Preimplantation Genetic Testing for Monogenic diseases”. Esta técnica se indica en los casos en que uno o ambos miembros de la pareja son portadores o están afectados por una enfermedad monogénica (un único gen), como la fibrosis quística o la hemofilia. 

Con esta técnica se pueden identificar los embriones afectados y distinguirlos de los que están libres de la enfermedad o son portadores sanos. Es un mito frecuente pensar que estas técnicas se están utilizando para  elegir embriones con determinados rasgos físicos, pero esto no es así. Su objetivo es conseguir el nacimiento de bebés sanos y está destinado a enfermedades graves y de aparición temprana.

El PGT no cura a los embriones; lo que hace es permitirnos seleccionar, dentro del grupo de embriones obtenidos mediate FIV, qué embrión transferir al útero

Dra. Carmen Rubio Lluesa, embrióloga y genetista

Otra de las indicaciones del PGT son para parejas portadoras de una alteración en la estructura de los cromosomas, se conoce como PGT-SR del inglés “Preimplantation Genetic Testing for Structural Rearrangements”. En estos casos los padres pueden ser portadores equilibrados de la alteración sin ninguna afectación y el riesgo está en la descendencia. En estos casos el PGT-SR permite identificar los embriones con la estructura y número de cromosomas correcto, con lo que se mejora la probabilidad de embarazo y se reduce el riesgo de aborto, que es uno de los riesgos asociados en muchos de estos casos.

Y por último, la aplicación más extendida es el PGT-A, del inglés “Preimplantation Genetic Testing for Aneuploidies”, en parejas infértiles.  Las aneuploidías se definen como una alteración en el número de cromosomas. Las aneuplodías pueden surgir de novo en el espermatozoide, en el óvulo, o en el embrión tras la fecundación. Estas aneuploidías en muchos casos pueden ser  la causa de la infertilidad. 

¿De qué manera se puede hacer desaparecer una enfermedad genética en el embrión tras detectarse ésta en el PGT? 

El PGT no cura a los embriones; lo que hace es permitirnos seleccionar, dentro del grupo de embriones obtenidos mediate FIV, qué embrión transferir al útero a la paciente tras el análisis correspondiente en función de su historia clínica y reproductiva. 

El test genético preimplantacional se asocia sobre todo a eso, a la detección de posibles enfermedades genéticas en el embrión, pero ¿tiene otras utilidades?

Así es. Por ejemplo, el PGT-A analiza el número de cromosomas en los embriones. Esto es especialmente útil en mujeres de edad materna avanzada (a partir de los 38 años), en pacientes con fallos de gestación o abortos de recurrentes, o cuando existen alteraciones en el semen. En estas situaciones, es más frecuente la generación de embriones con un número anormal de cromosomas (embriones aneuploides), lo que puede ocasionar abortos espontáneos, fallos de implantación o embarazos cromosómicamente anormales. El PGT-A ayuda a identificar los embriones cromosómicamente normales y, por tanto, trasferibles porque son los que tienen mayor probabilidad de dar lugar a un embarazo evolutivo por transferencia realizada. 

¿El PGT siempre es igual o hay diferentes tipos o procedimientos?

El punto de partida para el PGT es el mismo: una biopsia embrionaria. A partir de esta biopsia se aplican técnicas moleculares específicas según la finalidad del estudio: PGT-M, PGT-SR o PGT-A.

¿Aumentan las probabilidades de embarazo por FIV si se realiza este diagnóstico antes de la transferencia?

Sí. La transferencia de un embrión cromosómicamente normal tras PGT-A o PGT-SR  aumenta la posibilidad de conseguir un embarazo evolutivo por transferencia embrionaria realizada, reduce el riesgo de aborto y acorta el tiempo necesario para conseguir un embarazo evolutivo. Por lo tanto, este test genético preimplantacional nos ayuda a elegir el embrión con más posibilidades de dar lugar a un bebé sano.

En el caso de parejas con enfermedades monogénicas (PGT-M), se suele realizar tambien PGT-A en la misma biopsia, permitiendo la transferencia de embriones sanos para la enfermedad motivo de estudio y con el número correcto de cromosomas, aumentando todo ello la posibilidad de recién nacido sano por transferencia realizada.

¿Por qué para algunos profesionales de los tratamientos de fertilidad el DGP es indispensable antes de proceder a la transferencia del embrión al útero?

Con el PGT-A y el PGT-SR, se evita a la paciente la transferencia de embriones cromosómicamente anormales que podrían derivar en resultado reproductivo adverso como un aborto espontáneo, un fallo de implantación o una gestación cromosómicamente anormal, con el consiguiente impacto y desgaste emocional que esto conlleva.

En los casos de PGT-M, los pacientes no son necesariamente infértiles, pero acuden a una consulta de reproducción asistida con la intención de que sus hijos no sufran la enfermedad genética que sufren ellos o su familia.

¿Por qué el  PGT es recomendable en parejas de mayor edad?

A lo largo de los años, en España, ha ido aumentando la edad a la que las mujeres tienen su primer hijo. A partir de los 35 años, la capacidad reproductiva de la mujer decae porque decae el funcionamiento de sus ovarios. Esto hace que conforme aumenta la edad de la mujer (edad materna avanzada) el número de óvulos disponibles en nuestros ovarios disminuye y el riesgo de que estos óvulos tenga un número anormal de cromosomas aumenta. En este escenario, el PGT-A permite la identificación del embrión cromosómicamente normal entre todos los disponibles y con ellos mejora la posibilidad de éxito del tratamiento de reproducción asistida.

En el caso de los hombres, no existe una asociación tan evidente dentro de los rangos habituales en los que se desea formar una familia, y existen pocos estudios en varones mayores en los que la edad paterna se puede estudiar de forma aislada. En el caso de los hombres, el mayor riesgo de anomalías en el número de cromosomas se asocia a un recuento de espermatozoides muy disminuido.

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