No siempre es fácil entender que un hijo o una hija no ‘encaja’ en lo esperado por un motivo o por otro. Y una de las circunstancias para las que las familias suelen carecer de herramientas para acompañar a su peque de manera adecuada es cuando éstas empiezan a ser conscientes de que no se siente identificado con el sexo asignado al nacer. ¿Cómo darse cuenta de que el niño o la niña es trans? ¿Qué hacer en esa situación? Se lo hemos preguntado a Natalia Aventín Ballarín y Saida García Casuso, presidenta y vicepresidenta de la asociación Euforia. Familias Trans-Aliadas, y esto es lo que nos han contado sobre las infancias trans.
¿Cómo pueden las familias darse cuenta de que su hijo o su hija no se siente identificado con el sexo asignado al nacer?
Algunas veces las familias nos encontramos con “señales”, gustos y preferencias, juegos de rol, que nos hacen “sospechar” que existe un malestar con la identidad asignada al nacer. Otras, existe una verbalización más o menos elaborada, dependiendo de la edad y las herramientas que tenga la persona, que nos pone frente a la realidad. El amor de la crianza puede hacer que veamos estas “señales” como parte de la personalidad sin llegar a reconocer las pistas o mensajes que nos están enviando, llegando a producirse un malestar que nos hace ver un poco más allá. En otros casos el mensaje es claro y contundente.
Lo único que la familia puede hacer es acompañar y brindar un espacio seguro para que investigue y pueda encontrar y desarrollar su verdadera identidad.
2. ¿En qué momento empieza a manifestarse esa disconformidad en el niño o la niña?
Depende de la madurez, el acceso a información y la capacidad para asimilarla, así como del propio carácter, e incluso los prejuicios adquiridos, o lo rígidas que sean las normas de género impuestas en casa. Puede darse que la persona haya aprendido que salirse de “lo normal” acarrea una sanción social (Ej.: burlas, reprobación de las personas adultas, preguntas incómodas...). No existe un momento fijo o que se pueda establecer como adecuado.
Un niño pequeño que dice que es una niña, o una niña que dice que es un niño, ¿hay que dar por hecho que es trans o puede haber otras causas?
La identidad sexual solamente puede ser reconocida por la propia persona, nuestro papel será, por tanto, apoyar y el de facilitar un entorno de experimentación y respeto. Que se tenga miedo a la posibilidad de que haga el tránsito “por error” responde al prejuicio de que ser trans es algo mucho peor que no serlo. Si lo que hacemos es escuchar y respetar las necesidades del momento, nunca nos podemos equivocar. La única certeza que tenemos es el presente.
Muchas familias se niegan a creer que su hijo o su hija pueda ser trans. ¿Cómo puede afectar al menor esta negación?
Si corregimos, limitamos, tratamos de reconducir..., (sin olvidar nuestro lenguaje no verbal: incluyendo los silencios, dar muestras de tensión, nerviosismo, miedo, malas caras, etc....), podemos conseguir que desaparezcan las señales o verbalizaciones. Esto querrá decir que ha dejado de sentirse a salvo para expresarse, lo que puede generar sufrimiento, frustración, transfobia interiorizada, negación de la propia identidad, que se transformen en aislamiento, ansiedad, trastornos de conducta, depresión, autolesiones e ideas de suicidio.
El papel de la familia no es el de “decidir” si su criatura es trans o no lo es, porque nadie puede hacerlo. Lo único que la familia puede hacer es acompañar y brindar un espacio seguro para que investigue y pueda encontrar y desarrollar su verdadera identidad.
Incluso en familias que entiendan las realidades trans, puede resultar difícil asimilar que su hijo, aún menor de edad, lo es. ¿Qué ayuda necesitan estos padres?
El miedo a equivocarse y causar algún daño puede llevar al bloqueo. En ese caso puede ayudar ponerse en contacto con asociaciones como EUFORIA. Familias Trans-Aliadas para compartir las inquietudes con otras familias en la misma situación y ser acompañadas en el proceso.
¿Cómo pueden las familias acompañar de manera adecuada a su hijo trans en su infancia?
Es necesario buscar información de fuentes fiables como las asociaciones de familias de personas trans, revisar nuestros prejuicios y creencias. Poner voluntad y tiempo para leer, preguntar, consultar, visionar información, etc.
Mientras tanto, escuchar las peticiones que nos hacen, nombrar de otra manera, un corte de pelo o usar una ropa diferente no son una tragedia y pueden proporcionar mucha felicidad y tranquilidad. Es importante no poner excusas y alargar los tiempos más de lo estrictamente necesario.
¿Hay casos de niños o de niñas a los que sus familias les hayan acompañado en el proceso de tránsito y, años después, hayan considerado que tenían una percepción errónea?
Aunque existiera esa posibilidad, no tenemos la capacidad de predecir el futuro, la única certeza que tenemos es el presente, y lo único que podemos decidir es si acompañamos o no acompañamos la necesidad que nos está expresando ahora, teniendo claro cuál puede ser el coste de no hacerlo.
¿Es adecuado iniciar la transición en la adolescencia? ¿Cuándo es el momento más adecuado para hacerlo y por qué?
El momento más adecuado para iniciar el tránsito es cuando nos enteramos de que nuestra criatura es trans, da igual si tiene 3 o 18 años. Es imprescindible respetar siempre el ritmo de la persona, teniendo en cuenta que no hacer nada implica estar obligando a tu hija/e/o a vivir de acuerdo a una identidad que no es la suya. Mientras no se permita que lleve a cabo el tránsito social se está provocando sufrimiento. No hay ninguna razón para postergar el reconocimiento pleno de su identidad.