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Es Tendencia

Vuelta al cole

Esta es la edad a la que los niños pueden ir solos al colegio, según una psicóloga infantil


Con el curso escolar a punto de empezar, muchas familias se lo empiezan a plantear. Antes de tomar la decisión, hay que comprobar si el niño cumple una serie de requisitos.


Niña llega sola al cole© Getty Images
28 de agosto de 2025 - 7:30 CEST

Ahora que se acerca la vuelta a las clases, en muchas familias se empieza a deliberar si su hijo puede o no ir ya solo al colegio. Llega un momento en el que la mayoría de los niños lo piden; se sienten mayores y, en muchos casos, ven cómo sus compañeros de clase ya lo hacen, pero… ¿cuándo es el momento adecuado? ¿A partir de qué edad pueden ir los niños solos al cole? “No hay una edad exacta para que los niños comiencen a ir solos al colegio”, indica Sonia Martínez, psicóloga y directora de Crece Bien. Es una cuestión de madurez y de comprobar si se cumplen ciertos requisitos. En cualquier caso, “nunca antes de los 9 o 10 años deberíamos plantearnos que un niño vaya solo al colegio, incluso si cumple algunos de los requisitos necesarios”.

“Antes de esa edad, la mayoría de los niños no tiene la madurez suficiente para afrontar situaciones imprevistas en la calle, como cruzar por un paso de cebra si un coche no frena, o saber cómo actuar si algo se sale del plan habitual”, señala Martínez.

Una vez que cumplen los 9 o los 10 años, no se trata de permitirles sin más ir solos al cole, sino que es necesario observar si se dan una serie de factores antes de tomar la decisión: “si conoce bien el camino, si tiene responsabilidad, si sabe qué hacer ante un problema, si se orienta bien, si puede controlar sus impulsos, entre otros”. Habrá que valorar, además, otras cuestiones, como el entorno, si es seguro o no como para que un niño vaya solo, si hay semáforos y pasos de peatones bien señalizados…

Lo importante no es tanto la edad exacta, sino preparar al niño de forma progresiva, observar cómo se desenvuelve y acompañar el proceso con confianza, sin dejar de lado la seguridad

Sonia Martínez, psicóloga y directora de Crece Bien

La distancia es otro factor; si la familia vive en una gran ciudad y necesita ir en transporte público para llegar al colegio, quizás habría que valorar esperar a que sea un poco más mayor para ir solo. En todo caso, “la edad orientativa marca un punto de partida, pero lo más importante es cómo se desenvuelve ese niño en la práctica”.

¿Cómo comprobar que el niño va solo al colegio sin ningún problema?

No cabe duda de que dejar a su hijo ir solo al colegio es una decisión llena de emociones, dudas e incluso, de cierta ansiedad para los padres. ¿Cómo saber, sobre todo los primeros días, que realiza el trayecto sin ningún problema?, ¿que llega bien al colegio? En las redes sociales circula una leyenda o historia acerca de un niño que iba en tren a otra ciudad y que, cuando le surgió un problema ya casi en su destino, resulta que su padre iba en otro vagón, por lo que pudiera ocurrir. ¿Es esta una estrategia adecuada? ¿Es correcto seguir al niño los primeros días sin que se entere para asegurarnos de que está preparado para ir solo al colegio?

“Puede ser una buena estrategia siempre que el objetivo sea acompañar sin invadir”, responde la psicóloga infantil. “No se trata de espiarle ni de hacerlo desde el miedo, sino como una forma de asegurarse de que aplica bien todo lo que ha aprendido”.

“Seguirle discretamente los primeros días puede ayudar a los padres a tranquilizarse y también a detectar si hay algún punto del recorrido que necesita revisarse o reforzarse”. Lógicamente, esta comprobación no se debe mantener en el tiempo y, “después de unos días, si vemos que todo va bien, lo ideal es dar un paso atrás y confiar”.

Nunca antes de los 9 o 10 años deberíamos plantearnos que un niño vaya solo al colegio, incluso si cumple algunos de los requisitos necesarios

Sonia Martínez, psicóloga y directora de Crece Bien

Sonia Martínez comenta que podemos también pactarlo con el niño y explicarle que los primeros días uno de sus progenitores irá detrás “por si acaso”, para comprobar que todo va bien y dejarle claro que no es una cuestión de confianza, sino que se trata de asegurarse de dar este nuevo paso con seguridad.

Por otro lado, algunas familias se plantean dar a su hijo un dispositivo con localizador para estar más tranquilos, pero ¿no es demasiado invasivo? ¿Es esta una opción adecuada? “Depende de cómo se plantee”, contesta Martínez. “Si el uso de un localizador o la confirmación de llegada se presenta como una herramienta de confianza y no como una forma de control, puede ser útil al principio, sobre todo si el trayecto es largo o hay mucha preocupación por parte de la familia”.

Otra opción muy equilibrada es, tal y como indica la directora de Crece Bien, “pactar con el niño un mensaje o una llamada al llegar: Cuando llegues, me mandas un emoji o me dejas una nota de voz. Así reforzamos la responsabilidad y la confianza”.

“En cambio, si el seguimiento es constante o se hace sin que el niño lo sepa, podemos caer en la sobreprotección. En estos casos, no ayudamos al niño a ganar autonomía, sino a mantenerse en una burbuja que no le permite desarrollarla”.

Niña de camino al colegio© Getty Images

Beneficios de que los niños vayan solos al colegio

A pesar de la incertidumbre que pueda suponer para los padres, la realidad es que, cuando realmente están preparados para ello, el hecho de que los niños vayan solos al colegio puede aportarles una serie de beneficios para su desarrollo. La psicóloga señala los siguientes:

  • Fomenta la responsabilidad: aprenden a organizarse, a cumplir horarios y a tomar decisiones.
  • Desarrolla la confianza en sí mismos: se sienten capaces y seguros al manejarse en el entorno.
  • Ejercita sus habilidades sociales: interactúan con otros niños y fortalecen su autonomía.
  • Promueve la orientación espacial y la seguridad vial: entienden cómo moverse en la calle y ser conscientes del tráfico.
  • Favorece el ejercicio físico: caminar o ir en bicicleta mejora su bienestar.

“Sin embargo, para que estos beneficios sean reales, es fundamental que el proceso se realice de forma segura y adaptada a cada niño”, subraya Martínez. “En resumen, lo importante no es tanto la edad exacta, sino preparar al niño de forma progresiva, observar cómo se desenvuelve y acompañar el proceso con confianza, sin dejar de lado la seguridad. Desde Crece Bien, creemos que la autonomía no se da de golpe, sino que se construye poquito a poco, con pasos firmes y respetuosos”.

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