En España, alrededor de un 33% de los estudiantes no finaliza el grado que ha iniciado y un 21% abandona los estudios universitarios sin ningún título. Son datos de la Fundación BBVA de 2023, en los que se pone en evidencia que muchos no se orientan hacia las enseñanzas más adecuadas a ellos. Es una nueva etapa académica y vital muy importante y conviene estar preparados.
Kevin Beer, orientador universitario de Hastings School, nos revela cómo se puede ayudar a los hijos en esta etapa para que inicien esos estudios universitarios con la mejor preparación.
La capacidad de adaptarse a otros contextos
Aunque la gran parte de los alumnos que inician estudios universitarios ya han elegido el grado a cursar entre junio y julio, las sucesivas asignaciones que se van repitiendo hasta inicios de curso (en septiembre e incluso en algunos casos en octubre) hacen que haya cambios de última hora y que muchos modifiquen su decisión en función de las vacantes que se vayan produciendo.
A la hora de elegir esa carrera, hay que tener muy en cuenta "el perfil individual del alumno, es decir, sus intereses, habilidades, valores, estilo de aprendizaje y aspiraciones personales", indica el experto. En este sentido, su consejo es preparar a los adolescentes "no solo para elegir una carrera, sino para adaptarse a contextos diversos". Es esencial que ellos mismos sepan cuáles son sus fortalezas y ayudarlos a encontrar su propio camino.
Una nueva etapa académica y vital
El paso a la universidad es uno de los que más marcan desde el punto de vista personal. Es el inicio de una nueva etapa en su vida, y para muchos supone el cambio de compañeros de referencia, de entornos e incluso de ciudad, con una exigencia en todos los sentidos mucho más alta. "Comenzar la etapa universitaria es un cambio integral en la vida de los alumnos. La etapa universitaria será crucial para sus vidas. Un periodo en el que forjarán amistades, consolidarán sus valores y aprenderán habilidades que los acompañarán el resto de su vida", destaca Kevin Beeer. Estas son sus recomendaciones para que esa transición vaya mejor:
- Brindar apoyo familiar. Pasar a la universidad "no solo afecta a la parte académica, sino que también supone un desafío personal y emocional en el que, probablemente, los estudiantes necesiten el apoyo de las familias", subraya el orientador. "Contar con ese respaldo les ayudará a ganar seguridad y afrontar los cambios con mayor serenidad". Si se van fuera, es normal que los comienzos estén llenos de nostalgia y que la adaptación cueste un poco. Es la parte emocional del proceso, en la que se les puede ayudar "estableciendo un horario de llamadas o videollamadas". Seguramente será algo temporal, pues "en cuanto establezcan su red de amigos y compañeros encontrarán en ellos la seguridad emocional que ofrecen las familias".
- Acudir a las charlas previas que ofrece la universidad. La mayoría de ellas ofrecen sesiones de presentación para que los alumnos conozcan mejor los planes de estudio, las instalaciones de la facultad y los recursos que tienen a su disposición. Es una manera de familiarizarse con todas las novedades e ir conociendo a los nuevos compañeros para no sentirse solos los primeros días.
- Si tienen que mudarse, integrarse en la ciudad. Para algunos adolescentes, el paso a la universidad supone también un traslado de ciudad o incluso de país. "Las ciudades universitarias suelen tener muchas alternativas de ocio para los estudiantes. Apuntarse a una puede ser una buena alternativa para conocer a gente nueva y construir una nueva red de amigos".
- Asumir sus responsabilidades. Tanto si están en su misma ciudad como si tienen que empezar a vivir de forma independiente de sus padres por mudarse, es importante que empiecen a ser responsables de su economía, de sus gastos y de todo lo que deban acometer por sí solos (como cocinar, limpiar...). En este sentido, el orientador de Hastings School aboga porque "empiecen a asumir esas responsabilidades antes de independizarse para que así el salto sea gradual y puedan asumirlo correctamente".
- Planificar una buena autogestión del tiempo. En niveles de estudios inferiores hay un gran acompañamiento de los docentes y los estudios están muy dirigidos, pero en la universidad no es así. "Lo más relevante es que desde el principio sigan un método de estudio para organizarse bien. En el periodo universitario una muy buena autogestión del tiempo es fundamental para lograr el éxito académico".