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Verano

Los 3 riesgos del uso de chanclas en niños, según el podólogo Alejandro Martínez: "Pueden producir alteraciones"


Si hay un calzado unido al verano son las chanclas, pero los expertos alertan sobre el uso que hay que darles. ¿Son recomendables para niños? ¿En qué situaciones? ¿Qué perjuicios pueden provocar?


Alejandro Martínez© Alejandro Martínez
15 de agosto de 2025 - 7:30 CEST

Durante el verano, y más si se trata de un año muy caluroso como este, cambiamos el calzado habitual por otro más fresquito que permita airearse al pie y dejar los calcetines. Sin embargo, las opciones populares no siempre son las más adecuadas, o no en todos los momentos.

Alejandro Martínez (@lejancitos, en Instagram) es podólogo y fundador de Lejan, una marca de calzado barefoot (respetuoso). Hemos charlado con él para que nos cuente, especialmente, cuáles son los riesgos de las chanclas veraniegas y qué alternativas hay dentro del calzado infantil.

La combinación de humedad constante y fricción directa de las chancas provoca con facilidad irritación cutánea en los pies de los niños

Alejandro Martínez, podólogo

Los tres riesgos principales de las chanchas infantiles

Tal como apunta el especialista hay tres problemas fundamentales en chanclas y calzado similar "que producen alteraciones en la marcha". Son los siguientes:

  1. Garra en los dedos: "Al no tener una sujeción trasera ni sistema de regulación (como velcro o cordones), para que la chancla no se descalce tras cada paso, el pie genera una posición con los dedos en garra (como abrazando la suela del calzado), haciendo que la chancla no se salga y 'chancleteando'. Este gesto, por un lado, produce más tensión en toda la musculatura plantar del pie y en la propia garra digital, que no es una posición natural de los dedos".
  2. Suelas excesivamente blandas: "Especialmente en niños pequeños podemos encontrar pies planos, valgos y pronados, es decir, pisadas 'hacia dentro' (algo que puede ser normal a estas edades), pero cuando usamos un calzado con suelas excesivamente blandas, como la mayoría de chanclas de verano, este material se deprime a favor de la deformidad y puede aumentar ese 'pie caído' que, aun pudiendo ser normal dentro de unos valores, puede resultar perjudicial si lo acentuamos con estas suelas".
  3. Posibles caídas: "Sobre todo cuanto más pequeños sean los niños, ya que tendrán un control motor poco desarrollado y poner un calzado que les genera más inestabilidad puede aumentar el riesgo de tropezones".
Chanclas de verano en la arena de la playa© Adobe Stock

Y además: irritación del pie

Este tipo de calzado suele estar fabricado en plástico, que retiene el sudor y no deja que la piel respire. ¿Cuáles son las consecuencias? "Esa combinación de humedad constante y fricción directa provoca con facilidad irritación cutánea: la tira que pasa entre el primer y segundo dedo roza siempre en el mismo punto, generando enrojecimiento y a menudo pequeñas ampollas o grietas". 

Pero, además, se produce otro fenómeno que podemos descubrir cuando la piel de los dedos muestra un aspecto blanquecino: es la maceración de la piel, que se produce sobre todo entre el primer y segundo dedo (si hablamos de chanclas de dedo), pues la zona está expuesta a mucho calor, lo que macera la piel después de un rato con el pie húmedo. 

Por si fuera poco, "cuando nuestro pie suda en materiales plásticos suele resbalar ligeramente dentro de la chancla, y las compensaciones que mencionamos antes pueden acentuarse un poco más para evitar el descalce", comenta el podólogo.

Zapatillas tipo crocs al borde de la piscina© Adobe Stock

¿Cuánto tiempo como máximo deberían usar los niños las chanclas?

Alejandro Martínez lo tiene claro y limitaría el uso de chanchas solo para piscina, playa o vestuarios. En este último caso, enfatiza su necesidad, pues "suelen tener suelos húmedos con un gran riesgo de infección, y las chanclas generan una barrera entre el suelo y nuestro pie, disminuyendo la posibilidad de contraerla".

Si cuantificamos en tiempo el uso de esta chanchas, su opinión es que se limiten a "lo menos posible, no más de unos minutos al día durante la ducha en vestuarios o mientras encontramos el sitio donde colocar la toalla en la piscina o la playa".

Padre paseando con sus hijos por la playa con chanclas en primer plano© Adobe Stock

¿Qué alternativa de zapato fresquito y respetuoso hay para niños en verano?

Ya sabemos que las chanclas, del tipo que sean, deben limitarse a los minutos imprescindibles en las situaciones ya comentadas. No son un calzado aconsejable para otras actividades. ¿Qué opciones hay? "Hay clásicos como las sandalias, cangrejeras o las míticas lonitas (siempre buscando un buen ajuste al pie para que no suceda el chancleteo del que tratamos de huir). Aunque este año han cogido fuerza otras opciones, como el calzado con material mesh, una malla textil que deja pasar el flujo de aire y mantiene aireado el pie de los peques", enumera el experto.

Pero ¿qué requisitos deben cumplir las sandalias para que sean respetuosas? Estas son las principales características que deben cumplir, como detalla Alejandro Martínez:

  • Horma amplia (con forma de pie) que no comprima los dedos.
  • Suela flexible y finita (se puede doblar fácil con una mano).
  • Drop 0 mm: misma altura en talón y antepié para evitar alterar su marcha.
  • Sin consistencia en la trasera: que no fije el talón.
  • Sistema de regulación que sujete bien el pie en el calzado.

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