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Niño toma una bebida energética© Getty Images

Salud

Dr. Eduardo Junco, pediatra: "Las bebidas energéticas están absolutamente desaconsejadas para los niños"

No es adecuado ofrecérselas nunca, ni siquiera en verano para darles hidratarlos porque ni son bebidas refrescantes ni bebidas rehidratantes


12 de agosto de 2025 - 13:00 CEST

Se conocen como bebidas energéticas a las bebidas envasadas y comercializadas que contienen diversas sustancias estimulantes, energizantes y anti fatiga y que tienen como fin aportar lo necesario para disminuir la sensación de agotamiento y de cansancio, aumentar la vitalidad y la capacidad mental, combatir el sueño y mantener el estado de alerta.

Es muy importante saber que estas bebidas en ningún caso son bebidas refrescantes ni bebidas rehidratantes y que, aunque a nivel comercial se encuentran en los mismos compartimentos que estas, las bebidas energéticas no se deben utilizar como las isotónicas, para rehidratarse, ni utilizarse como un refresco normal o una naranjada, para refrescarse.

Los pediatras los expertos en toxicología y todos los comités científicos en salud infantil recomiendan evitar totalmente el consumo de bebidas energéticas en niños, en adolescentes y en mujeres embarazadas

Dr. Eduardo Junco, pediatra

Aunque la oferta actual es elevadísima y existen múltiples marcas, recordaremos que su presencia en el mercado occidental es muy reciente, a partir de los años 90, y que su composición es muy parecida, teniendo entre ellas solamente ligeras variantes. Y ya, desde el inicio de este artículo, podemos anticipar que este tipo de bebidas están absolutamente desaconsejadas para los niños.

Un poco de historia

Estas bebidas, que tienen más tradición en otras culturas, se comenzaron a fabricar orientadas a un determinado grupo de consumidores que necesitaban en determinadas circunstancias mantener un nivel elevado de disponibilidad, de reacción y de vigilia, así como disminuir o aliviar la sensación de cansancio y de fatiga. Profesiones tales como conductores, vigilantes nocturnos, estudiantes… En fin, todas las actividades que necesitan en momentos determinados un suplemento de sobreesfuerzo, se vieron beneficiadas por este consumo. Sin embargo, con el tiempo, su consumo se ha generalizado entre la juventud para el disfrute nocturno, en las horas de ocio, para aumentar la resistencia ante el cansancio, combatir el sueño y prolongar el tiempo de actividad física sin sentir fatiga.

Composición de las bebidas energéticas

Están compuestas básicamente por agua, azúcares (hidratos de carbono), cafeína, vitaminas, aminoácidos, sustancias naturales y orgánicas estimulantes y saborizantes. Aportan una media de 60 calorías por cada 100 c.c, siendo los dos componentes más activos, los azúcares, que aportan energía y la cafeína que alivia la fatiga y estimula el sistema nervioso central.

Los azúcares son los encargados de aportar energía a estas bebidas. Glucosa, sacarosa, destrinomaltosa o galactosa son de absorción rápida y pueden aumentar de forma rápida el nivel de glucosa en sangre. Se encuentran en cantidad aproximada de 15 grs por cada 100 cc.

La cafeína podríamos decir que es el componente “estrella” de estas bebidas, es un sustancia estimulante procedente del café que tiene unos efectos muy marcados sobre el sistema nervioso central y que tiene diversas acciones, entre las que destacan: aumento del rendimiento físico e intelectual, aumento de la resistencia ante el ejercicio, incremento de la utilización de las grasas como fuente de energía, aumenta la sensación de bienestar y disminuye el sueño y alivia la sensación de agotamiento y fatiga. La cantidad de cafeína, aunque variable según las marcas, se encuentra alrededor de 30 mgrs por cada 100 c.c.

Las sustancias de origen natural presentes con frecuencia en estas bebidas son: hojas de hierba mate, extractos de semillas de guaraná, nueces de cola y ginseng. Todas ellas son sustancias de origen natural estimulantes que potencian la acción de la cafeína o que la sustituyen en sus funciones.

Los aminoácidos más utilizados y que destacan en su composición suelen ser la taurina, la creatina y la L-carnitina. Tienen como principal actividad el almacenamiento de glucógeno en los músculos durante la recuperación y la estimulación del uso de las grasas como fuente de energía durante el ejercicio, para retrasar la fatiga.

Las vitaminas y minerales están presentes en escasa cantidad. La vitamina C y las vitaminas del complejo B son las más utilizadas.

Niña toma una bebida energética© Getty Images/STOCK4B-RF

Cómo afectan las bebidas energéticas a los niños

Los pediatras los expertos en toxicología y todos los comités científicos en salud infantil recomiendan evitar totalmente el consumo de bebidas energéticas en niños, en adolescentes y en mujeres embarazadas. La Asociación Española de Pediatría insta a las autoridades sanitarias a que aseguren la existencia de un adecuado etiquetado nutricional para que las familias conozcan su composición y eviten la administración a sus hijos.

El consumo de estas bebidas en adultos debe ser prudente, pues el abuso puede ocasionar, en determinadas personas, efectos perjudiciales para la salud. Las cantidades excesivas se deben cuantificar en relación a la cafeína. Una dosis de cafeína superior a los 300 mgs puede dar lugar a intoxicación aguda, produciendo arritmias, irritabilidad, agitación psicomotriz, nerviosismo, inquietud e insomnio, por tanto, siempre las dosis en relación al peso corporal y a la tolerancia del consumidor.

Los padres debemos tener suficiente información para tomar este tipo de bebidas energéticas y fijarnos en la información nutricional que debe tener el envase y así evitar su administración a los niños

Dr. Eduardo Junco, pediatra

Estas bebidas deben ser tomadas con precaución por personas que tengan alteraciones de salud, tales como hipertensión, problemas cardíacos o diabetes. Pueden elevar la tensión arterial, aumentan la excitabilidad y pueden elevar de forma rápida las cifras de glucosa en la sangre.

Los padres debemos tener suficiente información para tomar este tipo de bebidas energéticas y fijarnos en la información nutricional que debe tener el envase y así evitar su administración a los niños.

  • Es conveniente leer las etiquetas para conocer su composición.
  • Si tu hijo padece algún problema sanitario, infórmate si puede generarle algún peligro para tu salud.
  • Si está bajo tratamiento con alguna medicación, comprueba que no interfiera su composición en la acción terapéutica.
  • Recuerda que estas bebidas están indicadas como complemento para aliviar el cansancio, la fatiga y mantener una buena actividad física e intelectual y que no son, ni un refresco ni una bebida refrescante.

Precauciones con las bebidas energéticas

No todas las bebidas energéticas son iguales y, por lo tanto, debéis estar informados de la composición de cada marca y para qué situaciones se recomiendan, pues sus efectos son acordes con su contenido. Hay que tener muy claro qué contienen, para qué sirven y cuáles son sus efectos. 

El abuso en el consumo puede hacer ganar peso y causar importantes trastornos por su alto contenido en cafeína y otras sustancias estimulantes. Los adolescentes son el grupo de edad que las toma con frecuencia, sobre todo, en conciertos y fiestas nocturnas. La mezcla con otras bebidas, sobre todo con las alcohólicas, está absolutamente desaconsejada.

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