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Jennifer Cueva Díaz, especialista en otorrinolaringología pediátrica© Jennifer Cueva Díaz

Salud

Jennifer Cueva, especialista en otorrinolaringología pediátrica: “Las otitis medias mal tratadas o severas pueden dañar la audición de los niños”

La otitis es una de las afecciones más frecuentes en verano en los niños, si bien hay algunas precauciones que podemos seguir para evitar que la padezcan


28 de julio de 2025 - 12:00 CEST

Ya sea en la playa, ya en la piscina, los niños pasan mucho tiempo en el agua en verano. Y, en la mayoría de los casos, podrían estar horas y horas jugando a remojo… Aunque es, sin duda, una de las actividades con la que más pueden disfrutar en las vacaciones estivales, esto hace que sean más frecuentes las otitis medias, especialmente en aquellos menores más propensos a padecerlas.

Aunque no es una patología de gravedad, si no se trata de manera adecuada, puede afectar a la audición en mayor o menor medida, tal y como nos explica la Dra. Jennifer Cueva Díaz, especialista en otorrinolaringología pediátrica y patología de la voz (orlcueva.com) que ejerce en el Hospital Universitario de Cruces (País Vasco), en la Clínica Indautxu y en los Hospitales Quirón de Bilbao y Erandio. ¿Es posible prevenir la otitis en los niños? ¿Qué precauciones es recomendable seguir? ¿Debemos poner tapones en los oídos a los niños cuando van a la piscina o a la playa? La doctora responde a todas nuestras preguntas.

Los tapones pueden ayudar a prevenir la entrada de agua y, por tanto, la aparición de otitis, sobre todo en niños propensos a este problema o con antecedentes de infecciones repetidas

Dra. Jennifer Cueva Díaz, especialista en otorrinolaringología pediátrica

¿Qué es exactamente una otitis?

La otitis es una inflamación o infección del oído. En verano está inflamación se causa más habitualmente en el conducto auditivo externo (otitis externa) en relación a baños y piscinas. Está otitis también se denomina "otitis del nadador", ya que es común que se produzca en relación a la entrada de agua, humedad, arena o gérmenes, provocando dolor e inflamación del conducto auditivo externo.

Las infecciones del oído medio (otitis media), que se deben a acumulación de mucosidad dentro del oido medio, también son muy habituales en niños; no tan común en verano, pero sí pueden darse en cualquier época del año.

¿Por qué son tan recurrentes las otitis en los niños en verano? ¿Qué las provoca?

En verano, los niños pasan más tiempo en el agua (piscinas, playas, lagos), lo que facilita la entrada y retención de humedad en el oído. Este ambiente húmedo favorece la proliferación de bacterias y hongos y, con ello, la aparición de otitis externas. Además, otros agentes irritantes como el cloro, la arena o el sudor contribuyen a dañar la piel interna del canal auditivo, aumentando el riesgo de infección.

¿Son adecuados los tapones para prevenirlas en los niños?

Los tapones pueden ayudar a prevenir la entrada de agua y, por tanto, la aparición de otitis, sobre todo en niños propensos a este problema o con antecedentes de infecciones repetidas. En niños con antecedente de perforación timpánica o a los que se les ha colocado drenajes transtimpánico también deberían llevar tapones y protegerse del agua.

Sin embargo, no siempre son necesarios para todos los niños y deben utilizarse correctamente para que sea seguro y efectivo.

¿Cómo deben ser esos tapones? ¿Pueden utilizar los modelos comunes que se pueden adquirir en cualquier farmacia o establecimiento o deberían ser hechos a medida?

Existen tapones de silicona y de espuma que pueden encontrarse en farmacias, pero lo más recomendable, especialmente para un uso frecuente, son los tapones hechos a medida o específicos para el baño-natación. Estos se adaptan perfectamente al oído del niño, son más cómodos, impermeables y evitan la entrada de agua de manera más eficaz. Los tapones mal ajustados o de baja calidad pueden caerse con facilidad o irritar el conducto auditivo.

Niñas juegan en la piscina© Getty Images

¿Qué otras formas hay de prevenir otitis en los niños en verano?

  • Secar bien los oídos con una toalla al salir del agua, inclinando la cabeza para favorecer la salida de agua retenida.
  • Evitar el uso de bastoncillos, ya que pueden dañar y facilitar infecciones.
  • Mantener el canal auditivo seco, usando sprays específicos secantes.
  • No bañarse en aguas sucias o estancadas.
  • Evitar que los niños permanezcan largos periodos con la cabeza bajo el agua, especialmente si tienen tendencia a infecciones, antecedente de otitis, de perforación timpánica, drenajes transtimpanicos...

¿Cómo pueden los padres darse cuenta de los primeros síntomas de otitis?

Los signos de alarma incluyen: dolor de oído (sobre todo al tocar el pabellón o mover el lóbulo), picor o sensación de taponamiento, enrojecimiento de la zona, secreción o supuración de oído (pus o líquido transparente) y, si empeorase la infección, puede llegar a producir fiebre o pérdida de audición temporal y signos de infección alrededor de la oreja.

En la mayoría de los casos, las otitis medias son de origen viral y leves y mejoran con tratamiento sintomático sin necesidad de antibióticos

Dra. Jennifer Cueva Díaz, especialista en otorrinolaringología pediátrica

¿Por qué los pediatras suelen prescribir ibuprofeno ante los primeros síntomas de dolor de oídos en lugar de antibiótico?

El ibuprofeno se utiliza para aliviar el dolor y la inflamación. En la mayoría de los casos, las otitis medias son de origen viral y leves y mejoran con tratamiento sintomático sin necesidad de antibióticos. El abuso de antibióticos genera resistencia y efectos secundarios innecesarios.

Para el caso de las otitis externas, habría que acompañar el tratamiento con antiinflamatorio y antibiótico tópico en forma de gotas, con lo que generalmente se resuelve la infección.

¿En qué casos sí es necesario el antibiótico?

El antibiótico oral se prescribe cuando la infección es claramente bacteriana u otitis media aguda, cuando hay síntomas intensos o fiebre persistente, cuando la otitis no mejora en 48-72 horas de tratamiento antiinflamatorio o de antibiótico tópico en el caso de otitis externas y si existen complicaciones o riesgo de que la infección se extienda (por ejemplo, en niños inmunodeprimidos o con antecedentes de otitis graves).

¿Puede una otitis o infección de oído complicarse y perjudicar, por ejemplo, a la audición?

Sí. Sobre todo las otitis medias mal tratadas o severas pueden dañar de forma temporal o, en casos excepcionales, permanentemente la audición por la acumulación de moco en el oído medio. Algunas complicaciones incluyen la perforación timpánica, infecciones en estructuras cercanas y, muy rara vez, afectación del equilibrio o desarrollo de mastoiditis.

Las otitis externas pueden producir edema, inflamación y ocupación del conducto por secreción, lo que también pueden generar una pérdida de audición.

¿Qué hacer en esos casos?

Si se sospecha complicaciones –como dolor intenso, fiebre alta, supuración persistente, pérdida auditiva significativa o síntomas que no mejoran– se debe acudir al pediatra o a un especialista en otorrinolaringología de inmediato. El tratamiento precoz es fundamental para evitar daños mayores y recuperar la audición.

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