Playa, piscina, sol, calor... Los pies de los niños se enfrentan a muchos escenarios distintos en verano, y hay que cuidarlos para evitar otros problemas como los hongos. Con la ayuda de Neus Moya, podóloga especializada en el mundo infantil y en calzado para niños y divulgadora (@neusmoya.podologa), recorremos cinco pautas importantes para gozar de buena salud en los pies estos meses.
Es aconsejable utilizar calzado de piscina hasta el mismo momento de meternos al agua, y no quitárnoslo al entrar en la ducha
1. Un calzado que sujete bien el pie
Lo ideal sería que el menor estuviera utilizando ya calzado respetuoso (o barefoot). Tal como comenta la experta, es un zapato con suela fina, flexible, puntera anatómica y sin contrafuerte. Pero en verano, hay que tener en cuenta que "debe estar completamente sujeto al pie". Y algo muy importante, "para los más pequeños , siempre es preferible que la puntera sea cerrada, ya que su forma de caminar aún es inmadura y se evitan así posibles accidentes". Además, en todos los casos, "es preferible evitar las chanclas que no sujetan el pie, ya que favorecen la aparición de dedos en garra y, según estudios, aumentan el riesgo de caídas, las cuales pueden ser graves", añade.
2. Usar calzado hasta entrar en el agua en las piscinas
Para el niño (y para los adultos), caminar descalzo tiene muchos beneficios, sobre todo cuando lo hace por terrenos irregulares y naturales, como el césped o la arena. Ahora bien, como advierte Neus Moya, hay lugares donde el riesgo de contagio de hongos o verrugas aumenta considerablemente. Así lo explica: "Los suelos de las piscinas y duchas públicas son rugosos para evitar resbalones, pero esta textura puede causar microheridas en la piel. Si a esto le sumamos la humedad constante, el riesgo de contagio se multiplica sin que nos demos cuenta. Por eso, es aconsejable utilizar calzado de piscina hasta el mismo momento de meternos al agua, y no quitárnoslo al entrar en la ducha".
¿Qué calzado sería más adecuado para evitar el contagio? "Las clásicas cangrejeras son una opción excelente, ahora disponibles con materiales mucho más agradables. Otra alternativa muy cómoda son los escarpines de lycra, similares a un gorro de natación, que sirven tanto dentro como fuera del agua", añade.
3. Mantener los pies bien hidratados para evitar rozaduras
Durante el invierno, los niños llevan calcetines, que les protegen de las rozaduras, pero al llegar el verano y usar otro tipo de calzado que suele llevar tiras, pueden producirse heridas, rozaduras o ampollas. Para evitarlas, es esencial seguir estas recomendaciones de la experta (www.neusmoyapodologia.com):
- Mantener los pies bien hidratados.
- Utilizar polvos absorbentes (sin talco) para controlar el exceso de humedad.
- Aplicar sticks antifricción en zonas puntuales, si sabemos que pueden producirse rozaduras.
Si se producen grietas en los talones, algo frecuente porque el pie está más expuesto y sufre microtraumatismos constantes del calzado, "se recomienda hidratarlos bien. Un truco eficaz es aplicar crema y envolver los pies con papel film durante unos 10 minutos para mejorar la absorción", destaca la especialista.
4. Proteger los pies del sol
Siempre se insiste en la importancia de dar fotoprotector solar para evitar quemaduras en verano, pero en muchos casos la crema no llega a la zona de los pies. "Aunque suene extraño, una de las quemaduras más frecuentes en verano ocurre en el empeine, tanto en niños como en adultos. Es muy importante no olvidar aplicar protector solar en esta zona, especialmente si usamos sandalias o calzado abierto", destaca la podóloga.
5. Cortar bien las uñas y secar entre los dedos de los pies
"Las uñas deben mantenerse cortas para evitar accidentes, pero siempre cortarlas rectas, nunca curvas, ya que eso aumenta el riesgo de que se claven", comenta. Es importante seguir a rajatabla este consejo para evitar otros problemas más dolorosos para los niños.
Con respecto al secado entre los dedos, hay que tener en cuenta que los niños pasan mucho tiempo en el agua durante el verano y cuando se secan olvidan esta zona. "La humedad acumulada puede causar maceración interdigital, aumentando el riesgo de hongos", por lo que hay que insistirles en que también dejen seca esa zona cuando salgan definitivamente del agua.