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Niño pequeño en la consulta del pediatra junto a su madre© Getty Images

Salud

¿Cómo darnos cuenta de que un bebé o un niño pequeño tiene infección de orina?

Los síntomas son más difíciles de detectar en bebés y en niños de corta edad y hacerlo es necesario para evitar complicaciones. ¿Cuáles son esos síntomas?


3 de junio de 2025 - 13:16 CEST

La infección de la orina es la enfermedad más frecuente del aparato genito-urinario en los niños. Una infección aguda del aparato urinario puede estar limitada a las vías bajas (vejiga urinaria y uretra), pero debemos recordar que en los casos persistentes o recurrentes, si no se tratan bien, generalmente progresan y acaban afectando a la pelvis y al parénquima renal, dando lugar a pielonefritis (es decir, infección urinaria). Los recién nacidos de uno y otro sexo y las mujeres en todas las edades, tienen mayor riesgo de presentar infecciones del aparato urinario

¿Qué tipos de infecciones del tracto urinario hay?

Estas infecciones pueden ser causadas por gran variedad de microorganismos, pero los agentes infecciosos más frecuentes en las infecciones urinarias son las bacterias y, dentro de ellas, es la Escherichia coli la bacteria responsable de la mayoría. 

La infección casual del tracto urinario es una infección ascendente, ocasional, que se produce por contaminación de las estructuras inferiores y que evoluciona favorablemente ante el tratamiento antibacteriano. Esta infección no recidiva ni deja secuelas. Este tipo de infección se reconoce como infección urinaria simple.

Debemos recordar que en los casos persistentes o recurrentes, si no se tratan bien, generalmente progresan y acaban afectando a la pelvis y al parénquima renal, dando lugar a pielonefritis

Las infecciones que se repiten y recidivan deben ser investigadas y estudiadas por el pediatra para descartar alteraciones funcionales o estructurales de las vías urinarias. Las vulvovaginitis en las niñas y la fimosis en los niños pueden ser el inicio de estas infecciones. Este tipo de infección se denomina como infección urinaria recidivante

Cuando la infección del tracto urinario está provocada por alteración funcional o estructural de las vías urinarias (dilatación de las vías, válvulas, hidronefrosis, malformaciones congénitas) hablamos de infección urinaria complicada, la cual debe ser estudiada y tratada por un especialista en urología infantil. 

Niño pequeño se encuentra mal© Getty Images

¿Cómo reconocer los síntomas de la infección de orina en bebés y niños pequeños?

Los signos y síntomas de la infección urinaria varían considerablemente con la edad. Los recién nacidos suelen presentar fiebre, diarrea, vómitos, hiperbilirrubinemia, problemas con la alimentación y retraso del crecimiento. Los lactantes suelen tener fiebre inexplicada e irregular, trastornos del aparato digestivo y falta de ganancia de peso. En los niños mayorcitos, aparecen ya los síntomas urinarios con disuria, polaquiuria y dolor abdominal, además de la fiebre irregular. En todo niño que presente fiebre inexplicada recurrente y síntomas abdominales persistentes debería ser analizada su orina y realizado un urocultivo.

Diagnóstico de la infección de orina en niños de corta edad

El diagnóstico de la infección del tracto urinario se basa en el cultivo de orina positivo para bacterias. El hallazgo de cualquier bacteria en orina (recogida adecuadamente por sondaje, punción suprapúbica o recogida correctamente durante la micción) que dé positiva en el cultivo, con más de 100.000 col/ml de un solo microorganismo, nos dará el diagnóstico de infección urinaria.

Además del indispensable antibiograma y, en dependencia del tipo de infección, se debe realizar una evaluación posterior de las vías urinarias. Los estudios de imagen con contraste de las vías urinarias, nos darán los datos necesarios para realizar un diagnóstico orgánico y funcional más completo.

Las infecciones de orina deben ser tratadas lo antes posible

¿Cómo se trata la infección de orina en bebés y en niños pequeños?

Las infecciones de orina deben ser tratadas lo antes posible. Los recién nacidos deben ser tratados con antibióticos parenterales durante catorce días, pues existe el riesgo de complicación con una bacteriemia. A los niños más mayores se les debe tratar con ciclos de antibioterapia oral de siete a diez días de duración y luego hacer controles de urocultivo pasados cuatro días de la última dosis.

Los antibióticos utilizados deben ser los indicados por el antibiograma, la sensibilidad y la tolerancia del paciente. Los controles posteriores, con urocultivos, deberán ser pautados en diferentes intervalos hasta pasados los seis meses desde la primera infección.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.