El aparato digestivo del recién nacido difiere notablemente de el del adulto. En la vida fetal su actividad es muy limitada, pues el feto se nutre a través de la la placenta materna, que aporta, por el cordón umbilical, todos los nutrientes que el feto necesita para su crecimiento y desarrollo. Por eso su aparato digestivo limita su actividad a la deglución de escasas cantidades de líquido amniótico.
Al nacer y a través del reflejo de la deglución, el recién nacido comienza a introducir en su aparato digestivo, para alimentarse, leche materna o leche de fórmula. Estas recorren todo el aparato digestivo y, como es lógico, suelen tener gran influencia en el tipo de heces del recién nacido, tanto en su frecuencia como en su consistencia y en su aspecto.
Pasadas las primeras semanas, muchos bebés hacen una deposición diaria, que más adelante puede limitarse a una deposición cada dos a tres días
Durante la lactancia materna
En la lactancia materna, las deposiciones del bebé son siempre de consistencia blanda, en ocasiones, casi líquidas y grumosas. Los primeros días están condicionadas por un reflejo intestinal: el “reflejo gastrocólico”, el cual actúa eliminando las heces contenidas en la ampolla rectal cuando entra alimento en el estómago. Es por eso que los primeros días muchos recién nacidos hacen tantas deposiciones como tomas.
En estos primeros días, el número de deposiciones va disminuyendo, estacionándose en tres o cuatro deposiciones por día y, pasadas las primeras semanas, muchos bebés hacen una deposición diaria, que más adelante puede limitarse a una deposición cada dos a tres días. Es importante hacer ver que en la lactancia materna, aunque el número de deposiciones disminuye de forma notable su consistencia, se mantiene blanda, semilíquida y muy abundante, pero nunca dura. No aparecen signos de estreñimiento y mantiene buen apetito.
Durante la lactancia con leches de fórmula
Las heces de los recién nacidos alimentados con lactancia artificial son, los primeros días, blandas, grumosas, algo líquidas, pero, pasados unos días, son más duras, con más forma cilíndrica y, en ocasiones, tienen más tendencia al estreñimiento. En algunos casos, es conveniente los primeros días dar la leche de fórmula algo más diluida, poniendo entre 5-10 ml más de agua en cada biberón. En número de dos o tres deposiciones por día van adquiriendo forma y consistencia.
Hábito intestinal
Es una condición, probablemente heredada, que define la frecuencia, consistencia y facilidad con la que se evacuan las heces. Esta característica varía en cada bebé y en cada niño y suele oscilar entre una a tres veces por día a tres veces por semana, ya sean las heces blandas o duras.
Lo normal es que las heces sean duras cuando el ritmo es de tres veces por semana y que sean de consistencia normal o blanda cuando son tres veces por día. Pero, como se ve, lo que define el estreñimiento es la consistencia de las heces. Cuando son duras o muy duras el estreñimiento dará más síntomas digestivos con dolor, dificultad, tránsito lento, falta de apetito y muchos otros signos de alteración patológica del intestino.
¿Por qué se produce el estreñimiento?
En el estreñimiento funcional, además del factor constitucional, la alimentación tiene gran trascendencia. La dieta escasa con escaso aporte líquido suele ser un factor importante en la dieta del lactante como causa de estreñimiento. La monotonía de la alimentación, solo leche, también es otro factor. Además, las leches de fórmula, aunque muy parecidas, tienen composición diferente y unas pueden favorecer el estreñimiento más que otras.
¿Qué hacer para aliviar del estreñimiento al bebé?
Aumentar el aporte hídrico de la dieta, diluyendo algo la leche de fórmula es una buena opción terapéutica. Existen leches de fórmula especiales para tratar el estreñimiento del lactante, que mejoran notablemente los síntomas. La toma de probióticos añadidos a la dieta también es una terapia eficaz. La alimentación rica en fibra, a partir de la edad permitida por su pediatra, suele mejorar el estreñimiento del lactante.
Enfermedad de Hirschsprung
También conocida como megacolon congénito, es la enfermedad más representativa que da lugar a estreñimiento pertinaz y patológico en el recién nacido y en el lactante.
El origen de esta enfermedad se encuentra en la ausencia congénita de la inervación de las porciones finales del intestino grueso, con carencia del desarrollo normal de los plexos nerviosos de Auberbach y de Meissner.
La dieta escasa con escaso aporte líquido suele ser un factor importante en la dieta del lactante como causa de estreñimiento
Esta enfermedad es más frecuente en los niños que en las niñas y los síntomas suelen aparecer precozmente, a veces en las primeras 24 horas de vida. Se caracteriza por estreñimiento intenso, vómitos, distensión abdominal y ausencia de eliminación del meconio en las primeras horas de vida.
Precisa, para su diagnóstico, de estudios de imagen y de biopsia rectal, la cual presenta ausencia de células ganglionares de los plexos nerviosos del ano y del recto. El tratamiento, obligadamente quirúrgico, suele precisar de una colostomía inicial y de la reconstrucción anatómica en operaciones ulteriores.