En ocasiones, las parejas que llevan tiempo buscando sin éxito el embarazo, se someten a una prueba tras otra sin averiguar por qué, si aparentemente todo está bien, no logran la gestación ni de manera natural ni recurriendo a tratamientos de fertilidad. ¿Cuál puede ser la causa? Son muchas las posibles circunstancias, que variarán de una pareja a otra, pero hay un factor cuya relevancia es mucho mayor de la que se creía hasta hace no mucho tiempo: la microbiota.
“Sí, la microbiota del endometrio y del tracto genital influye en la fertilidad”, afirman con contundencia el Dr. José Vigaray, especialista en alergología e inmunología clínica y director de la Unidad de Microbiota de Vithas/Inmunomet, en el Hospital Universitario Vithas Madrid Arturo Soria, y el Dr. Alejandro Olloqui, especialista en ginecología y obstetricia y responsable de la consulta especializada de fertilidad de dicha Unidad de Microbiota.
¿Cómo afecta la microbiota a la fertilidad?
Los dos doctores nos explican que tener un equilibrio adecuado de bacterias buenas, especialmente en el endometrio y en el tracto genital, favorece un ambiente saludable para la implantación del embrión y el desarrollo del embarazo.
“Por el contrario, alteraciones en la microbiota endometrial pueden dificultar quedarse embarazada o aumentar el riesgo de aborto”. Especifican que esas alteraciones están condicionadas por desequilibrios de la microbiota intestinal. “Paralelamente, los desequilibrios de la microbiota intestinal están vinculados a trastornos metabólicos e inmunológicos que también condicionan la gestación”, añaden los especialistas.
Alteraciones en la microbiota endometrial pueden dificultar quedarse embarazada o aumentar el riesgo de aborto
¿Cómo saber que la dificultad de lograr el embarazo se debe a la microbiota?
Oímos hablar mucho de la microbiota -cada vez más, de hecho-, pero no siempre somos conscientes de la importancia de este ecosistema que alberga nuestro organismo, al menos, en lo que a salud reproductiva se refiere. Hay, sin embargo y afortunadamente, sistemas con los que averiguar cómo es y de qué se compone la micriobiota de cada persona para poder actuar sobre ella y modificarla y solventar los problemas que provocaba.
“Detectar un problema en la microbiota endometrial que afecte se hace con un test específico que analiza las bacterias del útero. Se toma una muestra endometrial, mediante biopsia preferiblemente por histeroscopia (con una cámara y visualización directa) o mediante una cánula”, detallan los especialistas de la Unidad de Microbiota de Vithas/Inmunomet.
“Cuando sea necesario también será preciso estudiar la microbiota intestinal, la permeabilidad de la barrera intestinal y la salud inmunológica y metabólica con analíticas específicas de sangre, orina y heces y test de gases espirado”.
¿Cómo tratar una microbiota alterada para poder quedarse embarazada?
El primer paso es un cambio en la alimentación en el que la paciente siga las pautas del especialista. Un cambio “imprescindible pero no suficiente”, subrayan los doctores Vigaray y Olloqui. Será preciso combinar los nuevos hábitos alimenticios con tratamientos personalizados con distintos suplementos, incluyendo probióticos específicos, que serán unos u otros según los resultados de los estudios que se le han realizado a la mujer que busca el embarazo. En ocasiones también serán precisos antibióticos, nos dicen.
“El objetivo será mejorar el funcionamiento de la barrera intestinal y reequilibrar la microbiota intestinal y endometrial. De este modo mejoraremos la salud metabólica e inmunológica y el entorno endometrial, aumentando con todo ello las posibilidades de embarazo”.
¿Cómo debe ser la alimentación de una mujer o de una pareja que busque el embarazo?
“De forma general, debe recomendarse una alimentación que contribuya a una mejor salud metabólica e inmunológica y que sea beneficiosa para la microbiota. Esto implica reducir al máximo el consumo de azúcares refinados, grasas animales y alimentos procesados”, recalcan los doctores.
Como cabe esperar, nos señalan que también es recomendable una dieta variada con alimentos frescos de proximidad con abundante fruta y verdura. Eso sí, advierten que “no se deben hacer exclusiones alimentarias a ciegas sin una evaluación previa de la microbiota y de posible intolerancias alimentarias”.