Consejos prácticos para viajar con tu bebé en avión©AdobeStock

Viajar con niños

¿Planeando un viaje en avión? Toma nota de estos consejos si vas con tu bebé

Si esta Semana Santa, o ya de cara al verano, estás planificando tus vacaciones y quieres viajar con tu hijo ten en cuenta estas recomendaciones prácticas de los expertos

Algunas de las dudas más frecuentes que se cuestionan los padres cuando se plantean viajar en avión con un bebé son ‘¿a partir de qué edad es aconsejable que viajen?’, ‘¿cuáles son los imprescindibles que no deben faltar durante el viaje?’, ‘¿qué hago si llora?’… entre otras muchas.

Para contestar a todas estas cuestiones y darnos algunos consejos prácticos más sobre cómo debe ser un viaje en avión con un bebé, hemos hablado con María Teresa Suárez Pérez, enfermera (con la colaboración de Carlos Yarza Candina, médico) del Equipo de Pediatría del Centro de Salud de Santiago del Teide y Tamaimo, en Tenerife, y creadores del perfil de Instagram @pediatriatenerife.

¿A partir de qué edad es recomendable que un bebé viaje en avión?

Lo imprescindible para cualquier bebé que viaje en avión, podríamos decir, que es todo aquello que cubra sus necesidades básicas. En cuanto a los meses de vida, la enfermera nos dice que “no hay una edad a partir de la cual los niños puedan volar”. De hecho, “no hay inconveniente para que lo hagan desde que han sido dados de alta del hospital después de nacer. En general, los bebés recién nacidos sin necesidad de viajar, no se recomienda que viajen. Pero las compañías aéreas sí que suelen tener un mínimo de edad, y la mayoría recomiendan esperar a que tenga más de dos semanas de vida”, nos cuenta la experta.

Además, es necesario tanto para el bebé como para los padres, sobre todo si son primerizos, que los primeros meses del pequeño sean de conocimiento mutuo para saber cómo es el niño, qué le molesta, qué le gusta, distinguir sus tipos de llantos, establecer su rutina de comidas, de sueño…


La enfermera, recomienda que “los dos o tres primeros meses del pequeño sean de adaptación. Si necesitamos viajar es conveniente que nuestro destino sea en el mismo país, no realizar viajes largos y consultarlo con el pediatra antes de viajar. A partir de los 5 o 6 meses ya podrás hacer un viaje de más horas como puede ser a algún país europeo, o incluso internacional”.

Madre con su bebé en brazos en el aeropuerto©AdobeStock

Normalmente el viaje en avión se considera seguro para todos aquellos bebés menores de un año, pero si el pequeño sufre de alguna enfermedad respiratoria, el consentimiento del pediatra será fundamental, así como en el caso de niños prematuros. La experta insiste en que: “Si no es absolutamente necesario, es conveniente evitar exponerlo a cualquier ambiente cerrado con mucha gente, por el riesgo de infecciones. Los niños reciben sus primeras vacunas a los 2 meses, antes de ello están más en riesgo. En bebés prematuros, con enfermedades crónicas de corazón o de los pulmones pueden experimentar problemas debido a los cambios del nivel de oxígeno del aire en cabina”.


Y detalla: “La vacuna del sarampión (triple vírica) puede administrarse en situaciones extraordinarias (por ejemplo, en viajes a países endémicos o con elevado riesgo de exposición), atendiendo a las recomendaciones de los servicios de salud pública, a partir de los 6 meses de edad. Pero debe recordarse, sin embargo, que se mantiene la recomendación de que la primera dosis de vacuna triple vírica se administre de forma rutinaria tan pronto como sea posible una vez cumplidos los 12 meses de edad según el CAV-AEP (Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría)”.

Si finalmente decides viajar con tu bebé, debes tener en cuenta las siguientes recomendaciones que nos da la enfermera:

  • El bebé debe ir en tus brazos para poder atender sus necesidades en cualquier momento. “Tienes que saber que los bebés hasta los 2 años no pagan billete de avión, pero sí las tasas, no pueden llevar maleta de mano, pero sí te permiten subir el bolso cambiador y podrás facturar hasta dos accesorios de bebé gratis como la silla de paseo y la silla del coche o una cuna de viaje”, informa la experta.
  • Mientras que la documentación que necesitan los bebés para volar es la misma que los padres y es recomendable llevar su historial médico y su registro de vacunas. “Casi todas las compañías aéreas contemplan el supuesto del embarque prioritario para familias que viajen con bebés y niños pequeños. Una vez en el avión, el personal de cabina os proporcionará un cinturón especial para que se lo pongáis al bebé, que debe estar sujeto sí o sí durante las maniobras de despegue y aterrizaje, como en el caso de los adultos”, explica.

Consejos a tener en cuenta durante un viaje en avión con un bebé

Con respecto a la comida, en bebés menores de 6 meses con lactancia materna no debemos preocuparnos más que de ofrecerle el pecho de forma frecuente durante el vuelo. “Si la mamá no viaja con el bebé, la leche materna extraída se puede llevar en una nevera portátil con hielo y pedir a la azafata agua hirviendo y calentar al baño maría introduciendo el recipiente o llevarla en bolsitas de menos de 100 ml. Tener en cuenta que los sacaleches no cuentan como su equipaje de mano ya que cae en la categoría de equipo médico”, según nos dice la experta.

“En bebés con leche de fórmula, lo recomendable es que, si el vuelo no es largo, los llevemos preparados y refrigerados desde casa con las recomendaciones de la OMS (Organización Mundial de la Salud) en una nevera portátil y al ofrecerlo, calentar al baño maría como la leche materna. Si el vuelo es muy largo puedes prepararlo en el vuelo, pero recuerda siempre las recomendaciones de mezclar el polvo con el agua a 70 grados por el riesgo de contaminación de esa leche y luego dejarlo enfriar”, recomienda.

Además, ten en cuenta lo siguiente:

  1. Hidratar al bebé durante el vuelo. “Esta es una recomendación también para los adultos. Durante un vuelo se produce una deshidratación mayor que cuando estamos en tierra. Los bebés no es necesario que tomen agua antes de 6 meses por eso es importante ofrecer la leche materna o adaptada a demanda y de forma frecuente. Los mayores de 6 meses a los 12 meses la leche es el alimento principal, y tiene bastante líquidos por lo que la recomendación es la misma. Y, además, podemos ofrecer también agua”.
  2. Si son bebés mayores de 6 meses y han comenzado la alimentación complementaria además podemos llevar alimentos la fruta, que siempre es una opción muy saludable, y, si han comenzado con el método BLW “podrán comer trocitos de pollo, verdura o trozos de pan, galletas de avena, envasados y sin riesgo de derrames y trasporte de líquidos en el avión. Si toman triturados llevarlos en cantidades menores de 100 ml y podemos pedir a la azafata que nos lo caliente”, añade. “También son buena opción los recipientes isotérmicos. Ambos pueden mantener la bebida y los alimentos fríos o calientes durante varias horas”
  3. Además, como objetos indispensables están los artículos de higiene: “pañales, toallitas, ropa de cambio, baberos, bolsas de plástico… Los baños de los aviones tienen cambiador para bebés, llevar una tela o toalla para no apoyarlo en la superficie”.
  4. Para la ropa, “sería recomendable llevarle con varias capas y si tiene calor le quitamos o ponemos según la temperatura del avión. Optar por ponerle ropa que no sea ajustada y que facilite el movimiento”.
  5. Es recomendable también, “llevar un pequeño botiquín con los medicamentos de base (antitérmico o analgésico, suero fisiológico, termómetro, gasas…) que pueda necesitar. Hay que destacar que la piel del bebé suele resecarse con el aire acondicionado, así que es recomendable llevar crema hidratante y un suero fisiológico para la nariz y los ojos”.
  6. Y, por último, “dependiendo de la edad del niño, hay que llevarles cosas para que se entretengan: juguetes, cuentos, cartas, libros de pegatinas o de colorear, marionetas, peluches…”.

Otras recomendaciones útiles

Como todos sabemos, viajar en avión conlleva un cambio de presión que puede afectar a los oídos con los típicos taponamientos o pitidos. Para intentar que la presión vuelva a equilibrarse podemos hacer lo siguiente: “Recomendamos amamantarlo o darle su biberón, especialmente, durante el despegue y el aterrizaje, ya que esto le evitará molestias en su oído medio debido a la presión, pues al tragar se abren las trompas de Eustaquio y se libera la presión. También puedes usar el chupete para tranquilizarle si es necesario, darle agua, animarlo a bostezar imitando a los padres... Si el bebé ha tenido una cirugía del oído o una infección de oído en las semanas anteriores al vuelo, debe ser valorado por su médico antes de viajar”.

También, puede ser posible que las luces del avión estén encendidas cuando el bebé está dormido, para esos momentos: “Puedes llevarte un pañuelo, una muselina o algo con lo que poder hacerle una tienda de campaña improvisada para protegerle un poco de la luz y del ruido del avión. Además, suelen contar con cunas para trayectos largos (eso sí, hay que pedirlas con antelación)”, dice la experta.

Se recomienda viajar en las horas en las que el bebé suele dormir por lo que en los horarios de la siesta o de su sueño nocturno será más llevadero el viaje tanto para el pequeño como para los padres. “Retrasa o adelanta la siesta para que duerma durante el vuelo intentando que no llegue demasiado irritable y cansado, ya que luego será más difícil relajarlo”, aconseja la enfermera.

Y es muy importante que si el bebé llora los padres intenten “estar tranquilos, repasen si sus necesidades básicas están cubiertas, luego valoren si existe la posibilidad de que tenga dolor (podemos dar un analgésico), pasearlo o mecerlo, si gatea o camina dejarlo explorar por el pasillo… Haz que volar sea una experiencia grata para ambos y transmítele, en la medida de lo posible, la ilusión por realizar ese viaje juntos”, finaliza la experta.

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