Dos niñas de campamento al aire libre©AdobeStock

Actividades para niños

¿Cómo elegir el mejor campamento para tu hijo?

La oferta de campamentos en vacaciones se ha ampliado de forma sustancial. Además de los tradicionales dedicados a idiomas, naturaleza o deportes, hay muchos otros de muy distintos ámbitos. Esto debes tener en cuenta para escoger el mejor para tu hijo.

En la elección de campamento hay que tener en cuenta muchas variables que afectan tanto al pequeño como a la organización familiar. ¿Debe decidirse en función de las preferencias del niño o han de ser los padres los que impongan su criterio?

Hemos hablado de ello con Sonia Martínez Lomas, psicóloga de los Centros Crece Bien (www.crecebien.es), especializados en la enseñanza de habilidades emocionales, sociales y de aprendizaje, en Madrid.

¿Cómo les beneficia un campamento?

Los campamentos de verano tienen muchas ventajas para niños y adolescentes. Son una estupenda opción, no solo para llenar las vacaciones sino para potenciar algunas áreas. Así lo detalla la especialista:

  • Relaciones con otros niños. Cuando el niño va a un campamento se relaciona con compañeros nuevos a los que no está habituado. Debe integrarse en un sitio nuevo y tomar decisiones al margen de sus amigos de siempre. “Vemos, por ejemplo, que hay jóvenes que toman decisiones importantes como la carrera universitaria porque la han elegido sus amigos; en los campamentos tienen la oportunidad de abrirse a otros entornos y decidir por sí solos”, explica.
  • Autonomía. Al desenvolverse en un espacio nuevo, sin gente conocida, desarrollan su autonomía, lo que es muy bueno para su evolución personal. Así, “tendrán que resolver situaciones novedosas, buscando soluciones por sí mismos, pidiendo ayuda y adaptándose al entorno”, destaca Sonia Martínez.
  • Aprender otras habilidades. Durante el curso escolar las enseñanzas están más sistematizadas. En los campamentos de verano tienen la ocasión de acercarse a distintos ámbitos que en el día a día quedan más lejos.
  • Seguridad en uno mismo. Al enfrentarse a espacios desconocidos y a gente nueva van ganando confianza en sí mismos para enfrentarse luego a situaciones inesperadas o que nunca han vivido antes.
  • Habilidades sociales. Las habilidades sociales se fomentan mucho, ya que el niño hace nuevos amigos, se relaciona con un grupo amplio de gente y ha de resolver conflictos sin la presencia y la seguridad de adultos conocidos.
Niños en la puerta de una tienda de campaña tomando sandía©AdobeStock

La actitud de los padres

Los padres de hoy son más proteccionistas que los de otras generaciones. Y eso se refleja también a la hora de elegir campamento. “Los padres se muestran inseguros, y esa inseguridad se transmite también a sus hijos. Tienen miedo de que se aburran, de que lo pasen mal, de que no sepan relacionarse o de que se queden solos, de que no reciban constantemente la ayuda de un adulto...”, advierte la psicóloga de Centros Crece Bien, que ofrece desde hace 14 años un campamento de inteligencia emocional.

Pero todos esos miedos adultos que podrían parecer problemas, a juicio de la experta no son más que grandes oportunidades para sus hijos. “Si el niño no lo pasa bien en un momento, no pasa nada porque aprenderá que no siempre se pasa bien; si no es ayudado por el adulto, es bueno que el niño aprenda a pedir la ayuda que necesita; si un día no ha hecho amigos, se puede hablar con él sobre cuál es el mejor modo de hacerlos y comentarle que no en todos los lugares hacemos amigos...”.

El problema es, según confiesa, que en cuanto los padres atisban alguna dificultad del niño, como aburrimiento o miedo, los dejan de llevar al campamento. “Son oportunidades para que el niño aprenda, en las que hay que apoyarlo y ayudarlo a buscar soluciones, pero no sacarlo del campamento”, recomienda.

¿Deben elegir ellos o los padres?

A la hora de elegir campamento hay que valorar distintos aspectos. Hay ocasiones en que por alguna circunstancia el niño necesita refuerzo en verano. Puede ser el caso de campamentos de idiomas o cuando ha de mejorar alguna habilidad concreta. “No siempre el niño puede elegir; los padres siempre intentan que sus hijos estén contentos con sus decisiones, pero esto no es siempre posible; aunque hay que mostrarse comprensivos y apoyarlos”, destaca la psicóloga. “El verano es una oportunidad que tienen los niños con dificultades concretas, como de atención o habilidades sociales, para ponerse al nivel que tienen otros compañeros”, subraya Sonia Martínez.

Pero que no decidan el campamento al que ir no significa que no puedan decidir nada: pueden optar entre varios de la misma categoría o escoger la ropa con la que irán o qué van a hacer tras su llegada.

Cuando no hay estas necesidades concretas y el niño puede decantarse por cualquier campamento, es bueno probar distintos tipos en sucesivos años para abrir su área de experiencias.

Además, hay que considerar el aspecto económico y la conciliación familiar. No siempre el preferido por el menor será posible o por cuestiones monetarias o por logística. Deben conjugarse todos los aspectos para que la experiencia resulte satisfactoria para el conjunto de la familia.


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