El primer baño tras el nacimiento, cómo realizarlo y en qué momento©AdobeStock

Recién nacido

El primer baño del recién nacido, ¿cuándo y cómo debe realizarse?

Los tiempos han cambiado... literalmente. Si hace unos años lo común era asear al bebé una o dos horas tras su nacimiento, ahora la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda postergar el primer baño hasta 24 horas. Este ritual, que suele generar cierto estrés, especialmente en los padres primerizos, nos plantea varias dudas:

El primer baño del recién nacido es una experiencia maravillosa que, no obstante, puede generar miedos y cierto nerviosismo ante la falta de experiencia y fragilidad del pequeño. Por eso es fundamental seguir los pasos adecuados para asegurar un aseo con plenas garantías.

El cuidado del bebé en este sentido suscita muchas dudas a los papás primerizos que suelen recibir consejos bien intencionados pero con poca base científica”, sugiere Diana Velázquez (@dermavelazquez), dermatóloga en Majadahonda (Madrid).

Según su experiencia, confiesa que muchos papás primerizos idealizan el momento de la entrega del bebé. “Lo cierto es que los recién nacidos ni huelen a colonia ni tienen la piel que muestran en los anuncios”, advierte.

En concreto, la experta señala que los recién nacidos desprenden un olor muy particular que les acompaña durante las primeras semanas de vida: “El eau de parfum del neonato se compone de restos de líquido amniótico y vérnix caseosa (esa capa gruesa y blanquecina compuesta de agua, grasa y proteínas que tiene el fin de proteger la delicada piel del feto y prevenir posibles infecciones dentro del útero).



¿Cuándo lo realizamos?

Los bebés que son aseados nada más nacer tienen más probabilidades de enfriarse o sufrir hipotermia. También puede propiciar que algunos sufran una caída del nivel de azúcar en la sangre (hipoglucemia) o interrumpir el contacto piel con piel, impidiendo la formación del vínculo entre la madre y el hijo y el éxito temprano de la lactancia materna.

Hace unos años, lo común era bañar a los bebés una o dos horas después de su nacimiento. Ahora, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda postergar el primer baño del bebé hasta 24 horas después del nacimiento. “En concreto, los dermatólogos apostamos por evitarlo, por lo menos, durante las primeras 72 horas de vida”.

Según apunta Diana Velázquez, de esta manera, la vérnix caseosa se irá reabsorbiendo de forma progresiva hasta su total desaparición. Esto, en concreto, es de particular importancia para los bebés prematuros, ya que su piel tiende a sufrir lesiones.

El momento idóneo depende de los padres. Eso sí, si bañas a tu bebé tras darle de comer, los expertos recomiendan esperar a que haga la digestión.


El primer baño de mi bebé: cómo lo hacemos©AdobeStock

¿Cómo lo hacemos?

Según apunta la experta, el baño de un bebé debe ser un proceso delicado, aunque proteste. Para empezar, necesitamos tener limpias nuestras manos (mejor lavarlas con agua calentita para que no estén frías cuando le cojamos).

Después, es necesario tener a mano el recipiente o palangana con agua (se suelen recomendar 2 pulgadas, unos 5 centímetros), una esponja o paño suave y humedecido, además de una toalla seca. Estas son las recomendaciones a tener en cuenta:

  • Usaremos jabones libres de sustancias agresivas.
  • Evitaremos los limpiadores sintéticos.
  • Le bañaremos con esponja, y cuidadosamente, hasta que se le caiga el muñón del cordón umbilical, que suele ser entre la primera y segunda semana de vida).
  • Usaremos el paño o esponja para lavarle la cara, con total precaución para evitar que no le entre agua en los ojos ni en la boca.
  • Verifica la temperatura del agua: lo ideal es que esté tibia (entre 32 y 34 grados).
  • La última zona que se lava es la del pañal.
  • Cuidado con las zonas delicadas: se debe tener especial cuidado en los pliegues debajo de los brazos, detrás de las orejas, alrededor del cuello y, en particular en las niñas, en la zona genital.
  • Una vez el bebé esté fuera del agua, hay que secar su piel y cuidar su temperatura temporal con una toalla seca. Debemos asegurarnos de que las ventanas y puertas estén cerradas para evitar que su cuerpo se enfríe.
  • En cuanto a la hidratación, la mayoría de los recién nacidos no necesitan loción tras el baño. Si su piel está muy seca se puede aplicar una pequeña cantidad de crema hidratante sin perfume. Si la sequedad se mantiene habrá que consultarlo con un pediatra.

¿Con qué frecuencia?

No es necesario bañarles todos los días. “La necesidad del baño diario es una leyenda urbana como tantas otras. Los recién nacidos apenas se ensucian, no sudan y no huelen a nada que no sea natural y biológicamente perfecto”, concluye Diana Velázquez.

En concreto, con asearles tres veces por semana durante el primer año es suficiente. Si lo hacemos con más frecuencia, podemos llegar a resecar la piel del bebé.


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