Uno de los problemas que nos podemos encontrar durante el embarazo es el llamado cérvix incompetente o también conocido como cuello de útero debilitado. Esto ocurre cuando, hacia el segundo trimestre del embarazo, se denota una insuficiencia cervical, es decir: “El tejido cervical es débil o blando. Este problema se suele detectar durante el embarazo y requiere tratamiento, ya que puede causar un aborto espontáneo o un parto prematuro”, advierte el doctor Fernando Mozo de Rosales Fano, ginecólogo de Centro de Fertilidad (www.centrofertilidad.com).

¿Cuáles son las causas más comunes de un cuello de útero debilitado?

En un embarazo, considerado normal, el cuello de útero permanece firme y cerrado hasta el tercer trimestre de gestación. A partir de entonces, es cuando el cuello comienza a suavizarse, acortarse y a dilatarse, a medida que el cuerpo se va preparando para el momento del parto.

Los principales problemas que conlleva un cuello de útero incompetente o debilitado pueden ser un aborto en el segundo trimestre, que el parto comience a partir de la semana 37, que haya una rotura de bolsa antes de la semana 37 o que suceda un parto prematuro. Para evitar problemas mayores: “Nada más diagnosticar la incompetencia cervical es fundamental programar un cerclaje. Este es el tratamiento más efectivo para prevenir las consecuencias negativas mencionadas y, además, es una intervención rápida y sencilla. Hasta que se realiza el cerclaje se deben administrar a la paciente suplementos de progesterona (para prevenir un parto prematuro) y controlar la dilatación del cuello uterino a través de ecografías”, nos explica el experto.

Los motivos más frecuentes por los que se debilita el cuello del útero, según nos comenta el doctor, son:

• Enfermedades congénitas: “son aquellas enfermedades que aparecen en el momento del nacimiento y están causadas durante el desarrollo embrionario. Es decir, no tienen por qué ser de origen genético”.
• Traumatismo cervical: “se debe a la realización previa de procedimientos quirúrgicos como la dilatación y el raspado del útero. Estos procedimientos pueden haberse realizado por un parto previo, para extirpar una lesión muy amplia (con motivo de una biopsia) o para llevar a cabo un aborto”.

¿Se puede prevenir de alguna manera?

“La incompetencia cervical no se puede prevenir”, afirma el doctor Mozo de Rosales. Lo más importante y prioritario es diagnosticarla cuanto antes en las mujeres embarazadas para poder planificar el tratamiento. Algunas formas en las que sí se puede sospechar de una posible insuficiencia cervical son: “En aquellas ocasiones en las que la mujer sabe o sospecha que puede presentar debilidad uterina. Esto puede deberse a que cuenta con antecedentes familiares o a que ya ha tenido embarazos previos”, explica el doctor. “En esos casos, el ginecólogo debe llevar un seguimiento exhaustivo de la paciente nada más quedar embarazada”, añade. Incluso, con la realización de pruebas de ultrasonido en el cuello del útero previas al embarazo o al inicio de la gestación; y con la realización frecuente de exámenes físicos y pruebas de ultrasonido durante el embarazo.

“Generalmente, la debilidad uterina se diagnostica durante la gestación. Esto se debe a que no se manifiesta con ningún síntoma hasta los primeros meses de embarazo. Los síntomas de la incompetencia cervical que aparecen durante la gestación son: leves sangrados, presión en la pelvis, dolor lumbar, cambios en el flujo vaginal o sensación de calambre en el abdomen”, enumera el doctor.

Por ejemplo, cuando existe la posibilidad de un parto prematuro, el ginecólogo suele recomendar reposo en cama, pero esto no impide que finalmente suceda en los casos de cuello de útero debilitado. Por ello, lo que normalmente se realiza es un cerclaje, tal y como nos comentaba el doctor anteriormente. Pero, ¿en qué consiste la intervención exactamente? “Es una técnica que se usa para tratar la incompetencia cervical. Es quirúrgica y se conoce con el nombre de cerclaje Shirodkar-Barter. Se realiza entre las semanas 12-14 y consiste en colocar una sutura trenzada alrededor del cuello uterino. De esta manera, se consigue que el cuello se mantenga cerrado hasta el momento del parto”, nos explica.

Factores que influyen de forma directa en el desarrollo de un embarazo saludable

• Llevar una alimentación sana: durante el embarazo se necesita más ácido fólico, calcio, hierro y otros nutrientes. El ginecólogo suele prescribir vitaminas prenatales diarias para poder complementar un posible déficit de alimentación.
• Vigilar el aumento de peso durante el embarazo: el aumento de peso de forma saludable durante el embarazo está directamente relacionado con la salud del bebé. Normalmente se recomienda un aumento de unos 11 a 16 kilos para aquellas mujeres que tengan un peso saludable antes del embarazo.
• Llevar unos hábitos de vida saludables: olvídate del tabaco, del alcohol y consulta siempre a tu ginecólogo antes de tomar cualquier medicamento.