Niña compartiendo una manzana©AdobeStock

Disciplina positiva

Cómo criar a tu hijo para que no sea un niño egoísta

La crianza en positivo es fundamental para que los niños aprendan desde sus buenas conductas. ¿Cómo podemos alejar el egoísmo de ellos para que se conviertan en adultos empáticos y desinteresados?

Si nos ceñimos a las conclusiones de muchos estudios psicológicos podríamos decir que ‘todos somos egoístas’ de nacimiento. Pero para poder saber cuál es el origen del egoísmo, debemos entender que hay que clasificarlo en varios tipos. La psicóloga infantil, Diana C. Jiménez, experta en Disciplina Positiva (@infanciaenpositivo) nos los explica de la siguiente manera: “Hay un egoísmo que se critica hoy día, que es el egoísmo del egocentrismo. Se da cuando la persona antepone su necesidad, a las necesidades de los demás. No es empático sino victimista. Otro egoísmo es el consciente, que sería un egoísmo en el que se piensa en sí mismo, pero no perjudica a los demás. Sería el ‘cuídate para cuidar’, un concepto que, sobre todo, se usa en maternidad y que alienta a que la mamás se cuiden para poder criar bien; es un egoísmo necesario. Y, por último, hay otro egoísmo que es el altruista, y es que curiosamente se piensa que, si se es altruista, no se es egoísta. En este caso, ayudas a otros, o favoreces el bien de los demás, porque es algo que a ti también te aporta. Estás recibiendo algo a cambio”.

Es por ello que, al fin y al cabo, todos tenemos un objetivo, llegar a una meta, que es el estar bien nosotros. “Sin embargo, hoy se sabe que de manera innata somos generosos, cooperativos, justos, altruistas… características con las que nacen todos los niños”, dice la experta en psicología. Y es que hay estudios que aseguran que desde bebés, de aproximadamente unos 18 meses, ya se cuenta con el concepto de justicia, de equidad… “Son capaces de hacer un reparto equitativo de las cosas o saben ayudar a otros, cuando observan que un adulto necesita ayuda”, afirma.


El egoísmo por naturaleza de los niños

Los expertos en psicología infantil relatan que el egoísmo de la primera etapa de la infancia es un ‘egoísmo de supervivencia’. La explicación es que cuando nacemos las funciones más desarrolladas que tenemos a nivel cerebral son aquellas vinculadas a ayudarnos a sobrevivir. Por este motivo, debemos hablar del que sería un ‘egoísmo por naturaleza’. “Si hacemos referencia al libro de El gen egoísta de Richard Dawkins, precisamente lo que cuenta es que los seres humanos no somos egoístas. Para que un gen sobreviva a otro tiene que ser egoísta, pero es algo que pasa a nivel genético, no a nivel humano o filosófico”, nos cuenta la experta.

Si profundizamos un poco más en la explicación para entender el cerebro de un niño y cómo piensan estos, para ellos el concepto de egoísmo es inexistente ya que es muy difícil que puedan ponerse en la piel de otro antes de los 4 años, aproximadamente. Esto estaría relacionado con la ‘teoría de la mente’, que la psicóloga nos aclara: “Antes de esa edad, los peques no son capaces de pensar que hay alguien fuera que tiene pensamientos o ideas diferentes a ellos. Se trata de un egocentrismo natural, que es algo muy diferente a hablar de egoísmo”.

En relación a este comportamiento, la especialista en crianza positiva, nos explica un curioso experimento realizado con niños menores de 4 años: “Una niña mete en una caja una pelota, se va y al rato viene otra, y cambia la pelota de sitio y la pone en una cesta. Cuando les preguntan a los niños que observan la escena, ‘¿cuándo venga la primera niña dónde buscará la pelota?’ Todos contestan el último sitio dónde se guardó, en la cesta. Sin embargo, esta niña no vio que metieron la pelota en otro sitio. Ellos no son capaces de entenderlo y ponerse en su lugar”. Ahora bien: “Niños a partir de 5 años, sí que contestan bien a esta cuestión”.

Este es tan solo uno de los motivos por los que la psicóloga advierte que los adultos tenemos que tener mucho cuidado con lo que hacemos y decimos delante de los niños a estas edades: “Porque nos creen todo y piensan que sabemos todo de ellos y de la vida en general”, asegura.

Niña con peluche©AdobeStock


¿Cómo potenciar la crianza en positivo para que no sean egoístas?

Aumentar la empatía es una de las claves para criar niños no egoístas, desinteresados y solidarios. Buscar las oportunidades que surjan en el día a día será fundamental para aplicar esta crianza y así, hacer ver al menor la importancia de compartir y ser empáticos. 

En la educación, y, sobre todo, en estas edades, el ejemplo lo es todo. Favorecer los  juegos cooperativos, hacerles participar en las tareas del hogar, decir un simple ‘gracias’ cuando haya oportunidad… serán granitos de arena que irán calando en la personalidad del niño. “Si quiero que comparta tendrá que verme a mí compartir. Lo que no está indicado hacer es decirle ‘tienes que compartir’ a un niño que, por ejemplo, tiene mucho apego a un peluche. Para él ese muñeco es todo su mundo y no entenderá por qué tiene que compartirlo. El concepto de compartir y la empatía es algo que se va desarrollando”, nos explica la psicóloga.

El triunfo estará en crear experiencias o momentos en los que el pequeño se pueda poner en la piel de los demás. Y es que no es lo mismo ser egoísta siendo víctima que siendo agente. “Cuando ellos son los que no comparten su muñeco están siendo agentes de egoísmo. Pero hay veces que se convierten en las víctimas del egoísmo y es entonces cuando podemos trabajar el ponerse en el lugar del otro”, indica.

Lo más importante que la experta aconseja es alentar aquellos comportamientos en los que nos demuestran que no son egoístas. “Por ejemplo, estamos en casa y solo queda una galleta y él te da la mitad para ti y la otra, se la queda para él. En ese momento es importante reforzar ese comportamiento y decirle: “Me gusta mucho lo generoso que eres” o “He visto que has sido generoso cuando has compartido la galleta conmigo”. Cuando ponemos nombre a las cosas que ellos hacen, facilitamos que las vuelvan a repetir”. Precisamente, de eso se trata la crianza positiva, quitar el foco del comportamiento negativo, y centrarnos en el positivo, y en las emociones, porque, tal y como afirma la experta, esto dará pie a que ocurra en más ocasiones y al mismo tiempo, estaremos ayudando a formar su autoestima.