Niña practicando mindfulness©AdobeStock

Niños

Estos son todos los beneficios que tiene para los niños practicar ‘mindfulness’

Ser consciente del momento presente, este es el objetivo del ‘mindfulness’, una técnica de meditación muy beneficiosa por todas las ventajas que proporciona a los niños. ¡Descubre un poco más sobre esta técnica! ¿Te animas a practicarla con tus hijos?

El mindfulness es una técnica de meditación oriental que ayuda a tomar consciencia de las emociones, de los pensamientos y de todo lo que ocurre a nuestro alrededor en el momento presente. Son muchos los estudios realizados sobre psicología positiva que han comprobado los beneficios que esta práctica tiene sobre las personas y especialmente, sobre los niños.

“Por medio del ‘mindfulness’ entrenamos el cerebro. El cuerpo lo cuidamos haciendo ejercicio y comiendo de forma sana. El cerebro es el órgano más importante de nuestro cuerpo y su naturaleza es pensar. En ocasiones nuestra mente puede tener muchos pensamientos que nos hagan sentir distraídos y cansados, por eso es importante aprender a elegir pensamientos que nos ayuden a sentirnos en armonía y bienestar, y saber qué pensamientos debemos dejar pasar. Con la práctica del ‘mindfulness’, fortalecemos nuestra claridad mental enfocándonos en la solución en vez de enfocarnos en el problema”, nos explica Nina Sauri Baqueiro, maestra de Yoga y Mindfulness para niños y creadora de la escuela Peace and Love Yoga (@peace_and_love_yoga).

Sigue leyendo porque con la ayuda de la experta, te contamos cuáles son todos los beneficios de esta práctica aplicada a los más pequeños de la casa.


¿Por qué se recomienda la práctica del ‘mindfulness’ en niños?

Los beneficios de esta técnica de meditación para los más pequeños son muchos, tanto a nivel físico como emocional, mental y espiritual. A partir de los 3 años pueden comenzar a practicarlo de una manera sencilla y lúdica, tal y como nos cuenta la experta: “Haciendo alguna respiración y dándose cuenta de lo que ocurre a su alrededor o de lo que sienten. Aunque no lo entiendan del todo, se les ofrecen las bases para empezar a familiarizarse con la atención plena, de esta forma, cuando cumplan 5 años ya puedan practicarlo debidamente con más técnicas y más ejercicios”.

Cómo integrarlo en su día a día

El logro está en adaptar estos ejercicios en su rutina diaria de forma que no se convierta en una carga o una obligación para ellos. “Cada niño debe encontrar los ejercicios o actividades de ‘mindfulness’ que les hagan sentir bien y les ayuden a calmarse y a buscar su equilibrio. No existe una manera correcta de practicarlo, debemos soltar las expectativas y dejar que los niños disfruten jugando y explorando. Podemos empezar con 5 minutos al día practicando ‘mindfulness’ en familia o en el colegio, adaptándonos a las capacidades y edades de los niños”, recomienda la instructora. Además, según los expertos, el ‘mindfulness’ se puede practicar en todo momento y en cualquier lugar, por este motivo no es complicado integrarlo en la vida de los más pequeños de forma natural. Nina recomienda comenzar a hacerlo en los siguientes momentos del día:

  1. Alimentación consciente o ‘Mindful Eating’: “Es una forma de alimentarse conectándose con los 5 sentidos. Por ejemplo, al morder un pedazo de manzana, nos conectamos con su sabor, con la textura, observamos su color, notamos las sensaciones y pensamientos que aparecen en ese momento”, explica.
  2. ‘Mindfulness’ al bañarnos: “Disfrutar de la ducha sintiendo cómo cae el agua sobre el cuerpo, escuchar el sonido del agua, oler el jabón y enjabonarse lentamente con él, observar la espuma en la piel y notar cómo se limpia con el agua. Cuando el agua nos limpia podemos imaginar que se lleva los pensamientos negativos, los miedos o lo que nos incomode, arrastrándolos haciendo que desaparezcan”, recomienda Nina.
  3. Dormir en calma: la experta también aconseja: “Antes de dormir, le pedimos al niño que agradezca por algo que vivió ese día. Mamá o papá pueden empezar. Puede ser algo sencillo: ‘Gracias por la familia’, ‘gracias por el sol’, ‘gracias por mis ojos’ o puede ser que quieran agradecer por una situación en especial… Ya acostados, le pedimos que cierre sus ojos y que se duerma pensando en algo bonito”.
Niño comiendo una manzana©AdobeStock


Beneficios del ‘mindfulness’ para niños

  • Reduce el estrés, la depresión, la ira y el miedo
  • Mayor estabilidad emocional
  • Mejora el rendimiento académico
  • Mejora la autoestima
  • Desarrolla el autoconocimiento
  • Reduce la agresividad y la violencia
  • Aumenta la creatividad
  • Mejora la participación en el aula
  • Mejora la memoria, la concentración y la atención
  • Reduce la ansiedad ante los exámenes
  • Favorece la disposición de aprender
  • Incrementa la compasión, la empatía y la comprensión hacia los demás
  • Mejora las habilidades sociales
  • Mejora la salud física y mental
  • Ayuda a dormir mejor

 

Ejercicios para practicar ‘mindfulness’ con tus hijos

Si te ha picado la curiosidad y quieres realizar un acercamiento de esta técnica de meditación a tus hijos, la experta nos propone una serie de ejercicios para comenzar a practicarlo en casa. ¡Tú podrás hacerlos junto a ellos y beneficiarte también de todas sus ventajas!

Ejercicio1: Escuchar sonidos

Salir al jardín o al parque. Pídele al niño que cierre los ojos por un momento o unos minutos. Después debe anotar en un cuaderno todos los sonidos que escuchó. Si el niño es pequeño y no sabe escribir, lo puede dibujar o mencionar. Con esta técnica serán conscientes de todos los sonidos que hay en su entorno.

Ejercicio 2: Soplar una taza de chocolate caliente

el niño deberá imaginar una taza de chocolate caliente entre sus manos. Pídele que inhale profundamente por la nariz imaginando que huele el delicioso aroma del chocolate y cuando exhale, le pedimos que sople lentamente la taza de chocolate caliente, imaginando que está tratando de enfriarlo. Esta técnica ayudará a que los niños se calmen cuando estén enfadados.

Ejercicio 3: Caminar a cámara lenta

Le pedimos al niño que se quite los zapatos y que camine descalzo con mucha lentitud por toda la casa o sobre el césped en un jardín notando el movimiento que hacen los pies, las piernas, los brazos, tomando conciencia de cada paso que da. Con este ejercicio los niños podrán concentrarse en su propio cuerpo y agradecerles a sus piernas todo lo que hacen por ellos.

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