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¿Tu bebé tiene hipo? Prueba con estos remedios

El hipo parece incontrolable, pero se pueden llevar a cabo algunas medidas para prevenirlo y para hacerlo desaparecer en el momento. ¿De cuáles se trata? ¿Es peligroso en alguna situación?

Te sorprenderá saber que ya desde el inicio de la gestación los bebés pueden tener hipo. Así, en ecografías se ha podido observar que a las ocho semanas el embrión tenía movimientos que podrían ser hipo. Este va aumentando de frecuencia a medida que avanza el embarazo y ya en el tercer trimestre, el feto muestra incluso seis movimientos por minuto de este tipo. Tras el nacimiento, el hipo es muy frecuente en bebés y niños. ¿Qué se puede hacer?

Se lo hemos preguntado a la Dra. María José Gil Domínguez, especialista en Pediatría del Grupo IHP Pediatría en Sevilla y Huelva, para que nos indique los pasos a seguir.

¿Qué función tiene el hipo y por qué se produce?

No se sabe con exactitud la función del hipo, ya que no es un mecanismo de defensa del organismo como la tos o el estornudo. En la gestación podría servir para entrenar los músculos respiratorios antes del nacimiento, pero en la vida extrauterina se desconoce para qué aparece.

El hipo se produce cuando el diafragma se contrae. Esta contracción se ve acompañada de la de los músculos que facilitan la inspiración de aire, a lo que sigue un cierre de la glotis. “Se provoca por una irritación del nervio frénico, que es el responsable de la movilidad de estos músculos”, explica la experta.

No obstante, sí están muy localizados los factores desencadenantes del hipo en la edad pediátrica. Son los siguientes, según detalla la Dra. Mª José Gil:

  • Ingestión rápida de alimentos.
  • Comer demasiado (lo que provoca distensión abdominal).
  • Tragar aire durante la comida.
  • Cambios bruscos de temperatura.
  • Estrés.
  • Fiebre.
  • Crisis prolongadas de llanto.
  • Privación del sueño.

¿Hay distintos tipos de hipo?

Existen diferentes tipos de hipo, clasificados según la duración del mismo. Es importante saber de cuál se trata para poder evaluarlo:

  • Hipo agudo. “Es el más frecuente y carece de importancia clínica”, destaca la pediatra. Es un hipo que dura menos de 48 horas de forma intermitente.
  • Hipo crónico. Puede durar entre 48 horas y un mes (presentándose de forma discontinua).
  • Hipo persistente. Se prolonga más allá del mes (también a intervalos).

El más común en niños pequeños es el hipo agudo. “Suele durar pocos minutos y desaparece solo sin ninguna actuación. En niños, y sobre todo en bebés menores de un año, es una circunstancia muy habitual que no debe preocuparnos en absoluto”, destaca la especialista de IHP.

Bebé en brazos de su madre©AdobeStock

¿Cuándo el hipo es preocupante?

No obstante, el hipo puede ser preocupante si se presenta con demasiada frecuencia o dura más de 48 horas. Hablaríamos entonces de un hipo crónico, que podría estar asociado a algunas patologías. ”El nervio frénico, cuya irritación es responsable del hipo, tiene un largo recorrido de la cabeza al abdomen. Diversas patologías a estos niveles pueden desencadenar una irritación continuada del nervio, dando lugar a un hipo prolongado en el tiempo”, alerta.

Además, hay problemas de salud que en la edad pediátrica cursan con hipo como “el reflujo gastroesofágico, la hernia de hiato, infecciones del sistema nervioso central, traumatismo y/o cirugías a lo largo del recorrido del nervio frénico, infecciones respiratorias, neoplasias y alteraciones metabólicas como la diabetes”, detalla la Dra. Mª José Gil.

Medidas para aliviar el hipo en bebés

No hay ninguna medida infalible para eliminar el hipo en los bebés, por lo que lo más efectivo es prevenir su aparición de esta manera, tal como cuenta la experta:

  • Hacer las tomas en lugares relajados.
  • Comer despacio (si el bebé es ansioso con la comida, es preferible alimentarlo antes de que tenga mucha hambre y hacer interrupciones durante la toma).
  • No tomar grandes cantidades de alimento.
  • Si toman pecho, procurar que no traguen aire buscando la postura y el agarre adecuados.
  • Si toman biberón y tragan aire, cambiar la tetina por otra que permita un mejor sellado con los labios del bebé. También se debe inclinar lo suficiente el biberón para que no entre aire dentro de la tetina.
  • Procurar que expulsen los gases para evitar la distensión gástrica.
  • Intentar que en los alimentos no haya cambios drásticos de temperatura.

En el caso de que ya haya aparecido el hipo, la pediatra recomienda cambiar al bebé de postura, darle el chupete para que succione, masajearle la raíz nasal y hacerlo estornudar pasándole un pañuelo de papel por los orificios de la nariz.

Las técnicas como dar un susto no son recomendables, ni siquiera en niños más mayores, al igual que pedirles que aguanten la respiración. “Pueden marearse por la apnea o angustiarse por la intensidad del susto”, destaca.


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