Los bebés con plagiocefalia muestran un cráneo con asimetrías. Pero, ¿qué quiere decir? Que su forma no es la misma por todos los lados, lo que conlleva una deformidad. No obstante, tal como apuntan los expertos de la Clínica de Fisioterapia Barrena Craus de Madrid, “es más una consecuencia que una patología en sí”. El pronóstico es bueno, pero hay que tomar algunas medidas, como corregir posturalmente al niño y, en algunas ocasiones, poner un casco que vaya modelando el cráneo.

¿Por qué se produce la plagiocefalia?

Algunos bebés nacen ya con el cráneo deformado, a consecuencia de la postura que han tenido durante los nueve meses de gestación. En otros casos, el motivo de la plagiocefalia está en el parto o en sus primeros meses de vida.

“Es determinante el apoyo de una misma zona de la cabeza del bebé durante un tiempo prolongado que hace que el cráneo se deforme debido a la maleabilidad que presentan sus fibras óseas”, explica Francisco Javier Barrena del Olmo, fisioterapeuta de www.barrenacraus.com.

Esa presión sobre un lado de la cabeza, que acabará provocando la plagiocefalia, puede ser porque el niño siempre gire la cabeza al mismo lado y la mantenga así durante un tiempo prolongado en sus primeros meses de vida.

¿Cómo se diagnostica la plagiocefalia?

La forma peculiar de la cabeza del bebé salta a la vista, por lo que el pediatra tan solo necesitará de una exploración física para confirmar el diagnóstico de plagiocefalia postural. No obstante, hay algunos casos que pueden presentar dudas, como el cierre precoz de alguna de las fontanelas o cuando el bebé es prematuro. Para cerciorarse, se realiza un TAC craneal al pequeño, que determinará si se trata de una malformación debida a la postura o a otra causa.

Es importante que el diagnóstico sea temprano, para poder aplicar cuando antes las medidas correctoras.

¿Como se corrige la plagiocefalia postural?

El tratamiento de la plagiocefalia consiste, en primer lugar, en una serie de medidas correctoras para manejar la postura del bebé. En segundo lugar, podría usarse un casco, “que tiene el objetivo, una vez que la plagiocefalia está instaurada, de que la deformidad no se exagere con el crecimiento craneal”, concreta Rocío Pruna Cuesta, fisioterapeuta de la Clínica Barrena Craus.

Las pautas para corregirla (y muchas veces para prevenirla) son las siguientes, según recomiendan sus especialistas:

• Tiempo boca abajo frecuente (tummy time), con el bebé despierto vigilado desde el primer momento.
• Evitar tiempos prolongados en hamacas o mantas de juego con estímulos solo boca abajo.
• Porteo en sistemas adecuados con el bebé, mirando siempre hacia el porteador y no hacia el frente.
• Juego y estimulación de seguimientos visuales hacia un lado y otro de la cabeza.
• Revisión a nivel cervical por un fisioterapeuta pediátrico especializado para ayudar a solventar cualquier preferencia de giro, tortícolis o tendencia a empuje extensor del bebé, para ayudar a que la deformidad no aumente (y pueda disminuir) y guiar el trabajo motor asociado.

La ortesis craneal, que pueden ser cascos o bandas, se aplica hasta el primer año, pues ahí el cráneo deja de ser modificable desde fuera. Lo ideal es usarlo a partir de los cuatro o cinco meses, cuando las medidas de corrección postural y fisioterapia no han dado resultado.

Por último, hay otra vía, y es la intervención quirúrgica. La cirugía se reserva para los casos en que no hayan dado resultado las medidas anteriores, que suelen tener éxito en la mayoría de los casos en dos o tres meses.

¿Conlleva riesgos la plagiocefalia?

La plagiocefalia postural no afecta en ningún caso al cerebro y, por lo tanto, no puede provocar discapacidad intelectual ni alterar ninguna función. “Todas suelen tener muy buen pronóstico, ya que solo con las pautas posturales en casa llevadas a cabo día a día la mejora es notable”, tranquiliza Laura Sánchez Cortés, de la citada clínica (@fisioterapiabarrenacraus, en Instagram). Esta corrección postural puede llevarse a cabo desde que es detectado el problema, por pequeño que sea el bebé, o bien por sus propios padres o por fisioterapeutas pediátricos especializados.

No obstante, no hay que valorar el tratamiento de la plagiocefalia únicamente en términos estéticos. “No es cómo está la cabeza, sino por qué ha llegado a tener ese aplanamiento. El motivo es que ese bebé ha pasado demasiado tiempo mirando e integrando exclusivamente un lado de su cuerpo (hacia el que miraba) por dificultad en el giro de la cabeza y esto influye en la motricidad global del cuerpo, la integración de la coordinación ojo-mano, y estos aspectos deberán ser también atendidos”, detallan los expertos de Barrena Craus.

Plagiocefalia postural y craneosinostosis, ¿en qué se diferencian?

Cuando hablamos de plagiocefalia postural nos referimos a una deformidad del cráneo que no va más allá. Sin embargo, la craneosinostosis es totalmente diferente, pues en ella algunas de las suturas craneales se cierra de forma precoz, impidiendo de ese modo que el craneo se expanda bien.

Estas plagiocefalias que no son posturales, revisten más gravedad, pero “se detectan fácilmente y se resuelven con cirugía en todos los casos, por lo que el cerebro no crecerá en un receptáculo cerrado y no sufrirá lesiones durante el crecimiento”, destacan los fisioterapeutas.

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