Los novios preparan su boda con todo el mimo que se puede dedicar al que es, hasta el momento, el día más importante de sus vidas. Prestan atención a la decoración, los detalles para los invitados, las opciones de entretenimiento del evento y, especialmente, el servicio de cocina y sala que se encargará de que los asistentes disfruten de todo el montaje. Para conseguir que todos se marchen a casa con buen sabor de boca y recuerden el enlace por siempre, se hace necesario contar con un menú que esté a la altura de las circunstancias, mucho más si se trata de una boda con un gran número de convidados y con importantes apuestas por la exclusividad.
Son muchas las parejas que temen escuchar en su gran día el desafortunado comentario: "Todo muy bien, pero la comida…". Una objeción a la que, en ocasiones, acompañan adjetivos como escasa, desacertada, seca, fría o insípida; que empañan la celebración de una cita tan esperada y planificada. Por ello, para disipar toda duda y pisar sobre seguro, mejor confiar en un catering de lujo con amplia experiencia y el reconocimiento del sector, que dará de comer a los invitados con el mismo cariño que si lo hicieran los protagonistas. Todo un festín que no dejará a nadie indiferente y hará que los prometidos se centren en lo primordial: disfrutar.