El sol frío de noviembre caía sobre los cipreses de Pedralbes cuando Coco Constans y Valentí Sabaté salieron de la Iglesia de Santa María Reina convertidos en marido y mujer. Una boda, un 'sí, quiero' rodeado de familia y amigos, ausencias de esas que pinchan el corazón y un vestido de novia muy Coco que cuenta qué ama, qué ha perdido y qué celebra. Un diseño que parecía guardar dentro la memoria de los últimos diez años de amor junto a Valentí. Una novia radiante y un día celebrado arriba y abajo, entre tierra y cielo, en el que ha estado presente el recuerdo de su perrita Pam.
© coconstansLa elección del lugar ya anunciaba el tono del día, un templo neorrenacentista del distrito barcelonés de Les Corts, obra del arquitecto y paisajista Nicolás María Rubió Tudurí. Su estética sobria, inspirada en Brunelleschi y en el Renacimiento florentino, convierte el espacio en un remanso de serenidad que parece suspendido en el tiempo. Construida entre 1922 y 1936, la iglesia nació hoy sigue siendo un enclave donde la luz se filtra con un silencio especial, casi meditativo. No podría haber un escenario más coherente con la esencia de Coco, que siempre ha defendido —en su vida, en su método ffitpilates y en su forma de comunicar— la importancia de encontrar calma en medio del ritmo frenético.
© coconstansY allí, Coco y Valentí —Valan—, han sellado su historia con una boda muy suya, natural, sin artificios, creada para disfrutar de los pequeños placeres: la buena compañía, la comida y, si juntamos ambos, el placer de sentarse a la mesa. Ella, creadora del método ffitpilates y uno de los nombres más sólidos del bienestar en España; él, abogado, discreto y sereno, el contrapunto perfecto a su energía creativa. Juntos forman ese tipo de pareja que crece hacia dentro, lejos del ruido, pero que hoy ha querido abrir una ventana para compartir un momento que, por íntimo, ha sido aún más especial.
© coconstansCoco comparte con naturalidad su día a día en Youtube a través de vlogs, algo abismalmente generoso si tenemos en cuenta lo valiosa que es la intimidad. Regala las vistas a su mundo, construyendo una pequeña familia de amigas a través de la pantalla.
© coconstansUn vestido que habla de ella (en cada puntada)
El vestido de novia que Coco Constans eligió para su gran día es una unión de dualidades. Una pieza que abraza la filosofía del “menos es más”, pero que, al mirar con detenimiento, revela un universo lleno de detalles. Es un diseño fuerte pero romántico, con un poderoso cuello halter y una capa ligera que parecía querer volar al cielo.
© coconstansUna espalda de nadadora —un guiño a su vida fit, a esos tops de pilates que usa a diario— con unos bordados delicados, un jardín de pequeñas flores y unas cuentas de color blanco que recuerdan al coral del mar, un pequeño homenaje a su amor por la Costa Brava, por esos atardeceres de verano con amigos y copa de vino en mano, por esos días en barco entre risas consonantes y silencios rotos por el oleaje.
© sarabaceCoco no ha dejado un detalle suelto y esto refleja perfectamente quién es ella. El vestido de Rosa Clará es una pequeña obra de arte personal, un diseño minimalista, entallado, con unas mangas-capa etéreas, ligeras, casi vapor, que se abren con el movimiento como alas de gasa.
© coconstansLa capa hace las veces de velo, envuelve sin pesar, se mueve y dibuja una cola que parece esculpida en mármol por manos renacentistas. A cada paso, la luz atraviesa el tejido creando un efecto cinematográfico que acompaña su forma de gesticular, tan expresiva, tan espontánea, tan ella.
© coconstansEl ramo, en tonos amarillos suaves —el color del sol, del éxito, de la prosperidad— remata un look que no solo es elegante, sino profundamente simbólico.
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© coconstansEn cuanto a las joyas, ganó la sutileza. Coco llevó su anillo de pedida —ese que con tanto mimo eligió su ahora ya marido—, su anillo de casada y unos pendientes elegantes y sencillos. En cuanto al beauty look, natural y sofisticada, con una piel ligeramente bronceada y luminosa, sombras color tierra con un toque de brillo, colorete y labios nude. No podía faltar un moño pulido.
© coconstansUna boda vivida con sensibilidad (y la presencia silenciosa de Pam)
Los días soñados, sobre todo los más importantes, nunca son una copia exacta de cómo los imaginamos. A veces la vida recuerda que la alegría y la tristeza conviven, incluso en las celebraciones más significativas. Coco perdió a su perrita Pam hace apenas unas semanas, un golpe emocional que ella misma compartió con la sinceridad que la caracteriza. Y sin embargo, Pam estuvo allí. En los detalles —bordada en un mantel, en su nombre escrito en servilletas del cóctel— y en ese aire suave que parece envolver a quienes echamos de menos. Nada empañó la felicidad del día, pero la emoción tenía un matiz más hondo, más real. Una boda muy Coco y Valan: natural, sin artificios, llena de gestos pequeños que hablan de ellos.
© coconstansLos invitados y el ambiente: una celebración auténtica
Entre los invitados, destacaban creadoras de contenido como Sara Baceiredo, Carla Di Pinto, Inés Arroyo — radiante y embarazada de su primer hijo—, Gigi Vives o Clara España. Muchas de ellas, amigas cercanas, compartieron imágenes que dejaban ver no solo sus looks sino el clima emocional del día: complicidad, risas, abrazos, un cariño palpable.
© coconstansEs fácil intuir el tipo de persona que es Coco a través de ellas: detallista, atenta, una amiga de las que no llega a una casa sin llevar algo especial, de las que cuidan y hacen sentir cuidado.
© coconstansEl frío invernal obligó a muchas invitadas a recurrir a chales y chaquetas cálidas, y la propia Coco recurrió a un chal de punto crudo para el cóctel cuando se quitó la capa. Incluso ese gesto práctico parecía formar parte del encanto natural del día: una novia que no se disfraza, que no interpreta un papel, que vive su boda como un reflejo de ella y su vida.
© coconstansUna historia de amor que crece al ritmo de la vida
Coco y Valan llevan juntos desde 2015. Ella, nacida en Barcelona en 1994, estudió Psicología antes de descubrir su pasión por el bienestar. Él, abogado y deportista en su juventud, es su equilibrio perfecto. Desde su compromiso, el 18 de enero de este año, Coco compartió la cuenta atrás con su comunidad, con esa mezcla de alegría, ilusión y naturalidad que la caracteriza.
© coconstansY al final, el vestido: un reflejo de quién es
El vestido de Coco Constans es, en el fondo, una metáfora de su vida: fuerza y suavidad, disciplina y emoción, mar y calma, belleza sencilla y detalles cuidados. Una obra que, sin necesidad de excesos, lo dice todo sobre ella. Un vestido para moverse, para respirar, para sentir. Un vestido que narró su boda.
© coconstansEn un templo que guarda ecos renacentistas y que parece hecho para proteger historias de amor, Coco y Valan dieron un paso que llevaba años gestándose. Y, en algún rincón de ese jardín de Pedralbes, donde los árboles dibujan sombras largas, es fácil imaginar a Pam corriendo, celebrando a su manera este día tan especial.
© coconstans¡Y fueron felices y comieron perdices!
