Sabemos que elegir el vestido de novia es uno de los momentos más emocionantes (y también más delicados) de la organización de una boda. Entre tanta ilusión, opiniones, propuestas y expectativas, es fácil cometer pequeños errores que después pueden marcar la diferencia en cómo te ves y cómo te sientes ese día. Para evitarlo, hemos hablado con María Baraza, diseñadora de novias y referente en el universo bridal, que conoce de cerca las dudas, los miedos y las decisiones más habituales de las novias que acuden a su atelier madrileño de Diego de León.
Con la experiencia de quien ha acompañado a cientos de mujeres en el proceso de crear su vestido ideal, María nos explica cuáles son los fallos más comunes al elegir diseño, tejido o silueta, y cómo anticiparse a ellos sin perder la emoción del proceso. Sus consejos son claros, realistas y, sobre todo, útiles para disfrutar del camino sin sobresaltos: desde la primera cita en el atelier hasta el último retoque antes del gran día. Si vas a pasar próximamente por el altar, esto te interesa.
María, llevas años vistiendo a novias muy diferentes. ¿Dirías que hay errores que se repiten con frecuencia al elegir el vestido de novia?
Sí, creo que el mayor error que una novia comete es dejarse llevar por el “parecer” y no por el “ser”. Estamos rodeados de fotografías preciosas de niñas ideales en redes y queremos de alguna manera ser ellas, pero se nos olvida pensar cómo es nuestro cuerpo, cuál es nuestro verdadero estilo y qué es lo que nos sienta bien.
¿Cuál sería, para ti, el primer paso que toda novia debería dar antes de buscar su vestido?
Yo les digo a mis novias que, antes de hacer un moodboard de lo que ven que les gusta, hagan un poco de trabajo introspectivo y hagan ese moodboard de ellas mismas, de sus gustos personales, de las prendas favoritas que tienen en el armario. A partir de ahí, tienen una base sólida para empezar a buscar.
Muchas novias empiezan probándose vestidos sin tener claro lo que quieren. ¿Es un error o parte del proceso?
Totalmente, hay que saber y entender qué es lo que te estás probando, el corte, la cantidad de tela, el color… porque luego ocurre que no saben por qué quedan bien o mal las cosas y piensan que es por ese vestido o marca en concreto y no es así. Normalmente, es porque se están probando el mismo tipo de vestido todo el rato y no les gusta cómo le queda. En una primera cita, hay que dirigirlas hacia el corte perfecto y luego, desde ahí, trabajar en los detalles.
¿Cuál es el error más habitual que ves en novias cuando empiezan a buscar su vestido?
La mayoría de ellas no se ha parado nunca a analizar su cuerpo y no saben realmente qué cortes son los que le favorecen. Es fundamental hacer este trabajo previo para que la búsqueda no se convierta en una pesadilla.
¿Crees que las redes sociales han influido en que muchas novias busquen un vestido “de foto” más que uno que encaje con su cuerpo o su personalidad?
¡100% verdad! Cada vez ocurre con más frecuencia. Muchas niñas están pensando en la viralidad del vestido más que, incluso, el precio o si les queda bien. Si se hacen virales con una prenda de 20 euros o de 2000 euros no importa: las nuevas generaciones se comunican ahora de esta manera y le dan mucha importancia al hipe.
¿Qué pasa cuando una novia elige el vestido pensando más en los demás (madre, amigas, invitados) que en ella misma?
Que antes o después llega “EL DRAMA”. En algún momento, la novia va a cortocircuitar y no va a querer su vestido. Yo animo siempre a que la primera criba la hagan sola. Sé que es difícil, pero deben seguir su instinto y ser fieles a sí mismas.
¿Hasta qué punto es un error dejarse llevar por modas o tendencias del momento?
Yo siempre pongo el mismo ejemplo: tuve una novia que se hizo viral, tanto que no pude asumir ese año las repeticiones de su vestido porque me quedé sin tejido. Al cabo de los años me la encontré y le dije: “mi novia famosa” y me contestó: “¿Sabes? Luego, viendo mi vestido hubiera cambiado la cola, era demasiado para mí”.
Esto me hizo reflexionar: ella se dejó llevar por mi opinión y el éxito lo tuvo porque se hizo viral y todas sus amigas alucinaron con el vestido, pero ¿qué es el éxito? En este caso aprendí que siempre hay que decirles: “toma cualquier opinión, incluso la mía, como algo que no sea una obligación, porque la opinión que realmente importa es la tuya. No podemos ver nuestras fotos de boda días después y sentir que cambiaríamos cosas”.
¿Hay tejidos o cortes que se piden mucho, pero que no funcionan en la práctica?
Siempre, no todas las telas sirven para todo y eso muchas veces es difícil de explicar al cliente.
¿Crees que las pruebas se aprovechan bien? ¿Qué errores ves en ese proceso?
Normalmente, el error fundamental es el miedo, que las paraliza un poco y las hace estar inseguras. A muchas les cuesta comunicar lo que no les gusta.
¿Cuánto tiempo antes de la boda debería empezar una novia a buscar su vestido para evitar errores o prisas?
Yo recomiendo empezar entre 10-12 meses antes.
¿Qué ocurre cuando una novia cambia de idea a mitad del proceso? ¿Cómo gestionas ese tipo de situaciones?
Siempre ayudo a que tenga lo que ella quiere, nunca dejaré que una novia vaya con algo que no le gusta. Si pide cambios, va y muy justa de tiempo y tengo que correr, correré.
¿Se suele subestimar la importancia de los retoques finales o de los complementos?
He visto novias ideales en probador y luego con los complementos cargarse el look y tener que pasar el mal trago de decirles que no me gustaban.
Si tuvieras que dar tres claves para no equivocarse al elegir el vestido de novia, ¿cuáles serían?
La primera, que sean fieles a su estilo y que no se dejen llevar por las modas; la segunda es que se fijen muy bien desde el inicio en el corte y la estructura del vestido; por último, que se dejen guiar por un buen profesional para que les aconseje sobre tejidos y detalles.
¿Qué importancia tiene confiar en el diseñador o en el proceso de confección?
Nosotros somos los encargados técnicos de hacer viable la prenda y que quede perfecta, deben de confiar en nuestro consejo para que les siente como un guante.
Y por último, ¿hay algún “error” que tú hayas aprendido a convertir en acierto con los años?
La verdad que el mayor error como diseñador es empeñarte en hacer algo que la novia, en el fondo, no le gusta, aunque a ti te encante y creas que le queda súper estiloso e ideal. Al final ella no se va a sentir identificada.










