Fue hace exactamente dos años cuando la influencer Marta Pombo y el odontólogo vizcaíno Luis Zamalloa iniciaron una nueva etapa en su historia de amor con una boda civil, celebrada el 21 de octubre de 2023. En esta fecha significativa, que coincidía con el primer cumpleaños de su hija Matilda, la pareja estuvo arropada solo por familiares y amigos muy cercanos; entre ellos, las hermanas de la novia, María y Lucía Pombo, y María García de Jaime y Tomás Páramo, íntimos de la novia. Para conmemorar su segundo aniversario, recordamos los detalles del enlace y el romántico vestido "suspiro" con el que la creadora de contenido madrileña nos conquistó en su gran día.
Marta Pombo y Luis Zamalloa celebran su segundo aniversario de boda
El enlace tuvo lugar en el restaurante madrileño La Borda del Mentidero, donde los recién casados posaron radiantes tras el "sí, quiero", llevado a cabo en el mismo enclave en el que se realizó el banquete y la fiesta. María y Lucía Pombo, hermanas de la novia; Marta Lozano y Teresa Andrés Gonzalvo, acompañadas de sus maridos Lorenzo e Ignacio, y María G. de Jaime y Tomás Páramo, quien pronunció unas hermosas palabras durante la ceremonia, fueron algunos de los invitados al evento que reunió a la flor y nata del mundo influencer aquel 21 de octubre.
Uno de los momentos más emotivos se vivió con la entrada de Marta desde el jardín del recinto, del brazo de su padre y padrino, Víctor Pombo -quien cariñosamente llaman Papín-, mientras sonaba la melodía de 'I Have a Dream', de ABBA.
El vestido de novia de Marta Pombo
En los meses previos a la ceremonia, solo se conocía con seguridad que detrás del diseño se encontraba el modisto Jorge Redondo, un favorito de las influencers destacadas de nuestro país que ha enamorado a las invitadas más estilosas con sus femeninas creaciones, distinguidas por impresionantes volúmenes o detalles de aires vintage. Poco antes de la una de la tarde, ese 21 de octubre de 2023, se desveló el secreto mejor guardado.
Con respecto al vestido de novia que lució la influencer en la ceremonia, el fundador de Redondo Brand explicaba: "Marta quería un vestido actual y moderno, que fuera ella totalmente. Elegimos hacer un diseño con diferentes tejidos de seda y una gran falda muy ligera, a ella le gusta llamarle suspiro, y es que es lo que siempre hemos trabajado".
El proceso les tomó alrededor de seis meses y el resultado fue un vestido de costura a medida, confeccionado en crepe de seda color blanco impoluto, que destaca por su falda de más de 30 metros de bambula de seda, cuyo exquisito tejido aparece a su vez drapeado en el pecho del diseño, así como en los tirantes que se posaban encima de un cuerpo de tul ligero de seda.
Ramo de flores blancas, a juego con la decoración
Un accesorio crucial en cualquier enlace, más allá de los pendientes o del velo, es el ramo nupcial. Desde Ferini, el estudio floral que se ocupó tanto de este detalle del look de la novia como de la ambientación, nos comentan que Marta lleva un bouquet de magnolio con rosas blancas de jardín, una combinación elegante que estuvo presente también en la decoración de la boda. No era época de flor de magnolio, pero consiguieron elaborar especialmente para Marta un arreglo clásico con esta variedad, en el que prima el color blanco.
Joyas hechas especialmente para ella
Su elección de belleza no pudo ser más acertada: el moño trenzado, impecablemente recogido, permitió lucir al completo el intricado escote del vestido, desde el cuello alto plisado hasta los delicados drapeados sobre el pecho. Asimismo, dejaba a la vista sus elegantes pendientes, piezas exclusivas de Suarez que fueron realizadas mediante su servicio 'Sur Mesure' en oro amarillo de 18 quilates con diamantes y rubíes, inspirados en el imaginario histórico de esta icónica firma joyera española.
El banquete nupcial comenzó con una energía contagiosa. Los invitados recibieron a los recién casados en pie, agitando bengalas, entre mesas redondas vestidas con manteles blancos y centros florales de magnolio y rosas blancas. Cada mesa tenía un nombre especial, como "San Isidro", "Mis chavales" o "Breakfast wears Prada". El menú, diseñado por el chef Borja Anabitarte, incluyó un canelón de cigalas y langostinos tigre, solomillo de buey con salsa perigord y, como broche final, una tarta pavlova con coulis de frutos rojos, acompañados por vinos de Marqués de Riscal y Rioja Finca Martelo Reserva 2019.
Un segundo vestido de novia con más de 500 cristales
Llegada la fiesta, la novia se enfundó en un segundo vestido a medida, de Redondo, que deslumbró tanto como el primero. Se trataba de un minivestido palabra de honor, ceñido al cuerpo y confeccionado en crepé bordado a mano con más de 500 flores de cristal, acompañado de una romántica capa de muselina de seda que reposaba sobre uno de los brazos. En línea con el ambiente desenfadado de la celebración, Marta soltó su recogido inicial, mostrando su melena con ondas naturales, y cambió los pendientes por unos largos, de Suarez, realizados en oro blanco de 18 quilates con diamantes en talla pera, oval y brillante.