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Un amor de cine

La historia del vestido de novia de Julie Andrews: un traje bordado creado por su marido (el diseñador de vestuario de 'Mary Poppins')


La actriz contrajo matrimonio a finales de los años 50 con Tony Walton y el look estuvo repleto de preciosos detalles


Boda de Julie Andrews y Tony Walton 1959© Getty Images
Estrella AlbendeaColaboradora de Novias
16 de octubre de 2025 - 12:30 CEST

En la historia de las grandes damas del cine de Hollywood, Julie Andrews es uno de los nombres que causan mayor admiración. La actriz ha ganado, en su extensa trayectoria (que aún sigue activa) un Oscar, un Bafta, seis Globos de Oro, tres Grammy y dos Emmy, entre otros galardones. Tan inspiradora ha sido su carrera como sus elecciones de estilo en momentos clave. Concretamente su primera boda, con Tony Walton, suscitó un gran interés y su estilismo, un maravilloso vestido bordado a mano, sigue cautivando a muchas las prometidas actuales, que se fijan en él para dar forma a sus looks.

Boda de Julie Andrews y Tony Walton© Getty Images

Un enlace multitudinario

Su gran día tuvo lugar el 10 de mayo de 1959 y fue portada del Daily Mirror. La intérprete y el escenógrafo se dieron el ‘si, quiero’ en Inglaterra, concretamente en la iglesia parroquial de St. Mary's Oatlands en Weybridge, cerca de la casa familiar que el novio tenía en Walton-on-Thames, Surrey. La pareja planteó un enlace sencillo y discreto, pero el fenómeno que giraba en torno a su relación no lo hizo posible. Hasta este enclave se desplazaron multitud de fotógrafos, periodistas, fans y curiosos que no querían perderse el gran día de los prometidos y a una Julie Andrews de 24 años que pasaba por el altar por primera vez. 300 invitados se dieron cita esa mañana (Maggie Smith entre ellos) para celebrar su amor.

Boda de Julie Andrews y Tony Walton© Getty Images

La protagonista de la jornada aún no había interpretado a Mary Poppins (en la que Walton sería el diseñador de vestuario y escenógrafo) —sí había obtenido el papel protagonista en el musical de Broadway de My Fair Lady—, pero contaba con una incipiente carrera en el mundo del cine y la televisión. Su trayectoria comenzó, en realidad, en la infancia, momento en el que además trató por primera vez a quien sería su futuro marido. Ambos se habían criado en pueblos vecinos, estaban interesados en el teatro y se habían conocido rozando la adolescencia, cuando ella tenía 11 años y él 12. Fue en una representación teatral cuando se encontraron por primera vez y desde aquel día mantuvieron una amistad por correspondencia.

Boda de Julie Andrews y Tony Walton 1959© Getty Images
Boda de Julie Andrews y Tony Walton Surrey© Getty Images

Sin petición de matrimonio

Más de una década después, los jóvenes se convirtieron en prometidos, con una discreta petición del matrimonio que sucedió en mitad de una cena con la familia de Tony Walton. En sus memorias, la actriz compartía: “nos miramos y sonreímos, y sinceramente no sé cómo sucedió, pero uno de nosotros le susurró al otro: 'deberíamos casarnos pronto’”. Para entonces, Walton se abría camino como diseñador en Hollywood y en la escena londinense (más tarde se encargaría del ropero de Diana Ross) y por ello la idea de que él fuera el artífice del vestido de novia de la actriz británica no dejó a nadie indiferente. 

Boda de Julie Andrews y Tony Walton vestido bordado© Getty Images

Bordados en organza para el vestido de novia

Muchos se acercaron a descubrir el esperado look nupcial. Era una prenda con largo asimétrico al tobillo, realizada en organza de varias capas, con cuello cisne, mangas largas abotonadas, cuerpo corsetero, falda voluminosa y una larga cola. Destacaban, sin duda, los delicados bordados florales del tejido: rosas y lirios esparcidos por toda la pieza, que eran abundantes en las mangas y en el bajo del vestido. 

Boda de Julie Andrews y Tony Walton 1959© Getty Images

Para completar su estilismo, Julie Andrews también añadió un velo nada casual. Una propuesta romántica, popular en la década de los años 20, que rescató para este día (y que más tarde popularizaría Kate Moss en su boda con Jamie Hince en 2011). Era el velo a lo Julieta o juliette cap, sujetado con dos pequeñas flores en relieve a cada lado, con un bordado similar al del vestido. Una creación inspirada por los tocados medievales, con raíces en los primeros años del siglo XX. A pesar del tiempo que ha transcurrido desde este enlace —66 años—, se trata de una de las tendencias de este 2025, a la que recurren novias amantes de lo vintage que buscan una forma diferente de colocar un velo de tul clásico.  

Boda de Julie Andrews y Tony Walton velo julieta© Getty Images

Otros accesorios en los que confió la británica en este día fueron unos sencillos zapatos de salón blancos, su anillo de compromiso y su ramo de novia. La sortija era un trabajo de Cartier, grabado, que presentaba una forma de corona de laurel y que además se completaba con un broche a juego de la misma casa, que también fue un regalo de compromiso de Walton. Por otro lado, la creación floral, era fiel a la moda de la época: pequeño, con una ligera cascada de orquídeas en un lateral, con rosas, capullos de las mismas, claveles y lirios del Valle (también conocido como muguet y la variedad preferida por las mujeres de la realeza). Como peinado, escogió uno muy natural, su sencilla melena corta con flequillo lateral.

Boda de Julie Andrews y Tony Walton 10 mayo 1959© Getty Images

Tras el enlace, los recién casados se trasladaron a Estados Unidos. A las pocas horas de concluir el ‘sí, quiero’ se registraron en Hotel Beverly Hills. Comenzaba así su gran sueño americano, uno que terminó por vincularlos al gigante Walt Disney en 1963. Unos meses antes, el 27 de noviembre de 1962, el matrimonio había dado la bienvenida a su hija Emma Walton Hamilton. Su historia terminó en divorcio, impulsado por la fama y las presiones por la paternidad, en 1968, pero ambos continuaron manteniendo una estrecha relación de amistad.

Boda de Julie Andrews y Tony Walton Mary Poppins© Getty Images

Su influencia en la actualidad

La sombra de aquel look nupcial es muy alargada, puesto que este año son muchas las novias que, siguiendo la línea romántica y bohemia que impera en la red, han apostado por diseños hechos a medida a partir de tejidos bordados o de telas que se han confeccionado a mano con motivos florales, a fin de  lograr el mismo efecto. La actriz, además, recurrió a un corte muy femenino, en el que su cintura quedaba marcada y es precisamente esta silueta la que han rescatado las novias que desean un diseño de atelier. Si bien este tipo de figura era muy popular en las firmas españolas con colección nupcial, tanto la de estilo princesa como la de línea A, en los últimos años triunfa también en las propuestas a medida, más allá de la línea minimalista con clara influencia años 90 que, del mismo modo, se mantiene.

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