Ir al contenido principalIr al cierre de página
Protocolo mesa presidencial boda© @eltallerdelucia. Foto: @retratodeuninstante

Mesa presidencial de boda: cómo organizarla según las normas del protocolo

Si aún tienes dudas sobre la organización de la mesa presidencial, te dejamos seis claves imprescindibles que harán que novios e invitados estén cómodos


Estrella Albendea
Colaboradora de Novias
22 de julio de 2025 - 12:30 CEST

Aunque es apasionante dar forma al seating plan del gran día, lo cierto es que los novios pueden sufrir al diseñar el lugar en el que ellos mismos irán sentados. Y es que definir quién les acompañará en el momento del banquete no es tarea fácil y puede generar bastantes quebraderos de cabeza. Debe ser una propuesta a su gusto, en la que todas las partes estén cómodas y mediante la que nadie se sienta ofendido (por quedarse fuera, por ejemplo). Para solucionar cualquier duda, los expertos abogan por conocer el protocolo de la mesa presidencial en una boda

Son todas esas normas que por costumbre se han instaurado, inspiradas en los actos oficiales o solemnes. Son conceptos que sirven de guía y que, si los prometidos se encuentran en un mar de inquietudes, facilitarán un orden para su mesa, salvo que celebren un enlace tipo cóctel (en cuyo caso no habrá mesa presidencial).

Protocolo mesa presidencial boda palacio© @weddingswithlove. Foto: @chriscopelandweddings

Los novios marcan la pauta: cómo organizar la mesa presidencial

Los anfitriones, en este caso los novios, son los protagonistas y serán ellos los que marquen las pautas a seguir en toda la boda. Desde el estilo y enclave de celebración hasta la etiqueta de sus invitados, pasando por el diseño y los integrantes de su mesa presidencial. La fórmula más clásica para el diseño de esta mesa es la que propone sentar al recién estrenado matrimonio con sus respectivos padres, creando el siguiente orden de preferencia a la hora de ubicar a los miembros: los novios en el centro, la madrina a la derecha del novio y el padrino a la izquierda de la novia, la madre de la novia a la izquierda de su marido y el padre del novio a la derecha de su mujer. Este suele ser el tipo de montaje que más convence a quienes celebran una ceremonia religiosa.

La citada es una propuesta tradicional, pero en la mesa presidencial puede haber más integrantes: hermanos de los novios, abuelos, esposos de padres divorciados… Aunque lo habitual es que los recién casados y sus padrinos ocupen siempre el mismo lugar de importancia dentro de la configuración. No obstante, en los últimos años la opción más popular se ha sustituido por otras versiones con las que la pareja se puede sentir más cómoda: mesas de los novios con sus testigos, con sus amigos de siempre o con muchos invitados que tengan una participación significativa en su relación. 

Protocolo mesa presidencial bodas© @i_love_my_events_. Foto: @whiteonblackstudio

Diferentes formatos, pero siempre la misma norma

La novia y el novio establecerán su orden de prioridad con respecto a los convidados sentados en su mesa y esta organización puede repartirse en mesas de formato redondo, imperial, cuadrado, ovalado, en forma de U, de diseño en T, de tipo peine o rectangular a una sola cara (para que todos los comensales estén mirando en una misma dirección). Las más creativas corresponden, por lo general, a montajes en los que no hay una sola mesa presidencial, sino una gran mesa principal con un gran número de invitados y con el nuevo matrimonio en el centro. 

Desde la perspectiva tradicional, históricamente, todas aquellas mesas ubicadas a la derecha de la novia cuando ella esté sentada corresponderán a sus convidados y todas aquellas localizadas a la izquierda del novio serán equivalentes a los suyos. Esta norma puede seguirse, aunque está en claro desuso, pues las parejas suelen tener muchos amigos en común.

Protocolo mesa presidencial aire libre© Hacienda Villanueva del Pítamo. Foto: Ricardo Ferreiro

La visibilidad es clave

Si bien el seating plan puede estar compuesto por mesas de diferentes tamaños (lo habitual es entre 8 y 12 personas) y de formas muy diferentes (en ocasiones se combinan las alargadas con las redondas o las de forma de T), la mesa presidencial debe ser visible para el resto. Todos los invitados al enlace deben poder identificarla con facilidad y verla desde el punto en el que se encuentren sentados. De esta forma se integra a todos en la dinámica de la boda y se es respetuoso con todos los asistentes, algo que, al fin y al cabo, siempre intenta el protocolo

Protocolo mesa presidencial interior© Hacienda Molino Blanco. Foto: El objetivo de Sara

La cultura puede variar la distribución de invitados

Esta selección de normas no escritas de protocolo son habituales en las bodas occidentales, lo que significa que en enlaces de otro tipo no siempre se seguirá el orden que acostumbra en nuestro país. Cada cultura puede variar a la hora de ubicar a sus invitados más ilustres y también en el momento de dar prioridad a un familiar frente a otro. Por ejemplo, para algunos pueblos, los mayores tienen mayor relevancia y, por tanto, deberán estar más próximos a los novios que sus propios padres dentro de la mesa presidencial.

Protocolo mesa presidencial imperial© @palaciodemeres

Cierta libertad en el número de comensales

La mesa presidencial, como otros detalles del enlace, es un claro reflejo de los que se casan y del tipo de boda que desean celebrar. Si bien la tradición marca que sean seis los comensales que ocupen esta mesa, no es un formato obligatorio. Podemos decir, entonces, que en nuestro siglo y de manera destacada en las celebraciones civiles, existe ya cierta libertad para quienes no deseen seguir el concepto más clásico a la hora de perfilar el número de convidados. Este puede partir desde dos —únicamente los novios compartiendo mesa sin distracciones y disfrutando el uno del otro— hasta cifras de incluso 50, en mesas imperiales casi infinitas con primos, hermanos, amigos de los protagonistas en un ambiente distendido. 

Protocolo mesa presidencial boda© @eltallerdelucia. Foto: @retratodeuninstante

La decoración también comunica

Otra de las normas no escritas del protocolo de la mesa presidencial en una boda tiene que ver con la apuesta decorativa. Si bien las mesas del convite deben compartir una estética más o menos uniforme, la presidencial es la única que puede permitirse llamativas licencias, pues será el centro de todas las miradas. Su importancia en la estética del gran día es indiscutible y por ello debe distinguirse por su espectacularidad frente al resto

real venta antequera© Real Venta de Antequera

Ana García Gayoso, experta en el universo nupcial, nos daba las siguientes claves para el diseño de esta zona: “los centros de mesa han de ser necesariamente bajos, para no dificultar la visión entre los comensales. Este problema, sin embargo, no afecta a los candelabros, puesto que su estructura permite verse a través de ellos. Hay que intentar evitar las flores de olor penetrante, como pudieran ser los jacintos o los nardos”, aconsejaba sobre los aromas que también desprenden algunas velas.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.