Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan ultiman los preparativos para su boda, que tendrá lugar el próximo 4 de octubre de 2025 en la Iglesia del Cristo de los Gitanos de Sevilla, un templo muy especial para la familia, ya que alberga las cenizas de Cayetana Fitz-James Stuart. El Palacio de Liria, por tanto, no se vestirá de gala para acoger esta boda, que reunirá a gran parte de la familia Alba. Como siempre, una de las grandes incógnitas reside en el vestido de la novia, aunque ya sabemos que estará firmado por Cristina Martínez-Pardo Cobián, fundadora directora creativa de Navascués, una de las firmas nupciales más famosas de nuestro país. En ella ha confiado también Belén Corsini, mujer de Carlos Fitz-James Stuart, sobrino de Cayetano.
A la espera de descubrir el look nupcial de Bárbara (y de saber si se decantará por lucir alguna tiara del joyero familiar), hacemos un repaso por las anteriores novias de la casa de Alba, comenzando, como no podía ser de otra manera, por el inolvidable estilismo de la duquesa de Alba en 1947.
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Cayetana Fitz-James Stuart
La fallecida duquesa de Alba se casó tres veces con tres vestidos muy diferentes entre sí, siendo el más espectacular y tradicional el de su primera boda, con Luis Martínez de Irujo y Artázcoz. Se trata de un traje nupcial que quedó para la historia, obra de la diseñadora española Flora Villareal, cuyo atelier estaba establecido en el madrileño paseo de la Castellana y que ganó prestigio entre la aristocracia por traer desde París los derechos de los patrones de los grandes diseñadores (una práctica habitual en aquella época).
El vestido que creó para Cayetana fue confeccionado en raso natural de color blanco con encaje antiguo y velo de tul, un look inspirado en la emblemática silueta new look de Dior, la cual potenciaba la figura femenina entallando la cintura y realzando la cadera con faldas en línea 'A'. Completó el estilismo con la preciada tiara de perlas y brillantes de Eugenia de Montijo, emperatriz de Francia por su matrimonio con Napoleón III, con la que se habían casado también las anteriores duquesas de Alba.
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María de Hohenlohe
Alfonso Fitz-James Stuart, segundo hijo de Cayetana, se casó en julio de 1977 con la princesa María de la Santísima Trinidad de Hohenlohe-Langenburg. La comentada ceremonia tuvo lugar en Marbella, y la novia optó por un look clásico de corte princesa con escote palabra de honor, falda voluminosa y mangas de gasa transparente. Optó además por un velo de tul ilusión y lució una de las grandes joyas de los Alba, la diadema de platino y brillantes conocida como la Rusa, a pesar de que inicialmente no quiso llevarla, tal y como desveló años más tarde su suegra en sus memorias.
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María Eugenia Fernández de Castro
El 1 de noviembre de 1980 tuvo lugar el enlace entre Jacobo Martínez de Irujo, conde de Siruela, y la pintora María Eugenia Fernández de Castro y Fernández Shaw. Sin duda, su look nupcial fue el más rompedor de los de la Casa de Alba, y es que dejó a un lado los vestidos tradicionales de estilo princesa que habían regido antes en la familia en favor de un diseño midi muy ochentero. Concretamente, optó por un vestido fluido de mangas murciélago que recordaba a las flappers de los años 20, bordado con diminutos cristales que dibujaban figuras geométricas y adornado con flecos de pedrería. Llevó su melenita rizada suelta y prescindió de grandes joyas o accesorios.
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Matilde Solís
El 18 de junio de 1988 contrajeron matrimonio Carlos Fitz-James Stuart y Matilde Solís-Beaumont y Martínez de Campos, los padres de Carlos, el joven que se casa este sábado. En su día especial, la hija de los marqueses de Motilla llevó un vestido similar al de su cuñada María de Hohenlohe, una pieza de corte princesa con cuello redondeado y manga francesa confeccionada con 70 metros de seda natural traída desde la India. También coronó su estilismo nupcial con una preciada joya de la Casa de Alba: la tiara rusa que Cayetana Fitz-James Stuart vendió a comienzo de la década de los 90.
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Eugenia Martínez de Irujo
El 23 de octubre de 1998 la única hija de Cayetana Fitz-James Stuart y Luis Martínez de Irujo pasó por el altar con Francisco Rivera Ordóñez, primogénito de Francisco Rivera Paquirri y Carmina Ordoñez. Aquel día, en el que se unieron la aristocracia y la estirpe torera en la Catedral de Sevilla, la novia lució un vestido de Emmanuel Ungaro. Se trataba de una pieza de escote cuadrado, manga larga, cintura marcada y falda recta confeccionada en raso duquesa de color marfil. Agregaba un galón bordado en hilo de seda con perlas que ribeteaba en escote, los hombros y los costados. Completó con la tiara de perlas y brillantes de Eugenia de Montijo (la misma que llevó su madre en su primera boda), de la cual partía un antiguo velo de encaje trabajado.
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Genoveva Casanova
El 15 de octubre de 2005, Cayetano Martínez de Irujo, conde de Salvatierra, se casaba con Genoveva Casanova. Tras cinco años de noviazgo y tras haber sido padres de dos hijos mellizos, Luis y Amina, en 2001, la pareja asentó su relación en Sevilla. La novia eligió una romántica pieza de Manuel Mota para la casa Pronovias que años más tarde formó parte de la exposición 50 Love Stories en Barcelona. Se trataba de un diseño de escote palabra de honor y falda en línea 'A' adornado con cuerpo de encaje de manga larga y cuello alto. Decidió acompañarlo con la pulsera de diamantes que Luis Martínez de Irujo regaló a doña Cayetana con motivo de su compromiso, pero la lució a modo de diadema.
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Inés Domecq
En 2008, Javier, el hijo pequeño de Alfonso Martínez de Irujo y María de Honhenlohe, le dio el 'sí, quiero' a Inés Domecq en Jerez de la Frontera. Para su gran día, la novia eligió un diseño de Manuel Mota para Pronovias, una de las firmas de referencia en el sector nupcial a nivel mundial. Se trataba de una creación de escote cuadrado, manga larga y silueta sirena decorado con un falso fajín de abalorios del que partía un lazo a modo de cola. Completó con un tocado floral y pendientes colgantes rematados por perlas en forma de lágrima.
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Asela Pérez Becerril
Jacobo Fitz-James Fernández de Castro, hijo de Jacobo Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo y María Eugenia Fernández de Castro, contrajo matrimonio en 2011 con Asela Pérez Becerril, sobrina de Soledad Becerril, la que fuera alcaldesa de Sevilla. La novia impactó con su vestidazo, una creación de escote Bardot, manga larga y falda voluminosa de Lorenzo Caprile inspirada en las obras del pintor Zurbarán y confeccionada en seda natural con bordados en oro viejo. Prescindió de tiara y optó por un velo perteneciente a su familia.
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Adriana Martín Huarte
En octubre de 2016, Luis Martínez de Irujo, hijo menor de Alfonso Martínez de Irujo y María de Honhenlohe, se casó con Adriana Martín Huarte en el emblemático Palacio de Liria. La revista ¡HOLA! publicó un excepcional reportaje con todas las imágenes de los novios, Duques de Aliaga. Adriana eligió para la ocasión un sencillo y romántico diseño de estilo camisero obra de Teresa Helbig, modelo con mangas de gasa y drapeados en la cintura que acompañó de una corona floral de la cual nacía un tradicional velo.
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Sofía Palazuelo
En octubre de 2018, Fernando Fitz-James Stuart y Solís pasó por el altar con Sofía Palazuelo, un emotivo enlace tras el que recibieron el título de duques de Huéscar. Para su boda, que tuvo lugar en el Palacio de Liria, la novia confió en las manos de su tía, Teresa Palazuelo, quien creó un sofisticado look de líneas depuradas y estética minimalista compuesto por un vestido de escote en 'V' y manga corta que agregaba una larga capa a modo de cola. Muy comentado fue su tocado, y es que decidió no llevar tiara y adornar su moño bajo con una pieza de plumas firmada por Teresa Briz, discípula del famosísimo sombrerero Philip Treacy.

Belén Corsini
En la primavera de 2021, Carlos Fitz-James Stuart, conde de Osorno y nieto de la recordada doña Cayetana, se casó con Belén Corsini, también en el Palacio de Liria. La aristócrata confió en Navascués para la confección de su vestido de silueta imperio, realizado en georgette pesante de seda natural, con doble falda y enagua en satín con remate bordado y mangas abullonadas. La larga cola de tul plumetti bordado sobre gazar que dejaba a su paso era independiente del mismo. El velo a juego, de tul plumetti, llevaba como aderezo una joya de familia, decorando su peinado de coleta alta pulida. Asimismo, la novia prefirió incluir otras importantes joyas de la Casa de Alba, como los pendientes, pero no coronar su cabeza con una tiara, dejando que el vaporoso diseño de ensueño hablase por sí mismo.