Los vestidos románticos y atemporales de Alex Vidal, el diseñador que conquista a las novias valencianas

Hablamos con el creativo que, hace unos días, presentó sus diseños en la Cartuja de Ara Christi

Por Regina Navarro

La Cartuja de Ara Christi es un espacio lleno de historia y de belleza declarado Bien de Interés Cultural en 1996. Este monasterio, construido a partir de 1585 por el arquitecto cartujo Fray Antonio Ortiz y bajo la protección de la familia Roig, se convirtió hace unos días en el escenario del desfile de Álex Vidal, una muestra organizada por Rumor Comunicación en la que se desvelaron siete vestidos de novia con los que el creador valenciano quería representar su universo. Un universo que es el resultado de años de trabajo y de la herencia innegable que su abuelo (fundador de la firma) y su padre (que la capitaneaba hasta hace poco) le han dejado. Y es que hablar del diseñador es hacerlo de familia, tradición y Alta Costura.

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Si algo tiene de especial la historia de Álex Vidal es que su gusto y su pasión por la moda le viene desde que era un niño. Recuerda que sus tardes, al salir del colegio, siempre transcurrían en el taller, entre tejidos y patrones. Allí trabaja su abuelo, sus padres… era su sitio. Cuando creció cursó diseño de moda en el Instituto Marangoni de Milán y al acabar sus estudios regresó a España para trabajar en la firma familiar, donde se incorporó al equipo creativo. Unos años después, su padre le cedió la dirección creativa al completo.

"Fue en ese momento cuando empecé a crear mis colecciones en solitario, (bajo el mismo nombre), que por aquel entonces presentábamos en Valencia Fashion Week. Para mí cada colección era un reto, es verdad que estábamos bajo mucha presión porque tenía unos estándares que cumplir, mi padre había dejado el listón muy alto. Pero tengo que decir que lo disfrutaba mucho, me gustaba mucho desarrollar e idear la colección. Con el tiempo, dejamos la pasarela y llevamos la firma a un nivel nacional e incluso internacional", nos cuenta. Llegaron a abrir una tienda monomarca en Valencia, pero la Alta Costura siempre había llamado su atención. "Es el eje de esta firma, lo primero que empezó mi abuelo fue la Alta Costura, luego fue creciendo y ramificando, pero la esencia siempre ha sido esa y ha perdurado en el tiempo. Por eso creo que siempre me ha llamado tanto". Por eso, cuando su padre se jubiló, él decidió que había llegado el momento de volver a los orígenes. Y poco antes de que estallara la pandemia, en septiembre de 2019, Alex Vidal decidió centrar sus esfuerzos en confeccionar vestidos de novia a medida de Alta Costura.

¿Recuerdas cómo fue el primer vestido de novia que creaste?

Sí, ¡claro que lo recuerdo! Se casaba mi mejor amigo y a su futura mujer, amiga mía también, le hacía mucha ilusión que yo fuera el diseñador de su vestido. En ese momento era mi padre quien estaba al mando de la parte de Alta Costura (yo me encargaba de la colección), así que empezó como un caso excepcional, aunque la verdad una vez salió a la luz el primer vestido de novia, me llegaron más peticiones, pero eran sobre todo de gente muy muy cercana. El vestido de Paz era un vestido de aires románticos donde el elemento diferenciador lo aportamos con un bordado de cristal en tonos cobrizos para los puños, hombros, espalda, y cintura. Le diseñe el motivo del bordado y después nuestro bordador cosió a mano cada una de los cristales, siguiendo ese boceto. También jugamos con las transparencias en el escote y en la espalda, todo en georgette de seda natural. Tenía una preciosa falda de vuelo con una cola impresionante. La verdad es que ese vestido no dejó indiferente a nadie. Recuerdo que las pruebas fueron maravillosas, fue graciosísimo porque su futuro marido, mi mejor amigo, trabajaba con nosotros en la empresa, y fue muy complicado porque teníamos que esconderlo de él todo el rato. 

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¿Cómo es la novia de Alex Vidal que representas en los vestidos del desfile? 

Una novia a la que no le importa ser diferente al resto. Que aprecia la calidad, la artesanía, que quiere ser ser única y busca para ello un producto personalizado, pero fiel a sí misma, a su estilo y la versión de sí misma que quiere reflejar el día de su boda. 

¿Dirías que tienes un perfil de novia más o menos definido? 

No sabría decirte, no sé si hay un perfil definido. Sé que todas las que apuestan por nosotros valoran nuestro trabajo, saben la dedicación y tiempo que les dedicamos y para ellas es importante. Cada una es diferente y especial a su manera, aquí de lo que se trata, más que de buscar un canon común, es de encontrar lo personal y bonito de cada una y usar esa inspiración para crear un vestido que las represente al cien por cien.

¿Es fácil crear una identidad propia? 

Evidentemente no es fácil, es el resultado de muchos años de trabajo. Creo que por fin he encontrado el centro de todo, ese core identificativo que hace que puedas diferenciar mis vestidos de otros diseñadores, pero la verdad es que también creo que la identidad puede variar; estamos vivos, crecemos, nos desarrollamos como personas y eso también es un reflejo de esta identidad. Por lo tanto, estás en constante evolución, aunque el punto de partida siga siendo el mismo. 

¿Podríamos decir que tus diseños huyen de las tendencias o que las reinterpretan para convertirlas en algo más atemporal? 

No considero que huya de las tendencias, pero sí selecciono aquellas que van en mi estilo. Hay cosas que directamente descarto, por más que estén de moda, por lo que te comentaba antes. Para mí es imprescindible mantener esa identidad propia de la que hablábamos, porque si no nada tiene sentido, perderíamos la esencia. Otras tendencias creo que se pueden adaptar, reinventar. Como diseñador, me encanta lo nuevo, no tengo miedo a arriesgar con cosas novedosas y siempre estoy buscando ofrecerles a mis clientas lo último, lo mejor, combinando esas tendencias con la artesanía que nosotros trabajamos. Pero siempre con coherencia, siempre buscando llevarlas a mi terreno, a mi estilo. 

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Boca a boca o redes sociales, ¿por qué medio te llegan más novias? 

Es un poco una combinación de las dos cosas. En muchísimas ocasiones alguien le habla a la novia de nosotros, por ejemplo, una amiga que se ha hecho el vestido en nuestro atelier, pero también sus madres o sus abuelas, quienes recuerdan haberse hecho trajes con nosotros en el pasado (¡con mi padre e incluso con mi abuelo!). Pero luego, como buenas millennials que son la gran mayoría, entran en Instagram y ven nuestro perfil, y ahí muchas afianzan su convicción de que quieren ser una novia Alex Vidal. Intentamos cuidar nuestro perfil para que sea estético y que transmita toda la esencia de la marca. Pero sí, el boca a boca es fundamental, trabajamos muchísimo para que todas tengan una experiencia preciosa y que el proceso sea algo bonito para ellas.

Vestidos a medida y redes sociales

En los últimos años las firmas de moda nupcial a medida se han multiplicado, en parte gracias a las redes sociales, un escaparate que todas las firmas trabajan con mucho mimo. El diseñador nos cuenta que ellos dedican buena parte de sus esfuerzos a mostrar su trabajo en ellas. "Es una manera muy directa de poder enseñar lo que haces, nosotros tenemos una forma de trabajar muy particular y muchas veces es una pena no poder enseñar todo el proceso. Intentamos enseñarles a las novias lo que cada vestido conlleva, desde el proceso creativo del diseño, el patronaje, la confección… Todas las horas que hay detrás de sus vestidos, hasta la última prueba. Creo que es una manera de enseñar cuáles son nuestros valores. Intentamos hacerlo de manera muy estética, que el perfil respire moda", asegura. 

Las redes, ¿a veces pueden jugar en contra de la creatividad cuando hablamos de crear un vestido de novia desde cero?

La cantidad de información a la cual están expuestas las novias en muchos casos es abrumadora. Sobre todo si son más indecisas, o les cuesta definir un estilo y tienen muchísimas ideas dispares. Eso dificulta mi trabajo, primero porque tengo que entender lo que quieren y elegir aquellas ideas que encajen con su estilo. Filtrar toda esa cantidad de información y refinarlo en una serie de bocetos que combinen lo que he hablado con la novia con mi propia identidad. Es superimportante encontrar un equilibrio, no siempre menos es más, pero hay que saber dónde poner el límite. O bien vienen muchas con la misma foto de las dos o tres novias virales del momento, y claro, es imposible para mi dejar que vayan iguales. Aquí entra el trabajo de ofrecerles algo en esa misma línea, pero personalizado, que haga el vestido suyo y no un copia y pega de lo que han visto en redes. 

¿Qué consejo le darías a una novia que está buscando su vestido? 

Que confíen. Es difícil, pero tienen que estar abiertas a escuchar para valorar todas las ideas que el diseñador le está dando. Cuando te haces un vestido a medida, las posibilidades son infinitas, los límites los pone la novia. La única forma de no autolimitarse es ver todo el desarrollo de bocetos que un diseñador le puede aportar, porque si trabajas una idea, pueden salir cosas mucho más espectaculares y más diferentes que un simple borrador inicial. Cuando las ideas están trabajadas, sacas la mejor versión de ello. Y en eso consiste mi trabajo.

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