La historia de Mónica, la novia del vestido con cola brocada que se casó en El Escorial

Tras cinco años de amor, le dio el 'sí, quiero' a Salva en un elegante enlace navideño celebrado en la sierra de Madrid

Por Paula Callejo

Mónica, periodista madrileña y una auténtica enamorada de la Navidad, siempre había soñado con que, si algún día pasaba por el altar, lo haría en una boda celebrada en esa mágica época, por lo que, cuando Salva le pidió matrimonio, no hubo dudas a la hora de fijar la fecha. El esperado momento del 'sí, quiero' llegó el 3 de diciembre de 2022, cinco años después de conocerse a través de Instagram y sentir un auténtico flechazo "¡como en las películas!" explica la novia. "El mes lo elegimos porque nos encanta la Navidad y para nosotros es la temporada más especial del año. La decoración, la atmósfera…" nos cuenta. Además, optaron por el día 3 por dos razones: "la primera, porque es el día del santo de mi padre y de mi sobrino y nos parecía un detalle muy especial; y, la segunda, porque era el sábado antes del puente de la Constitución, lo cual ayudaba a que todos nuestros invitados que venían de fuera pudieran disfrutar de unos días allí".

Tras contemplar varias opciones, se decantaron por la iglesia de San Bernabé en El Escorial y la finca La Cañada de Mónico en Peralejo, ya que tenían claro que querían que fuera en la sierra de Madrid, puesto que ella tiene casa allí y es una zona muy importante para su familia: "Además, mis abuelos con los que siempre veraneaba allí ya no están y era una forma muy bonita de tenerlos presentes ese día" señala.

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Sofisticación y originalidad a partes iguales 

Una vez definidas fecha y lugar, tocaba encontrar el vestido, algo que puede resultar complicado para alguien que tiene experiencia trabajando en el mundo de la moda como ella, puesto que las expectativas y la exigencia son más que elevadas. Para Mónica, era importante "sentirse ella misma y no ir disfrazada", un consejo que transmite a las futuras novias que se encuentran en el momento de búsqueda de su look. "En el proceso de elección probé diferentes siluetas y tejidos, hasta encontrar el estilo con el que me sentía más identificada. Luego me puse en manos de la diseñadora con todas mis ideas y referencias y supo captar mi esencia".

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La citada diseñadora era Cristina, de Valenzuela Atelier, con quien asegura haber sentido otro flechazo. Las referencias, conseguir un estilismo "atemporal y elegante" que fuera acorde con el sitio y la temporada elegidos. Sabía que quería un vestido de líneas puras, con manga larga, escote cerrado y hombreras que resaltara la figura, pero el resto "se fue creando poco a poco", como nos detalla.

¿El resultado? un favorecedor vestido, sencillo pero impecable, con cuello redondo, espalda abotonada y falda recta que aportaba el toque diferencial gracias a una original capa confeccionada en un tejido brocado geométrico que caía como un chal sobre el pecho y se unía en la espalda para finalizar en una gran cola que acaparaba todas las miradas. "Cuando Cristina me presentó el tejido me enamoré y sentí ese click que te dice: este es mi vestido. Me parece que es muy especial, con un punto teatral o de vestido histórico" nos cuenta Mónica. 

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Accesorios invernales

Desde el principio tuvo claro que quería añadir toques burdeos a su look para aportar esa estética navideña con la que también contaban la papelería, las flores y la decoración del enlace. Se decantó por los zapatos Greta de Flor de Asoka, un modelo de puntera afilada, tacón ancho y tiras cruzadas en el empeine que personalizó en terciopelo de ese color. También estuvo presente en los pendientes, unas piezas colgantes de Viviana Medina que iluminaban el rostro y llamaban la atención, algo que la novia buscaba desde el principio.

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En cuanto al ramo, fue, como el resto de la decoración floral del enlace, obra de Marta Azpeitia, quien consiguió una composición muy otoñal y algo desestructurada estilo inglés en tonos burdeos, blancos y verdes. "Luego le añadí una tela de terciopelo burdeos con una medalla de la Virgen del Pilar. Fue una forma de llevar a mi abuela Juana presente, ya que falleció ese día" explica.

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Los detalles del look de belleza

El peinado y el maquillaje fueron obra de María Nebrera, a quien descubrió a través de las redes sociales y de la que se enamoró por "los tonos que utiliza y la técnica que tiene". Mónica lució su melena castaña recogida en una coleta baja ondulada que dejaba pequeños mechones sueltos para aportar una estética muy natural, la cual completó con tres horquillas estilo joya en forma de estrella de lamarca Marucca. En cuanto al maquillaje, apostó por destacar los ojos mediante un ahumado en tonos otoñales y dejar el labio más neutro. "Quería que la piel se viera muy aterciopelada y algo subida de tono" añade. Completó con una manicura en tono rojo oscuro.

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Un cuento de Navidad

Como nos explica Mónica, el hecho de tener una fecha fuera de temporada hizo que fuera más fácil encontrar disponibilidad por parte de los proveedores que querían. Tras un año y medio de preparativos, en los que contaron con la ayuda de la familia y de otras parejas que se casaban ese mismo año -con las que, afirma Mónica, ha sido muy bonito compartir este proceso muy especial-, lograron su boda de cuento.

El punto de partida era crear una atmósfera navideña "sin ser muy explícitos", por lo que se decantaron por una decoración floral en tonos rojos, verdes y blancos con flores de temporada con tintes navideños, obra de Marta Azpeitia, así como el seating plan compuesto a base de pequeñas coronas navideñas. Además, optaron por decorar las mesas con servilletas en tartán verde botella y remataron decorando el techo del salón mediante una guirnalda de microluces de Luces de Cuento que terminó de aportar ese toque mágico.

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Ahora, casi tres meses después de su gran día, Mónica recuerda con emoción y felicidad aquel 3 de diciembre, destacando momentos como la entrega de ramos a su madre y la madrina, los discursos de su hermana y amigos y la hora loca -de la mano de Party Makers-, que animó mucho a los invitados. Sin embargo, como muchas novias, afirma que lo más emotivo fue llegar a la iglesia del brazo de su padre "viendo la alegría y cariño en las miradas de toda nuestra familia y amigos y la emoción de Salva al verme".

Como consejo a las parejas que se encuentran actualmente preparando su boda, les diría "Que disfruten muchísimo de todo el proceso y que ese día solo piensen en disfrutar. Al final, aunque haya algo que salga mal cuando estás rodeado de toda tu gente eso pasa a un segundo plano".

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