Parys, la novia que se casó con un vestido diseñado por las 'influencers' nórdicas

Hablamos con ella sobre cómo encontró su look nupcial en una firma que no se dedica a confeccionar ese tipo de diseños

Por Regina Navarro

Mitad francesa, mitad iraní; modelo y experta en moda; creativa a partes iguales. Parys es fruto de las dualidades y del inconformismo que suelen acarrear. Por eso no sorprende que la elección de su vestido de novia no fuera, ni mucho menos, convencional. Hace ya varios meses se casó con Shervin, al que conoció hace diez años cuando ambos se presentaron a un examen para ingresar en una academia de negocios franceses. Él tenía una sonrisa muy bonita, ella quería seguir viéndola. "Revisé su nombre y le envié un mensaje a Facebook esa misma noche", nos explica Parys. Y así comenzó una historia de amor que culminó en una boda civil a finales de diciembre que, el próximo mes de mayo, tendrá una segunda parte en Siracusa: una celebración pensada para los amigos.

Parys asegura que no es como otras mujeres que, de niñas, ya se imaginan con un vestido blanco. "Me imaginaba más a mí misma como madre, ¡no sabía lo que quería! También es verdad que cambio mucho de opinión y me encanta interpretar cada vez a un personaje diferente. Tuve el mismo problema con el vestido. Me pregunté el tipo de novia que quería ser: Versace, Chanel… Al final me encontré en Rotate". Aunque muchas entendidas en moda es posible que ya conozcan la firma, Rotate Birger Christensen es una firma de moda fundada por Jeanette Madsen y Thora Valdimars, dos de las influencers nórdicas más seguidas del mundo. Entre sus propuestas es fácil encontrar prendas de tendencia, modelos llenos de color y vestidos, muchos vestidos. ¿Los más comunes? Diseños mini con mangas abullonadas, confeccionados en tejidos con acabados llamativos o con detalles que los hacen únicos y diferentes. Pero no cuentan con prendas pensadas para el 'sí, quiero'.

Cuando la modelo empezó a buscar su look perfecto para el gran día se dio cuenta de que lo que buscaba no lo iba a encontrar en los sitios en los que una novia descubre el vestido de sus sueños. "Me di cuenta de que no quería una firma de novias porque, en realidad, no soy yo con esos diseños. Encontraba todos los vestidos muy cliché o no lo suficientemente sexy. Estuve viendo este vestido durante semanas sin pensar en la boda cuando me di cuenta de que en realidad era muy yo, con mangas abullonadas, corto… ¡No parecía el típico vestido de novia! Me sentí yo misma", apunta. Y es que Parys parece tener claro que, por encima de todo, cuando una novia va a elegir su vestido, debe buscar un diseño que la presente, con el que no sienta que está en la piel de otra persona. "Creo que deberías sentirte linda y cómoda. El look nupcial debe ser una versión blanca, pura y verdadera de ti misma. Tampoco deberías prestar atención a lo que te dicen, porque cada uno tiene una opinión diferente, pero tú eres la que se va a casar. Así que no trates de complacer a tu madre o amigas, ¡solo a ti!"

En poco tiempo el look nupcial de Parys se hizo viral. Un buen número de usuarias de las redes sociales, de expertas en moda y en el mundo nupcial alabaron la elección de una novia que buscaba romper con lo establecido para encontrarse a sí misma. La modelo asegura que no se considera una víctima de las tendencias –pese a que se vestido era de mangas abullonadas, uno de los cortes más demandados esta temporada–, pero sí le gusta experimentar con prendas muy diferentes que le ayuden a recrear las diferentes personalidades que completan al suya. En cuanto al resto del estilismo, se adaptó a una de las máximas más repetidas dentro del sector de la moda: menos es más.

En una época en la que introducir notas de color en los looks nupciales es tendencia, Parys eligió no hacerlo. No quería correr el riesgo de aportar demasiada información y conseguir una mezcla excesiva. Como hacía frío optó por complementar su vestido con un abrigo blanco, con pelo en los puños y el cuello, de MaisonCléo. Un diseño sencillo cuyo minimalismo trasladó también al maquillaje, donde se decantó por un acabado lleno de naturalidad y muy luminoso, que trataba de recrear un no make-up make-up perfecto. El ramo fue el único elemento que rompía con la monotonía del blanco. La francesa se decantó por un diseño elaborado con flores secas, con unas tonalidades mucho más apagadas que las de las naturales. "Quería algo que ayudara a equilibrar el vestido. Era en invierno, así que sentí que necesitaba algo frío y elegante". ¿Lo más anecdótico? Sus zapatos. "Encontré mis zapatos, de Sergio Rossi, cuatro días antes de la boda y tuve una enorme ansiedad por este motivo. ¡Nunca hagáis esto! Realmente sugiero a las novias que consigan sus zapatos con más tiempo, que los prueben con el look completo y que hagan todas las pruebas –también al de maquillaje y peluquería– con tiempo", aconseja.