Confirmado: Los botones-joya son la nueva obsesión de novias y diseñadores

Estas piezas pueden llegar a ser pequeñas obras de arte y consiguen dar forma a los looks nupciales más especiales

Por María Calvo

Cuando en un mismo diseño nupcial se fusionan la tradición y el factor sorpresa, es probable que el resultado sea un fenómeno viral que haga arder las redes sociales. Salirse de la norma, del blanco nupcial o de la rigidez de un vestido liso está a la orden del día, y no hay nada más que echar un vistazo rápido a las propuestas de pasarela. En versión real, tenemos el ejemplo de muchas novias que se atrevieron a dar un paso más en su camino hacia al altar, gracias a unos botones con afán de protagonismo, capaces de dar un giro de 180º a sus vestidos de novia. Y es que hay diseñadores que cuidan tanto los pequeños detalles que consiguen convertirlos en la clave de su éxito.

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El mejor ejemplo lo tenemos en Blanca, la novia campera del sombrero y el pañuelo de seda que eligió a Roberto Diz para hacer realidad uno de los looks nupciales que arrasaron en 2018. Llevó un diseño de encaje con cuello a caja, manga corta y una falda con bolsillos laterales rematada con una enagua de tul, que daba movimiento sin resultar pesada. Aparte del sombrero de Reyes Hellín y el pañuelo de Hermès con los que consiguió diferenciarse de cualquier novia vista hasta ahora, la wedding planner, que junto con Almudena forman el equipo de Bambaela, consiguió el éxito con otros detalles pequeños y especiales que se resistieron a pasar desapercibidos a pesar de la grandeza del look. Se trata de unos botones de formas y tamaños dispares rescatados del siglo XVII, unas pequeñas obras de arte con sigles de historia que dejaban intuir la esencia del diseñador y reforzaban un look, de por sí, espectacular.

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En Paloma Gómez, la novia que hizo arder las redes sociales a golpe de flecos y tweed, encontramos el segundo ejemplo. La esencia española y el allure francés se mimetizaban con naturalidad en este vestido revolucionario, obra de la diseñadora Beatriz Peñalver. Se trata de un diseño confeccionado en tweed 100% lana sobre un cuerpo de líneas sencillas que emula las formas de un abrigo. Tiene cuello a caja, manga larga y se ciñe como un guante a la silueta. Además, se remata con unos botones de porcelana fría y perlas elaborados por Cala By Lilian, una firma de complementos únicos y exclusivos capitaneada por Lilian Urquieta. Y es la propia Lilian la que nos aclara cómo llegó a materializarse el deseo de la Beatriz Peñalver en estos botones únicos. 

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"A ese vestido hacía falta un toque especial. A Beatriz Peñalver suelo realizarle hombreras y caderas en porcelana fría pero, esta vez, me pidió unos botones. Me puso manos a la obra y fui moldeando a mano diferentes modelos con distintos motivos, siempre teniendo en cuenta que tenían que ser espectaculares pero sin restarle importancia al vestido". De este modo, Lilian Urquieta reaviva el valor de la tradición artesanal y el encanto del diseño hecho a mano, aportando un exclusivo plus al diseño."El proceso fue muy bonito. Realicé diferentes motivos, todos bastantes barrocos, empezando del más simple al más recargado.Una vez que lo probamos con el vestido nos quedamos con los motivos mas barrocos y el resultado no pudo ser mas espectacular", afirma la diseñadora y damos fe a través de las imágenes.

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En el último caso, encontramos una creación de Laura Monge Atelier que cubre sus botones de dorado para dar un aire sofisticado al look nupcial. En este caso, los detalles joya del vestido se mimetizan de forma intencionada con el tocado de la novia, una bonita creación floral de la firma M de Paulet. El contraste que proporcionan estos pequeños detalles está siendo un recurso muy utilizado entre los diseñadores en la última temporada. No solo recurren a los modelos-joya como estos, sino que también los forran de terciopelo de color para crear interesante combinaciones nada convencionales dentro de la tradición nupcial.