Menos es más. Al menos ese es el mensaje que se desprende del desfile protagonizado esta mañana por el diseñador Petro Valverde en el marco de la pasarela nupcial Puerta de Europa de Madrid. La colección de prét a porter que el sevillano ha confeccionado para la firma Novíssima era una de las más esperadas dentro de esta segunda y última jornada, en la que se darán cita diseñadores de la talla de Elio Berhanyer o Javier Larrainzar.
La sobriedad de la que hacen gala sus creaciones se ha convertido en sinónimo de elegancia con el paso de los años, y más especialmente desde que vistiese a la Infanta Elena en su enlace con Don Jaime de Marichalar. Novias románticas, serenas, vestidas casi como princesas, que nos devuelven a los cortes y líneas más tradicionales del vestido de novia: siluetas sirena, con discretos escotes en uve, barco o palabra de honor, y amplias faldas de vuelo que parecen flotar sobre el entarimado de la pasarela madrileña. Los materiales nobles como rasos, organzas y gasas se trabajan de forma rigurosa y sin demasiados artificios, con el único objetivo de realzar la belleza natural de la mujer.
Una novia femenina y sofisticada que en contadas ocasiones recurre a cortes algo más extravagantes, con voluminosas faldas de gasa que se recogen en forma de sinuosos volantes irregulares y escotes esculpidos a modo de tallo, dando lugar a una figura que recuerda a los pétalos de una hermosa flor blanca.
La parquedad de detalles contrasta con los broches y tocados, en forma de peineta, casquete o diadema, elaborados a base de cristal, y los lazos, situados en la parte baja de la espalda, coronando la tradicional cola.
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