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Era principios de los años 2000 cuando una joven Avril Lavigne despertaba el interés de un productor de música en una librería. A partir de entonces, no solo comenzaría la trayectoria musical de una de las chicas más afamadas de una generación -la de los millennials-, sino que también se daba el pistoletazo de salida a la que sería una nueva oleada de una de las subculturas más sonadas de la época, la ‘emo’. Y Avril Lavigne, por supuesto, tuvo mucho que ver.
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La canadiense, apodada por muchos como 'la princesa del punk', vestía tank tops con corbatas, pantalones de tiro bajo, la goma de su ropa interior por fuera, muñequeras de piel con tachuelas, camisetas con mensajes, zapatillas Converse, los ojos muy pintados de lápiz y eyeliner, y el pelo super liso, casi, tapándole la cara. En un momento en el que las corrientes de moda apostaban por una imagen en la que (como ahora) el rosa, las siluetas ceñidas y los estampados infantiles tenían protagonismo, ella se convirtió en un fenómeno que ayudó a dar los primeros pasos hacia la convivencia y vuelta de aquella estética del pasado. Después de ella, muchos otros nombres la incorporaron de manera más acentuada y fiel; como Taylor Swift, las cantantes del dúo t.A.t.U, Kelly Osborne o, incluso, hombres tan conocidos como Jared Leto. Y tras ellos, muchos de nosotras tuvimos también nuestro desliz con esta tendencia en nuestros días de instituto.
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¿Cuándo nació la moda ‘emo’?
Lo cierto es que el término cuenta con un background que viene de lejos. Nació a finales 80 en Estados Unidos definiendo a una subcultura que englobaba a un grupo de personas a las que les gustaba la música punk rock; pero el concepto fue evolucionando, con especial auge en los 2000, hasta llegar a clasificar a un estilo de vida que expresa individualidad en todos los aspectos, tanto en los gustos musicales, como en el carácter o en la apariencia. Las letras de las canciones emo eran introspectivas y muy emocionales y, la ropa, una manera de expresar esa sensibilidad y dramatismo.
Si la imagen es una primera carta de presentación, la de una emo lo decía todo. Su moda apostaba por colores oscuros, estampados de bandas de música como My Chemical Romance o frases significativas, accesorios metalizados y de cuero adornados con tachuelas, cuadros damero y, siempre, los ojos muy pintados en negro o colores como el rosa o el verde claro. Lo que nadie se imaginaba por entonces era que esta imagen regresaría años después a nuestros armarios.
El emocore en 2023: nuevas claves de estilo
En un contexto en el que todo lo 'Y2K' vuelve a estar a la orden del día, desde 2022 hemos podido apreciar cómo esta estética regresaba en pequeñas microtendencias a las pasarelas y a los looks de algunas referentes de moda. Así nos lo han enseñado nombres como Megan Fox, Olivia Rodrigo, Jenna Ortega o Dove Cameron, quienes están reinventando el concepto dándole una nueva vida, quizá, un poco menos dramática y… más sexy, atrevida y divertida.
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Según los armarios de estas artistas y tras analizar las tendencias de pasarela que firmas como Alexander McQueen, Saint Laurent o Prada han propuesto para esta temporada, hay algunos detalles que toman como punto de partida aquella representación. Las corbatas en los looks femeninos han conseguido colarse incluso en alfombras rojas, pero también otras lecciones nos recuerdan que aquella época vuelve para apoderarse del vestuario de la gen Z, aunque bajo otro y nuevo paraguas. Así podemos verlo manifestado en looks oscuros repletos de camisetas con mensajes, medias por el muslo encima de otras semitupidas negras enteras, guantes largos o chokers con colgantes en formas de cruz o elementos religiosos y/o espirituales. ¿La diferencia? Esta vez también toma como inspiración al K-Pop y al anime y añade elementos vamp que llevaría la mismísima Miércoles Addams.
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El nuevo emo apenas tiene que ver con el que vestíamos en el instituto. Ahora es mucho más amplio y, aunque sigue adorando a los colores oscuros como principal elección, abre su abanico y deja entrar en juego también a otros como el rosa, el rojo o, incluso, el azul. Entre las siluetas que destacan encontramos corsés con cordones o tiras en el escote, encaje, pantalones cargo, faldas con vuelo, transparencias, ropa de piel y botas altas.
Queda claro que el término es ahora mucho más amplio y que, si bien antes era un estilo de vida, ahora, en cuanto a tendencias de moda se refiere, parece perder autenticidad y ser tan solo una estética trendy. Eso sí, es rompedora y cuenta con fanáticas de renombre.
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