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El éxito de las series coreanas en Netflix, especialmente tras el fenómeno de El Juego del Calamar, ha hecho que la plataforma siga apostando por otros formatos procedentes del país asiático. Su reciente apuesta por los reality shows ha quedado consolidada con su último lanzamiento, Infierno para solteros, un programa en el que los concursantes están atrapados en una isla de la que solo pueden salir si encuentran pareja entre ellos. Desde que se estrenó el pasado mes de diciembre, el reality ha dado mucho que hablar, pero no solo por su formato y la trama –bastante innovador si hablamos de Corea del Sur–, sino por sus participantes. En especial Song Ji A, que logró captar la atención tanto dentro como fuera de la pantalla, y cuyo nombre no hemos dejado de escuchar últimamente.
Esta influencer de 25 años es una creadora de contenido digital que comenzó su aventura en YouTube subiendo vídeos sobre moda y belleza. Y aunque ya tenía una pequeña comunidad antes de aparecer en el reality, no ha sido hasta su participación en él cuando se ha dado a conocer de forma internacional: de poco más de 400.000 suscriptores en su canal, ha pasado a acumular casi dos millones, una subida similar a la que ha experimentado en su perfil de Instagram, donde va camino de los cuatro millones. Y es que esta gurú fashionista captó la atención del público por su particular sentido de la moda –hay quien encuentra similitudes entre su estilo y el de Jennie, de Blackpink– y los outfit con los que cada día aparecía en el programa.
Vestidos de Balmain, trajes de Chanel, bolsos de Prada, pendientes de Van Cleef & Arpels... Song Ji A terminó convirtiendo su estancia en la isla desierta del programa en un auténtico desfile, provocando que los espectadores se interesasen por su estilo. Mientras que otras concursantes apostaban por prendas más casuales, acordes al entorno en el que se encontraban, la gurú de moda coreana aprovechó para sacar su arsenal de marcas de lujo en peculiares combinaciones. Su estilo, elegante, delicado e inspirado a veces en la tendencia 'Coquette Aesthetic', rápidamente se ha viralizado.
De bailarina de danza tradicional a una de las influencers mejor pagadas
Antes de su paso por el reality de Netflix, Song Ji A se graduó en la Universidad de Hanyang, una de las más prestigiosas de Corea del Sur. Se especializó en danza tradicional coreana, pero decidió enfocar su carrera a las redes sociales. En 2019 se creó una cuenta en YouTube y más tarde realizó pequeñas apariciones en la televisión coreana.
Actualmente, la influencer es una de las creadoras de contenido mejor pagadas de su país: de acuerdo con su agencia, gana una media de 30.000 euros por cada publicación patrocinada en Instagram y cerca de 80.000 euros por mención publicitaria que hace en sus vídeos de YouTube. Desde su aparición en Infierno para solteros, su caché en redes sociales es incluso más alto que el de algunas celebrities coreanas.
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El estilo de Song Ji A
Sus seguidores a menudo han utilizado el térmico young and rich (joven y rica) para definir su estilo. Y es que la preferencia de Song Ji A por firmas de lujo ha quedado reflejada tanto en el programa –en el primer episodio se puso un crop top de Chanel y un collar de perlas para cocinar–, como en su perfil de Instagram, donde comparte sus outfits con sus seguidores.
Suele apostar por un looks cuidados, pulcros y elegantes, que siempre combina con accesorios como joyas y bolsos. Pero Song Ji A tampoco tiene miedo a arriesgar con combinaciones diferentes, creando un estilo más casual. Es habitual verla combinar vestidos con zapatillas deportivas o utilizar prendas de streetwear, como sudaderas, pantalones jogger, cazadoras bomber o gorras.
Polémica en redes sociales
A pesar de la legión de nuevos seguidores que Song Ji A ha ganado en las últimas semanas, especialmente en el mundo de la moda, la influencer no ha podido huir de la polémica. El interés que ha despertado ha hecho que algunos internautas analicen al detalle sus publicaciones en las redes sociales, especialmente aquellas en las que posaba con artículos de firmas de lujo, y han acusado a la influencer de haber utilizado prendas de imitación. Algo que ella ha terminado admitiendo en una carta que compartió a través de Instagram y mediante la que ha pedido disculpas.
Tanto ella como su agencia han explicado que no era consciente de estar comprando un diseño inspirado en otras firmas: "Como alguien que sueña con lanzar una firma de moda, reconozco la gravedad del problema", explicaba. "Intentaré ser más cautelosa y reflexionaré sobre esto en el futuro".
Tras la polémica, la concursante de Infierno para solteros ha borrado alguna de sus publicaciones de Instagram.
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