Su evolución de estilo, en paralelo con su música
Con el tiempo, la intérprete de Rolling in the deep fue saliendo de su cascarón y mucho de ello tiene que ver su vida personal. El disco que la consolidó internacionalmente, 21 (2011), estaba cargado de resignación y melancolía, dos elementos que ella llevaba consigo a través de su estilo. Las cosas cambiaron en 2013, cuando dio la bienvenida a su pequeño Angelo Adkins, fruto de su relación con Simon Konecki, la cual ella describió en su momento como 'perfecta en todo sentido'. Adquirió un estilo más roquero, atreviéndose con el lob desigual que fascina a las modelos, y colores vivos, como el verde o el rojo.