Nuevo capítulo en el idilio de Meghan Markle con los trajes de chaqueta

La vuelta de vacaciones de Meghan Markle ha estado marcada, en términos de estilo, por el color negro y las prendas de corte masculino que se adaptan a la silueta de la mujer. La semana pasada apostaba por un original vestido-blazer oscuro con complementos a juego y hoy, incide en el traje de chaqueta incorporando a su armario un nuevo conjunto de la firma francesa Altuzarra. Recordemos que la primera entrega de premios a la que asistió con el príncipe Harry, que por aquel entonces aún era su prometido, también se desmarcó del clásico look de invitada con un tuxedo de corte masculino. Esta vez, vuelve a repetir la fórmula en la gala benéfica WellChild Awards, celebrada en el Hotel Royal Lancaster de Londres.

Se trata de un blazer estructurado, de corte clásico, con solapas y botonadura central, ideado por Altuzarra. De riguroso negro, la duquesa de Sussex combina su chaqueta sastre con unos pantalones rectos de textura fluida, un top de la firma Deitas, también nuevo en su vestidor y un bolso de Stella McCartney. Como zapato, unos clásicos salones negroy y como joyas, unos pequeños pendientes de perlas que fue un regalo de Isabel II.

De las tres veces que hemos visto a Meghan Markle llevando un dos piezas, esta es la primera vez que lo hace estrictamente de negro. Como decíamos, en su primera entrega de premios, los Endeavour Awards, celebrados en el Goldsmiths Hall londinense, recurrió a una de las combinaciones más inspiradoras de la historia de la moda: el blanco y el negro. En aquella ocasión, versionó la pieza más icónica ideada por el maestro Saint Laurent con un traje que llevaba el sello británico de Alexander McQueen.

Además, el pasado mes de julio, metía en su maleta de viaje a Irlanda un dos piezas con aires renovados, compuesto por un pantalón sastre de corte capri y una original americana que transforma los patrones clásicos gracias a un talle mucho más corto. ¿El resto? Básicos tan imperecederos como una simple blusa blanca y unos salones negros de Sarah Flint. Un buen fondo de armario que completaba con un cinturón de hebilla dorada y un bolso de mano, también de Givenchy.