Máxima de Holanda ha vuelto a demostrar por qué es considerada una de las royals más modernas y atrevidas de Europa. Tras su llegada a Indonesia, donde sorprendió con unas bermudas de traje y mocasines de microtachuelas que rompieron cualquier protocolo estético tradicional, la reina de Países Bajos ha inaugurado su primera jornada de actos con un look inesperado y lleno de significado cultural. Ha elegido un conjunto amarillo de la firma belga Natan, una casa con fuerte vínculo con las familias reales europeas, y que ya ha llevado este mismo año en verde oliva.
La elección no es casual: el amarillo es un color profundamente simbólico en Indonesia y en buena parte de Asia. Asociado históricamente a la realeza, la prosperidad, la bendición divina y el prestigio, su presencia en un acto oficial envía un mensaje diplomático que conecta con las tradiciones locales.
Un look estudiado, luminoso y con historia
La Reina ha escogido un conjunto de Natan, la firma belga fundada en 1930 y dirigida por Edouard Vermeulen, uno de los diseñadores más ligados a las monarquías europeas. Vermeulen ha vestido a la realeza de Bélgica, Holanda, Suecia y Luxemburgo, y fue el creador del icónico vestido de novia de la reina Matilde de Bélgica. El look de Máxima está formado por una blusa amplia, de manga larga y con un cuello fruncido muy característico de la firma. A la altura de la cintura, una cinta muy fina del mismo tejido actúa como cinturón, afinando la silueta. El conjunto se completa con pantalones de corte amplio, una reinterpretación alegre y fresca del clásico traje.
Máxima ya había apostado por este mismo diseño en abril de 2025, durante el INSEAD Alumni Forum de Ámsterdam, aunque en aquel momento optó por el color verde oliva. Esta vez, se ha inclinado por el amarillo, llevando así su versión más luminosa —y diplomáticamente significativa—.
El look se completa con sandalias de tacón del mismo color amarillo, que además dejan ver su característica pedicura roja, un detalle que confirma su aire moderno. A este conjunto monocromático le ha añadido un bolso de ante amarillo con solapa y cadena, unos pendientes de cuentas en el mismo tono y varios brazaletes con piedras que añaden textura y brillo. A su llegada, la reina ha llevado gafas de sol oscuras que refuerzan esa imagen de diva hollywoodense que tanto encaja con ella. Su maquillaje, fiel a su estilo natural y elegante, se compone de sombras tierra, máscara de pestañas y labios rosas.
El poder del amarillo en Asia, un color que habla sin palabras
El amarillo no es un color cualquiera en Indonesia y tampoco en el resto de Asia. En Indonesia, recibe el nombre de kuning y está profundamente asociado a la prosperidad, la nobleza, la protección divina y la felicidad. En regiones como Toraja, simboliza la bendición y el poder de Dios, mientras que en otras como Bali, se utiliza en templos y en ceremonias para representar prosperidad, armonía y la celebración del ciclo de la vida. El amarillo aparece en elementos tan emblemáticos como el nasi kuning, el tradicional arroz amarillo que simboliza esperanza y salvación. Históricamente también ha sido un color vinculado a las élites y a las familias nobles, ya que tanto el amarillo como el dorado estaban reservados a contextos de prestigio.
En Asia oriental, el amarillo adquiere todavía más relevancia. En China fue durante siglos el color imperial, asociado al centro del cosmos, a la estabilidad del universo y al poder absoluto del emperador. El legendario Huangdi, el Emperador Amarillo, marcó el comienzo de una tradición que convirtió este tono en símbolo de gloria, progreso, autoridad y equilibrio. Por esa razón estuvo prohibido durante siglos para la población general, ya que llevarlo sin autorización podía interpretarse como una usurpación del poder.
Su asociación con la tierra, con los ritos ancestrales y con la centralidad política del Imperio elevó el amarillo a un nivel casi sagrado. Resulta fascinante que, en su visita oficial, Máxima haya apostado precisamente por un color que en esta zona del mundo encarna prosperidad, equilibrio, poder y buen augurio.
El idilio de Máxima con el amarillo, un color que define su personalidad
Si hay una royal que ha hecho del color una firma personal, es Máxima. El amarillo —en todas sus variantes— se ha convertido en uno de sus tonos fetiche: lo lleva en eventos institucionales, en actos de gala, en visitas de campo e incluso en su día a día.
Lo escoge por su luminosidad, su fuerza fotográfica y porque, simplemente, parece diseñado para su personalidad comunicativa y expansiva. Esta nueva aparición confirma que sigue siendo uno de sus colores más potentes.
El sorprendente look de bermudas que abrió la visita
Aunque el conjunto amarillo ha acaparado titulares, el primer look que lució a su llegada a Indonesia fue el más rompedor: bermudas de traje, blazer de mangas campana, mocasines de microtachuelas y manicura burdeos. Una mezcla de tendencia, funcionalidad y modernidad que prácticamente ninguna royal se atreve a llevar en un contexto institucional. Máxima está redefiniendo lo que significa vestir como reina en el siglo XXI.
Una agenda intensa y profundamente conectada con el desarrollo económico
La jornada de la reina ha estado marcada por una agenda intensa. Tras pasar la noche en Yakarta, ha volado a Java Central, donde ha sido recibida con un tradicional collar de flores que simboliza hospitalidad, respeto y protección. Allí ha visitado una fábrica textil que participa en el programa Reimaginando Industrias para Apoyar la Igualdad, centrado en mejorar el bienestar financiero de trabajadores del sector textil y del calzado.
Más tarde ha acudido a un taller de batik, el tejido más emblemático de Indonesia y símbolo nacional de identidad, donde ha recibido como obsequio un pañuelo que ha utilizado a lo largo del día. Ha terminado la jornada participando en un encuentro con jóvenes emprendedores para hablar de inclusión financiera en un acto organizado por el Banco Mundial de la Mujer.
Su agenda continuará en Yakarta con mesas redondas en la oficina local de la ONU, debates sobre financiación inclusiva, visitas a complejos residenciales sostenibles y reuniones con entidades financieras que trabajan en hipotecas asequibles, seguros y programas de ahorro destinados a reducir la vulnerabilidad económica de miles de familias. Su propósito es claro desde 2009: impulsar políticas que fortalezcan la salud financiera de las poblaciones más frágiles.


















