Bárbara Goenaga es polifacética y muy activa. Una conversación con ella es como un chute de energía y buenas vibraciones, y eso que no todo en su vida ha sido de color de rosa. Pero se siente "muy afortunada" y es "muy consciente de la suerte que tenemos", admite la actriz donostiarra, que desde hace más de una década comparte su vida con el político Borja Sémper, junto al que tiene dos hijos, a los que se suman dos más nacidos de sus respectivas relaciones anteriores.
La protagonista de series como Sin límites o La Academia nos habla de amor, de su trabajo al margen de las cámaras y de sus grandes pasiones: el diseño de joyas y el arte. Después de toda una vida —empezó a los tres años— actuando, ahora mismo no aspira a que le den un papel estelar, porque es feliz con todos sus proyectos, entre ellos el pódcast Señoras con visón, en el que se divierte a morir con sus amigas de siempre.
Bárbara, ¿qué supuso para ti empezar tan pronto en la interpretación?
Me enseñó un exceso de responsabilidad, por un lado, y mucha exigencia y sacrificio, por otro. Me he perdido muchas cosas de la infancia, pero también he vivido otras de las que hoy me siento muy afortunada. Porque el sacrificio del trabajo, por ejemplo, lo llevo tatuado a fuego, igual que el sentido de la responsabilidad. Solo me queda agradecer y coger lo bueno que me dejó toda esa experiencia.
¿Qué te hizo mantener los pies en la tierra?
El propio trabajo porque empezar tan pequeña hizo que normalizara esa situación. En el resto de España me han ido conociendo por rachas, pero en Euskadi la serie que hacía estuvo 22 años, yo estuve mucho tiempo y rara era la persona que no nos conociera a los que participábamos en ella. Luego, que nada me ha caído del cielo. Para trabajar, siempre he tenido que estudiar y memorizar mucho, para mí siempre ha sido un oficio. También la familia tiene que ver; siempre he ido al mismo colegio público, tenía a mis amigos de siempre. Y creo que el hecho de que mi padre era pintor, entonces en casa no había abundancia; a veces era mejor, a veces peor, a veces más, a veces menos…
Otras metas
¿Crees que el gran papel de tu vida aún está por llegar?
Creo que al haber empezado tan pequeña, hace ya unos años que no tengo ese sueño de hacer algo que no haya hecho. Agradezco profundamente el haber estado 37 años trabajando en esto y ahora mismo no pienso en ello. Nunca he sido muy ambiciosa en el sentido de necesitar hacer un personaje que sea visto y aplaudido por todos. Bastante afortunada me he sentido siempre. Ahora tengo otras metas diferentes.
¿Cómo cuáles?
Estoy con el diseño de joyas, que es lo que más me apasiona. Llevo doce años con mi marca de joyas y sí que tengo la ambición de que sea más sólida, que pueda vivir de ello… Sería un sueño que todas las mujeres e incluso hombres llevaran diseños de Bárbara Goenaga, me haría mucha ilusión. Luego tengo el pódcast Señoras con visón, un proyecto con el que llevamos cinco años y somos cuatro amigas de toda la vida. Ahora mismo estamos en el formato de vídeo en la web de Televisión Española una vez cada 15 días y hablamos un poco sin filtros de todos los temas que tienen que ver con mujeres de entre 40 y 50 años, en un formato muy divertido. Y con la Fundación Juan Luis Goenaga, dedicada a mi padre, trabajando mucho, con muchos proyectos preciosos que van a salir…
¿Cómo te ves a tus 40 años?
Bueno, son 42 (ríe). Estoy en un momento maravilloso en lo personal, precioso. Creo que tengo una suerte enorme, me siento muy muy afortunada. Cuando te pasan cosas, te das cuenta de la suerte que tienes de estar aquí hoy y soy muy consciente de ello. Me siento muy segura de mí misma, como nunca, y eso me ha llegado con la edad: el verme con una seguridad aplastante; haciendo exactamente lo que quiero, que es una grandísima suerte y trabajando muchísimo, pero en cosas que me gustan y en las que creo. Soy madre de tres chicos, cada día estoy más enamorada, empezamos a ver la luz, ya los pequeños no son tan pequeños… o sea, es un momento que me gusta bastante. Sí, muy feliz y, sobre todo, muy consciente de la suerte que tenemos.
¿Qué circunstancias han marcado tu vida?
Me ha marcado mucho mucho la época que por el trabajo de mi padre estuvimos viviendo en París. Me vienen todo el rato recuerdos en mi día a día. Y otros dos momentos que me han marcado bastante fueron los fallecimientos de mi padre y de mi madre. En el caso de mi madre fue algo bastante traumático, rápido e inesperado. Gracias a esos dos momentos tan dolorosos, empecé a ver la vida de otra manera, a darme cuenta de que soy muy afortunada. Disfruto mucho más, curiosamente.
"La pintura es uno de mis vicios. A lo largo de mi vida he ido coleccionando pequeñas obras de arte de pintores que me encantan, no consigo nunca ahorrar", dice con humor
Cuando a un ser querido, en tu caso Borja, se enfrenta a un cáncer, todos los que están a su alrededor emprenden un duro camino. ¿Cuál es la enseñanza más valiosa que obtienes de este trance?
Por suerte o por desgracia, el cáncer ha estado muy presente en mi vida. Como decía, mis padres fallecieron los dos de cáncer, bastante jóvenes y en el momento que no les correspondía. Es verdad que este ha sido un susto que no te esperas y fue complicado de entender, porque menos de un año después de perder a mi padre, volver a vivir el cáncer tan de cerca… Es verdad que hemos llegado en una etapa muy temprana de la enfermedad y soy consciente de tener que ser optimista. Ahora mismo no es momento de preocuparse, sabemos lo que es que las cosas no vayan bien y, en este caso, todo está yendo muy bien. Hay que valorar eso.
Lo que aprendes de estas situaciones es que tienes que vivir no el ahora, sino el ahora mismo, en este preciso momento y que tienes que disfrutar, porque te da la opción de ver cosas que antes no las apreciabas. No me puedo quejar, de verdad. Lo vivimos con responsabilidad, a coger el toro por los cuernos y a creer muchísimo en los médicos. Aprendes a ser muy consciente de todo y a agradecer muchísimo.
¿Qué te gusta hacer para mantener la mente ocupada o para relajarte y desconectar?
Me gusta muchísimo ir al campo, lo necesito, supongo que porque he vivido muchísimos años en el campo y no soy capaz de vivir sin él. Y también me gusta muchísimo, cuando necesito relajarme, diseñar joyas, dibujarlas, imaginármelas… ir a museos, y la pintura, es uno de mis vicios. A lo largo de mi vida he ido coleccionando pequeñas obras de arte de pintores que me encantan, no consigo nunca ahorrar, porque cuando ahorro un poquitito se me va en eso.
¿Cómo surgió la idea de tu línea de joyas?
Empecé a tener que vestirme y ponerme joyas para eventos y alfombras rojas y no encontraba ninguna marca de joyas, no de bisutería, que tuvieran un punto. Los pendientes que me llegaban eran muy clásicos y me sentía muy disfrazada. Y así empezó todo. Empecé a diseñar joyas para mí porque el padre de un amigo era joyero y le pedí que me hiciera varias joyas y para vestirlas yo. Empecé a diseñar cada vez más y poco a poco pasó de ser un "hobby" a ser mi ocupación principal, la que más me apasiona y a la que más horas meto.
Como actriz, la moda estará muy presente en tu vida. ¿Qué importancia le das?
La moda está muy presente en todo lo que yo hago, la tengo muy cerca. No me vuelvo loca, no me gusta ir a comprar por comprar, pero lo que sí me obsesiona bastante es adquirir prendas que duren. Me gusta mucho saber quién ha confeccionado, quién lo ha diseñado, dónde se ha hecho, de qué está hecho. No me gusta ir a comprar por comprar. A parte, a mí me cambia la actitud, depende de cómo me levante, visto una cosa u otra y creo que te cambia el estado de ánimo. Me parece divertido. Creo que la moda sirve para muchas cosas y te hace sentir que es una expresión artística absoluta, no solo hacerla, sino llevarla también.








